Energía

El “boom” de las placas solares

España se convertirá en la segunda potencia renovable de Europa tras Alemania gracias al auge del autoconsumo

Los instaladores de paneles cobran unos 25.000 euros de media en España
Los instaladores de paneles cobran unos 25.000 euros de media en Españalarazon

España se convertirá en la segunda potencia renovable de Europa tras Alemania gracias al auge del autoconsumo

En los próximos cinco años unos 100 millones de hogares pondrán paneles fotovoltaicos en sus tejados, según las proyecciones de la Agencia Internacional de la Energía. En el caso de España, los vaticinios apuntan a que las renovables crecerán a un ritmo cercano a los 5.000 megavatios anuales en los próximos cinco años, convirtiéndose así en el segundo mercado de la UE, tras Alemania. Sin embargo, aún hay muchas dudas entre quienes se plantean colocar paneles solares en sus viviendas o comunidades de vecinos. Existen dos tipos de autoconsumo colectivo: estático y dinámico.

En una instalación de autoconsumo colectivo o compartido se abastecen varios consumidores. El autoconsumo colectivo supone que éstos puedan compartir la energía generada desde una misma planta de autoconsumo fotovoltaico. Estas instalaciones también pueden acogerse a la compensación simplificada de excedentes vertidos a la red. Para que el autoconsumo compartido sea óptimo, es necesario que se permita el autoconsumo dinámico, algo que hasta el momento no está regulado y sólo se permite el estático, explican desde SotySolar. Es decir, con el autoconsumo estático los vecinos comparten la instalación, pero no la energía, no pueden compartir excedentes de energía con los otros vecinos por lo que el suministro básicamente se reduciría a las zonas comunes, pero no al gasto de cada vivienda. El autoconsumo dinámico sí lo permitiría y crearía mayores oportunidades, además de maximizar la rentabilidad de la inversión.

¿Cómo comenzar una la instalación del autoconsumo compartido en comunidades de vecinos? Es un proceso complejo, aunque el punto de partida es la necesidad de realizar un acuerdo de reparto entre los distintos consumidores, para dejar reflejada la parte que le corresponde a cada uno. Si la instalación se lleva a cabo sin que se haya llegado a acuerdo alguno, los repartos los decide la empresa distribuidora y se llevarán a cabo en función de la potencia contratada de cada vivienda.

Pero pese al tortuoso camino para implantar estas intalaciones colectivas en bloques de viviendas, más rentables que las individuales, el sector vive un auténtico despegue.

Según los datos del Informe Anual de la patronal fotovoltaica UNEF, la contribución directa de este sector al PIB nacional del sector fue del 0,22%, un 19% más con respecto a 2017, situándose en más de 5.000 millones de euros. Asimismo, el número total de empleos generados por el sector fotovoltaico aumentó en un 19% con respecto al año anterior (superando los 29.000). En el caso de los instaladores el salario medio ronda los 25.000 euros anuales, para contratos fijos y a tiempo completo. Según las últimas proyecciones de empleo del estudio Employment Projections, sólo en EE UU se estima que la demanda de instaladores fotovoltaicos aumentará un 63% en los próximos 10 años y tendrán demanda de empleo hasta 2028.

En España, las comunidades donde más se demanda este tipo de profesionales son Madrid (18%), Cataluña (14%), la zona de Levante (13%) y Andalucía (13%), segú los datos de SotySolar.