El campo, contra los cambios en la PAC: «Tarde y mal»

Las medidas adoptadas en el último Consejo de Ministros sobre la ampliación de la PAC y los cambios en el Plan Estratégico Nacional llegan «tarde y mal», denuncian las organizaciones agrarias y los propios agricultores y ganaderos, que llevaban desde el mes de septiembre pidiendo insistentemente que se diesen a conocer las modificaciones en la normativa, ya que, en muchos casos, es a comienzos del otoño cuando deben adoptar sus decisiones sobre planificación de la nueva campaña y los cultivos a los que dedicarán sus parcelas.

Para ello es imprescindible saber, por ejemplo, las reglas sobre rotación de cultivos y poder cumplir así con lo dispuesto para percibir las ayudas de la PAC. Sin embargo, otro año más, Luis Planas y su equipo del Ministerio de Agricultura se lo han tomado con calma y han aguardado hasta la última reunión del Gobierno en 2023 para adoptar este conjunto de decisiones. No es la primera vez que sucede esto, ya que en 2022 pasó lo mismo.

Y es que las reglas del juego se han aclarado cuando muchas parcelas ya están sembradas. Por otro lado, en la última reunión el Ejecutivo tampoco ha atendido otra de las reivindicaciones del sector, como es la rebaja del IVA para la carne y el pescado, impuesto que se queda tal y como estaba. Durante los últimos meses se ha repetido hasta la saciedad esta petición, con nulo éxito, por lo visto ahora.

Por otro lado, el 1 de enero entrará en vigor la denominada nueva condicionalidad social de las ayudas de la PAC. Consiste en que, para percibir el importe íntegro de las mismas, será necesario cumplir la legislación laboral. Hasta ahora, si un agricultor o ganadero no respetaba esas normas, se exponía a multas, de acuerdo con la normativa laboral. A partir del 1 de enero también habrá recortes en el montante de las ayudas directas de la PAC. Es lo que se denomina la condicional social, que se estableció en la última reforma de la citada política.