Absentismo
El coste de las bajas laborales se dispara un 50% en los últimos seis años y asciende a 81.600 millones de euros
España se sitúa a la cabeza de Europa en tasa de incapacidad temporal (IT) por enfermedad, con un 5,6% de jornadas perdidas y un impacto económico que supone un 5,4% del PIB
El absentismo derivado de las bajas laborales ha pisado el acelerador en España en los últimos seis años. De 2018 a 2023, el número de jornadas laborales perdidas por incapacidad temporal en el Régimen General ha pasado de 242 millones a 368,7 millones, con un aumento del 52%. Esto equivale a que un millón de trabajadores hubiera estado de baja cada día de 2023 o a que cada trabajador estuviera 20 días al año ausente por incapacidad temporal (5 días más que en 2018). La misma tendencia ascendente ha seguido el gasto ocasionado por estas ausencias. El coste del absentismo laboral se ha disparado un 47% en el mismo periodo hasta los 81.574 millones de euros anuales, el equivalente al 5,4% del PIB y 25.900 millones más que el coste total en 2018, según un estudio sobre la evolución de la incapacidad temporal y la siniestralidad en España realizado por la mutua Umivale Activa y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie).
España se sitúa a la cabeza de Europa en tasa de incapacidad temporal (IT) por enfermedad, con un 5,6% de jornadas perdidas en 2023 (1,5 puntos más que en 2018) y con el ritmo de crecimiento más acelerado, destaca el informe. "Las cifras récord, su rápido crecimiento y el empeoramiento de todas las variables sin excepción, evidencian la necesidad urgente de medidas estructurales. En el ámbito de la incapacidad temporal están en juego, además de la salud de las personas trabajadoras y el buen funcionamiento de los recursos sanitarios, la sostenibilidad del sistema, el bienestar y la capacidad de generar riqueza y empleo del país", señala el estudio.
El incremento del absentismo por las bajas se concentra en las incapacidades temporales por contingencias comunes (enfermedades no profesionales o accidentes no laborales). Esto significa que más trabajadores están faltando al trabajo por enfermedades comunes o accidentes que no tienen que ver con el trabajo en sí (por ejemplo, gripe o caídas en casa). En cambio, las bajas por contingencias profesionales (accidentes de trabajo o enfermedades profesionales), que son gestionadas principalmente por las mutuas, han permanecido prácticamente estables.
El estado de la economía y el desempleo son capaces de explicar más de tres cuartas partes de la variabilidad temporal del absentismo por incapacidad temporal. Cuando el paro baja, la gente se siente más segura y falta más al trabajo; cuando el paro sube, la gente tiene miedo de faltar y el absentismo baja. Además, este análisis muestra que el reciente e intenso crecimiento de las bajas por incapacidad temporal también se explica en parte porque las bajas duran más tiempo, porque hay más casos de trabajadores que vuelven a ausentarse varias veces y porque han crecido las bajas por problemas de salud mental y dolores persistentes.
En concreto, los procesos de larga duración (más de 365 días) son los que más han crecido durante los últimos años, hasta llegar a duplicarse, pasando de 83.000 en 2018 a 167.000 en 2023. Aunque sólo representan el 2,4% de los procesos finalizados en 2023, concentran el 34,1% de los días totales de baja. Los días perdidos correspondientes a este tramo han aumentado un 87% en los últimos seis años, frente al 35% de las bajas inferiores a 12 meses, y suponen 110 millones de días de baja.
Otro factor fundamental que también contribuye a los niveles máximos de bajas por incapacidad temporal es el incremento de las jornadas perdidas de las personas que acumulan más de un proceso en 12 meses. Según el informe, más del 50% de los trabajadores con baja activa en 2023 fueron repetidores, "una cifra en constante ascenso que explica por sí sola la práctica totalidad del aumento del absentismo por incapacidad temporal en los seis años estudiados" en el informe. "De hecho, el porcentaje de personas repetidoras sobre el total de población protegida se ha incrementado un 55% desde 2018. Estos casos, pese a ser sólo el 16,6% de los trabajadores, concentran el 69,6% de las bajas y el 64,5% de las jornadas perdidas, 12,6 puntos más que en 2018, siendo responsables de prácticamente la totalidad del aumento del indicador de absentismo por IT en el periodo 2018-2023", subraya el informe.
Además, las patologías más difíciles de objetivar, como las algias (lumbalgias, cervicalgias, dorsalgias...) y la salud mental, generan más de la mitad del absentismo por IT y su peso no deja de crecer. Si las jornadas perdidas aumentan un 52,3%, es de destacar que los procesos cardiovasculares, oncológicos y traumatología empeoran por debajo de la media (42,9%, 39,8% y 29,9% respectivamente), mientras que las algias suben un 56,5% y la salud mental un 111,4%. Estas dos patologías concentran el 51,1% del indicador de absentismo por IT, mientras que el resto de los diagnósticos aporta el otro 48,9%, y su crecimiento representa dos tercios del aumento de los días de baja por IT. Además, las bajas por problemas de salud mental y algias suponen el 56,1% de los procesos en vigor de larga duración y ambas han ido ganando peso en los años posteriores a la pandemia., estas dos patologías también se encuentran entre las de mayor repetición. El 37,7% de los trabajadores con repeticiones y bajas activas en 2023 tiene como principal diagnóstico (el de mayor duración) las algias (25,4%) o la salud mental (12,3%).
Por sexos, las mujeres sufren más bajas por incapacidad temporal que los hombres, con el 6,4%, frente al 4,8% de los hombres. Asimismo, entre los motivos, los problemas de salud mental tienen más peso en las bajas de las mujeres (21%) que en las de los hombres (15%). Por edad, evidentemente también hay diferencias. Los jóvenes de entre 16 y 29 años registran una tasa de absentismo por incapacidad temporal del 3%, frente al 9,6% en el caso de los trabajadores entre 60 y 64 años. De hecho, el 20% del incremento del indicador de IT corresponde a las jornadas perdidas por estos trabajadores con edades próximas a la jubilación y el 70% para los de 50 y más años.
En cuanto a las diferencias que se derivan de las características de los empleos, el informe detecta una probabilidad ligeramente mayor de sufrir una baja en los trabajadores con contrato indefinido y a jornada completa. Además, la probabilidad también es mayor, hasta 17 puntos porcentuales, en el caso de las ocupaciones menos cualificadas. Por comunidades, las mayores tasas de incapacidad temporal se registran en Canarias, País Vasco y Galicia, que superan el 7% de jornadas perdidas en 2023. Por el contrario, los menores porcentajes se dan en Baleares, La Rioja y Madrid, donde no superan el 5%.