Turismo

Charles-Édouard Girard (HomeExchange): "A ciudades como Madrid no les hacen falta más Airbnb"

La plataforma de intercambio de casas HomeExchange critica que los pisos turísticos especulen con la vivienda y la encarezcan

Charles-Édouard Girard, cofundador de HomeExchange
Charles-Édouard Girard, cofundador de HomeExchangeHomeExchange

Viajar sin arruinarse y sin arruinar la ciudad. Esa es la promesa del intercambio de casas, una fórmula que ha ganado fuerza como alternativa a los tan denostados pisos turísticos en plena escalada del coste de la vida. En lugar de pagar por un alojamiento, basta con ceder el propio hogar por unos días: una forma ingeniosa de no renunciar a las ansiadas vacaciones pese al presupuesto ajustado. Al mismo tiempo, este modelo evita la especulación inmobiliaria y la saturación turística que las administraciones sitúan como el foco de la crisis de vivienda, aunque la escasez es el factor clave. Frente al modelo de lucro de plataformas como Airbnb, HomeExchange, la firma que domina el mercado del intercambio de casas, se postula como vía más sostenible, respetuosa y económica de hacer turismo.

"Como los pisos turísticos permiten generar un gran beneficio, hay inversores que compran viviendas y provocan una subida de los precios. Defendemos que esto no es bueno para las ciudades", afirma tajante Charles-Édouard Girard, cofundador de HomeExchange, en declaraciones a LA RAZÓN. El modelo de intercambio de viviendas, al contrario, permite viajar de forma casi gratuita utilizando el parque de vivienda ya existente, sin gentrificar barrios. "No hay gente que compre un apartamento para instalarlo en nuestro sistema porque no ganas dinero, por lo que tampoco nunca contribuiremos a incrementar el precio de las viviendas", subraya el cofundador de HomeExchange, que pone el foco en la saturación que viven ciertas ciudades españolas. "A ciudades como Madrid no les hacen falta más Airbnb a día de hoy", asegura.

Para Charles-Édouard Girard, los alojamientos turísticos no deben provocar la expulsión de los vecinos de sus barrios. "Hay muchos alojamientos ya, hoteles, alquileres y otras alternativas. Necesitamos que la gente local pueda vivir en sus ciudades en lugar de convertirse en lugares turísticos. Es lo que pasa con París a día de hoy. Tienes demasiados Airbnb y nadie local vive en la ciudad. También pasa en algunos lugares de España donde no es posible para los locales encontrar una vivienda", subraya.

Por ello, se muestra a favor de regular los pisos turísticos: "Cada ciudad tiene un problema distinto con los alquileres turísticos y cada territorio lo regula de una manera. Actualmente es normal regular y más todavía teniendo en cuenta que incrementa el precio de las viviendas. Si no regulas lo que pasa es que todos los lugares bonitos se convierten en lugares turísticos. No me gusta que las ciudades se conviertan en un parque turístico como Disneyland. Es importante regularlo para que todos los locales puedan tener una vivienda y no convertir las ciudades en Disneyland".

En cambio los intercambios de vivienda solo se producen unas pocas veces al año. El resto del año los propietarios de la vivienda viven en ella. Además, en cuanto a motivos ecológicos, "se utilizan las viviendas ya construidas", evitando nuevas emisiones de CO2, pone el valor el cofundador de HomeExchange. Asimismo, es una manera de no concentrar todo el turismo en un solo lugar, sino de encontrar otras formas de visitar ciudades como Madrid o zonas rurales. Esto es precisamente uno de los principales propósitos de HomeExchange.

"Lo que estamos intentando hacer es diversificar las zonas en las que se producen los intercambios. Al inicio, la mayoría eran entre grandes ciudades como Madrid y Barcelona, pero tratamos de convencer a todos los españoles que se puede visitar todo el territorio con HomeExchange. Es nuestra forma de ver el turismo", señala el cofundador de la compañía. "Hay que fomentar los intercambios entre diversas ciudades y regiones. Tratamos de hacerlo con acciones de marketing y promociones para demostrar que todo el país puede viajar gracias HomeExchange. Nuestro segundo reto es fomentar los viajes entre países vecinos o cercanos, como España, Francia e Italia, porque creemos que los viajes de corta distancia son más sostenibles", añade.

Aunque el ahorro económico es la principal motivación para recurrir al intercambio de casas como vía para seguir viajando pese a tener un presupuesto reducido, el segundo pilar del éxito de HomeExchange, referente en este mercado, es la autenticidad que ofrece. "Es una manera de conocer el mundo de forma diferente. Es más calmado. Te tomas tu tiempo. Hablas con la gente y adaptas todo a tus necesidades. No es tan frío como un hotel o un piso turístico", apunta el cofundador de la compañía. Así, la experiencia de hospedarse en una vivienda de HomeExchange nada tiene que ver con la de alquilar un piso turístico de Airbnb.

¿Cómo entrar en el mundo de HomeExchange? Basta con crear un perfil y pagar la suscripción anual de 160 euros, que fácilmente puede suponer el coste de una noche de alojamiento tradicional. Por ese importe, que en el caso de una pareja supone 80 euros por persona, puedes hospedarte en buena parte del mundo durante todo el año y si ningún pago adicional sorpresa. Los intercambios pueden ser de dos tipos: recíprocos, es decir, intercambias tu casa con la de otra persona en las mismas fechas, que son los minoritarios por la dificultad de cuadrar fechas; o intercambios con "puntos de invitado" o "guest points". Con este sistema, se le asigna a cada casa un valor, en función de sus características y ubicación, de tal forma que cada vez que prestamos nuestra casa para un intercambio recibimos puntos por cada noche. Esos mismos puntos se pueden usar para ir a casa de otra persona, por lo que cuantas más ocasiones prestemos nuestra casa, más veces podremos hospedarnos en otras viviendas de forma gratuita.

Los primerizos de HomeExchange reciben un paquete de puntos para viajar aunque aún no hayan hospedado a nadie en su vivienda. No obstante, solo el 20% elige hacerlo. La mayoría optan por, en primer lugar, recibir a gente en su vivienda para tantear el funcionamiento de la plataforma. Este sistema único garantiza una experiencia única y más acogedora. "Nadie tiene un sistema como nosotros. Las ganancias de la compañía vienen por completo de las suscripciones anuales. Queremos que el sistema crezca. Ganamos menos dinero, pero la gente es más leal", señala Charles-Édouard Girard.

Con más de 220.000 miembros ya en 155 países, HomeExchange se está expandiendo también con mucha fuerza en España, donde ha triplicado el número de intercambios desde la pandemia. Así, HomeExchange contaba en 2019, año previo a la pandemia, con 7.807 miembros en España. Sin embargo, los últimos datos recopilados al cierre de diciembre de 2024 muestran que ha habido un aumento del 250%, hasta contar ya con 32.000 miembros registrados en nuestro país. Con estas cifras, la plataforma cerró 2024 con 1,23 millones de pernoctaciones en España, un 35% más que el año anterior, con una media de ocupación de las casas en España de 17 días por año. Para este verano, ya hay registradas 461.508 pernoctaciones.

El caso de Estados Unidos

España se ha coronado como el segundo gran mercado de HomeExchange, por detrás de Francia y arrebatándole la plata a Estados Unidos, que baja a la tercera posición del podio lastrado por la llegada de Donald Trump al Gobierno. El turismo está muy ligado a la situación política y la caída de los intercambios con Estados Unidos es un reflejo de ello. Los europeos están viajando menos a Estados Unidos y optando en mayor medida por Canadá. Los viajes de estadounidenses a Europa también ha bajado. También han caído los viajes de canadienses a Estados Unidos. "Es una pena, porque la población americana es muy distinta a los políticos que están al cargo", lamenta Charles-Édouard Girard.

La experiencia de Ramón y Eva

Ramón y Eva, una pareja usuaria de HomeExchange, lo corroboran con su experiencia de tres años en la plataforma viajando con sus dos hijos. Como tantos, dieron con esta alternativa de alojamiento gracias al boca a boca. Siete de sus 19 vecinos son usuarios de HomeExchange y ellos dieron el paso en un viaje a París en el que previamente ya había reservado un Airbnb pero cambiaron de opinión al comprobar que podían hospedarse en el centro de París y en otras decenas de destinos por solo 160 euros al año. "Nuestros hijos se pensaban que éramos ricos al alojarnos en ciertas casas", comenta Ramón. Pero, al igual que apunta el cofundador de la compañía, esta pareja no solo elige HomeExchange por el ahorro económico, "sino porque consigues casas y ventajas que no te ofrece un Airbnb". "Son casas donde la gente vive, hay internet, Netflix, utensilios de cocina, comida, juguetes, recomendaciones... Y nuestra experiencia siempre ha sido positiva al dejar nuestra casa. Siempre nos la hemos encontrado exactamente como la dejamos", afirma Ramón, que cuenta, junto a Eva, con una casa cerca de Atocha (Madrid). Además, esta experiencia permite que los niños aprendan a compartir, confiar y respetar y también abre la puerta a viajar con mascotas esquivando las trabas de hoteles y pisos turísticos.

De hecho, en 2024, el 99,7% de los intercambios se produjeron sin ningún tipo de imprevisto. No obstante, para dar tranquilidad a los usuarios, la suscripción incluye una serie de coberturas: cancelación en casa de fuerza mayor, ofreciendo al afectado intercambio alternativo o una compensación en caso de no lograrlo; así una garantía ante posibles daños materiales superiores a 500 euros (los inferiores deben ser asumido por los causantes del desperfecto). Asimismo, todos los miembros están verificados con sus documentos de identidad y existen opiniones, por lo que un mal usuario dura poco en la plataforma. La mayoría, respetuosos y hospitalarios, deciden repetir: 94% de los usuarios de cada año vienen de años anteriores porque les ha gustado la experiencia.