Inflación

La compra sube un 25% en dos años: 1.500 euros más por hogar

La última subida récord del IPC de los alimentos del 16,6% se acumula al 6,8% que ya se habían encarecido en marzo de 2022. Y desde abril irá a peor

Subida de precios de alimentos en mercados de Madrid.
Subida de precios de alimentos en mercados de Madrid.Jesús G. FeriaLa Razón

Llenar la cesta de la compra supone todo un reto para la mayoría de las familias en nuestro país, un suplicio incluso para muchos hogares. Pese a la reducción del IVA de algunos productos y los numerosos mensajes del Gobierno tratando de restar importancia al asunto, el precio de los alimentos continúa por las nubes ahogando a los consumidores mes tras mes.

Es más, año tras año, ya que la cesta de la compra lleva ya más de un año subiendo sin freno. Esto significa que a partir de ahora, de primeras, los distintos datos estadísticos solo van a reflejar parte de la subida real que están notando los consumidores en sus bolsillos desde que arrancó la presente crisis inflacionaria. Tanto es así, que en el mes de febrero el Índice de Precios de Consumo (IPC) de los alimentos registró una subida histórica al llegar al 16,6% interanual, siendo la cifra más alta desde el comienzo de la serie en enero de 1994. No obstante, esta subida no es algo nuevo, ya que en la primavera de 2022 los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) ya revelaban que los precios habían subido con bastante fuerza en los 12 meses anteriores. No con la virulencia que ahora sufrimos, pero sí lo bastante como para que la subida acumulada en estos dos últimos años haya hecho mella en la economía doméstica de la mayor parte de los españoles.

En este sentido, el IPC de marzo de 2022 apuntaba ya a un incremento en el precio de los alimentos del 6,8% frente al mismo mes de 2021. Sumado al citado 16,6% que se han encarecido en el último año, la subida acumulada de la cesta de la compra en España alcanza la friolera del 24,5%. Subida sobre subida.

IPC de los alimentos
IPC de los alimentosAntonio CruzLa Razón

Pero, ¿qué supone esto en dinero contante y sonante? Pues que las familias han tenido que enfrentarse a un sobrecoste medio de más de 1.400 euros en la cesta de la compra desde la primavera de 2021, según los cálculos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

En este sentido, la organización de consumidores cuantificó recientemente que las familias de media gastaron 924 euros más en alimentación en el último año tras la subida de precios. Sin embargo, este aumento no se produce teniendo como base una cesta de la compra a precios «normales», sino que ya hace un año los precios habían subido ya. En concreto, la OCU ya apuntaba en la primavera de 2022 a un sobrecoste de más de 500 euros en alimentación respecto a 2021. Por tanto, en estos dos últimos años, los españoles han visto como su cesta de la compra de siempre se ha encarecido notablemente, acercándose a los 1.500 euros de incremento.

Y lo peor de todo es que todo parece indicar que la subida acumulada va a ir a peor. ¿Por qué? Pues porque la subida del IPC de los alimentos se descontroló por completo en abril de 2022, cuando pasó del 6,8% de alza de marzo a un 10,1%. Fue en ese momento cuando los alimentos empezaron a encarecerse a una velocidad de doble dígito, de la que no han bajado ni un solo mes desde entonces, superando incluso el 15% en los últimos cinco meses. Esto significa que si el próximo dato del IPC de marzo, que conoceremos el 14 de abril–el 30 de marzo se publicará el indicador adelantado, pero sin referencia por alimentos–, sigue la misma tendencia del último semestre y marca por encima del 15% de subida en los alimentos, el alza acumulada de los dos últimos dos años rondará el 30%. Una absoluta barbaridad, por mucho que la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, se empeñe en que los españoles comulguen con ruedas de molino al asegurar que ella sí –debe ser el único español– ha notado ya una bajada a la hora de ir a hacer la compra.

O por mucho que el ministro de Alimentación, Luis Planas, busque excusas en la «mala meteorología» para justificar la subida récord del 16,% del pasado mes de febrero, cuando se trata de un nivel muy similar al registrado desde el final del pasado verano. Todo ello mientras otras medidas impuestas por el Gobierno sí que han tenido una repercusión negativa sobre los precios, como el nuevo impuesto a los plásticos o las nuevas normativas en materia de transporte, que según los propios transportistas han encarecido un 20% los costes de la cadena.

Según la OCU, la última subida provoca que un gran número de productos básicos hayan incrementado notablemente su precio. El azúcar es el alimento que más ha aumentado respecto a febrero de 2022, incrementándose su precio un 52%, seguido por la mantequilla (39%) y la leche (33%). Asimismo, el aceite de oliva y de girasol también han sido víctimas de esta subida, incrementando su precio un 33% y un 27%, respectivamente en el último año. A estos productos se le suman los huevos (+28%), las legumbres y hortalizas frescas (24%), las harinas y otros cereales (26%), el arroz (21%) y las patatas (21%). Pero también el precio del queso (20%), la carne de ave, de cerdo y de vacuno (alrededor del 14%) y el pan (13%) se han visto incrementados de forma considerable.

En diciembre, la OCU ya advertía de que el aumento de la inflación en los alimentos había provocado que nueve de cada diez consumidores estuviesen modificando sus hábitos, priorizando los productos en oferta, las marcas blancas y las compras en los supermercados más baratos. Además, las dificultades para llegar a fin de mes también se han visto reflejadas en el consumo de productos frescos, como la carne y el pescado, ya que este se ha reducido un 32% en muchas familias, así como en el caso de las frutas y verduras (18%), sustituyéndolos por alimentos envasados y congelados, más baratos.

Ante este escenario problemático, la OCU ha exigido al Gobierno que se aumente de manera «urgente y sustancial» el importe del cheque de 200 euros para familias con ingresos de menos de 27.000 euros, así como el número de beneficiarios, elevando también los límites de ingresos. Además, considera que el IVA del 0% debería aplicarse también a la carne y el pescado –en línea con lo que el Partido Popular ha pedido a Moncloa–, ya que son las principales fuentes de proteínas de muchas familias.