Trabajo
«El gran reto de España es superar el 70% en tasa de ocupación»
Parecía que estaba deseando que el periodista le hiciera alguna pregunta para comentarlo. «El objetivo de los 20 millones en 2019 es un paso previo para conseguir nuestro gran reto: ponernos al nivel de los grandes en tasa de ocupación». La ministra de Empleo y Seguridad Social lleva unas jornadas de locos. Su agenda de estos días –obviamente el «procés» la condiciona mucho– ebulle. De todas maneras, precisan sus colaboradores, «con o sin consejos de ministros extraordinarios», su actividad siempre es frenética. Fátima Báñez cuenta que ciertamente le echa bastantes horas porque «¡no se olvide! que ésta es la casa del diálogo social, además de la del Empleo y la Seguridad Social». «Le dedico mucho tiempo a reunirme con agentes económicos, asociaciones, universidades, centros de formación... La mejor manera de acertar es escuchar. Si escuchas más, te equivocas menos».
– Cinco años después de la aprobación de la Reforma Laboral, ¿cuál es su balance?
– Inconformismo y confianza. Aunque nos queda mucho camino por recorrer, hemos logrado lo que los españoles queríamos: salir adelante tras la crisis más larga, profunda y destructora de empleo de nuestra democracia. No sólo hemos sido capaces de lograr lo que muchos creían imposible –porque muchos, dentro y fuera, pensaban que no seríamos capaces–, sino que lo hemos hecho preservando nuestra soberanía y evitando el rescate. Hace cinco años, cuando LA RAZÓN lanzó TU ECONOMÍA, España se hallaba prácticamente en quiebra y se destruían 1.500 empleos al día. Ahora se crean cerca de 2.500 diarios. Ya se han recuperado casi dos de cada tres de los destruidos, y se genera una media de medio millón de empleos anuales, con un ritmo creciente. Hoy lideramos la creación de trabajo en Europa.
– Se le ve más que satisfecha.
– Si lo miro desde este último punto de vista, ha sido un gran logro, un logro de todo un país que no tiró la toalla. Ahora bien, teniendo en cuenta los puntos de mejora, los problemas que persisten y las personas que aún esperan una oportunidad, la única opción es el inconformismo. Hay que seguir hasta que la recuperación llegue al último hogar de este país. El primer objetivo es alcanzar los 20 millones de empleos en 2019. Y, después, superar el 70% de tasa de ocupación (la actual es del 63%), alcanzando así el nivel más alto de nuestra historia. Ésa es la tarea que tenemos todos por delante.
– Pero, ¿tiene España motor para generar ese empleo?
– Por supuesto. Ya hemos conseguido un nivel de ocupación de las mujeres superior al que había antes de 2008. Hay más mujeres trabajando que nunca en España y lo seguirán haciendo. Y los jóvenes se están incorporando rápidamente al mercado de trabajo porque la tasa crece al doble que la nacional.
– ¿Qué piensa cuando oye duras críticas contra la reforma laboral y, al mismo tiempo, ve que Francia o Italia la toman como modelo?
– Efectivamente. Las buenas reformas no tienen ideología y este ejemplo es muy ilustrativo. Los datos son bastante más tozudos que la demagogia.
– ¿Ha temido en algún momento en lo que va de legislatura que se pudiera ir al traste?
– La reforma ha sido atacada por quedarse corta y por llegar demasiado lejos. Estas crítica y sus resultados prueban que fue equilibrada.
– ¿La ha llegado a ver en peligro?
– Miremos al futuro con confianza, trabajemos con diálogo y sumemos en positivo.
– ¿De todas las medidas que incluye, cuál le parece que ha sido la más eficiente?
– Fue pensada, sobre todo, para el tejido productivo de nuestro país, formado en su mayoría por pymes, y para sus trabajadores. Es una reforma completa y ponderada que responde al modelo de flexiseguridad europeo. Lo más destacado ha sido la flexibilidad y la modernización de la negociación colectiva para adaptarla a la realidad de las empresas, permitiendo así mantener y crear nuevos empleos. A ello hay que unir la eliminación del despido libre y el impulso del derecho a la formación. En definitiva, todas son medidas que han favorecido esta gran recuperación del empleo. Pero no hubiera funcionado sin otras actuaciones valientes que adoptó el Gobierno de Mariano Rajoy en momentos extremadamente delicados para el país. Todo ello, unido a la estabilidad política y la confianza con los agentes económicos. Lo he dicho muchas veces: la estabilidad y la confianza también ayudan a crear empleo.
– Al mismo tiempo, ha habido una devaluación interna consecuencia de la congelación y reducción salarial.
– Los salarios los fijan los interlocutores sociales en la negociación colectiva. El Gobierno sólo determina el salario mínimo, y este año ha subido un 8%. Gracias a los acuerdos de Negociación Colectiva de los últimos años, la mejoría del mercado laboral ha ido trasladándose también a los salarios. Nuestra prioridad es consolidar la recuperación con mejoras de competitividad que impulsen el empleo y el poder adquisitivo de los salarios. Y eso es exactamente lo que ha venido pasando los tres últimos años, creando medio millón de empleos cada uno de ellos y consolidando ganancias de poder adquisitivo de los sueldos.
– Los expertos aseguran que el mercado laboral español es ahora más flexible que en 2012. ¿Sólo para despedir o en todos los sentidos? ¿Se han reducido los escollos para contratar?
– La economía española vive un cambio estructural. Antes de las reformas, necesitaba crecer más de un 2,5% para crear empleo. Con la reforma laboral se consiguió crear empleo con un PIB inferior al 1%. Este incremento se traslada íntegramente a la creación de empleo. Hoy, la afiliación crece en España un 3,5% interanual por encima del crecimiento del PIB. Y, en tercer lugar, los ajustes en las empresas, ante situaciones de dificultad, se realizan a través de la modificación de condiciones de trabajo, y el despido es el último recurso.
– ¿Cuál es su opinión sobre la actitud adoptada por los sindicatos a lo largo de estos cinco años?
– Más allá de las discrepancias lógicas, ha habido una actitud constructiva, responsable y responsable, comprometida con España. El diálogo ha sido fluido. Hemos alcanzado importantes acuerdos. La patronal, por su parte, muestra el mismo espíritu.
– ¿La precariedad laboral es coyuntural o estructural en el tipo de economía que se está imponiendo en estos momentos en el mundo?
– Para que nos entendamos, en términos coloquiales, el empleo que llega con la recuperación es mejor que el que se fue con la crisis. Se ha recuperado más del 82% del empleo indefinido destruido y, sin embargo, sólo el 44% del temporal. Debemos seguir avanzando y, por ello, hemos propuesto nuevas medidas para mejorar la calidad y el bienestar en el empleo. El mundo del trabajo está cambiando y debemos adecuar nuestras regulaciones para garantizar la flexibilidad que demanda la economía y la seguridad que merecen los trabajadores.
– Hablemos de pensiones. ¿Está asegurada su viabilidad?
– Se asegura con el crecimiento de la economía y el empleo. El cambio en España se manifiesta claramente en que en 2011 por cada nueva pensión que entraba en el sistema, se destruían tres empleos; ahora por cada nueva se crean seis. Esta evolución permitirá a la Seguridad Social cerrar 2017 con las mejores cifras de ingresos de su historia. Además, existe un consenso amplísimo en la sociedad en favor de nuestro sistema público, un sistema del que estamos orgullosos porque es el más potente instrumento de solidaridad entre generaciones.
– ¿Cree factible un acuerdo nacional con el mayor consenso posible?
– Confío en la responsabilidad de todos los grupos parlamentarios para renovar el Pacto de Toledo, que es el gran pacto social de la Democracia. Compartimos el objetivo de reforzar nuestro modelo público y de reparto, y continuaremos trabajando para mejorar su suficiencia en el futuro. Ese ejercicio de responsabilidad y compromiso se lo debemos a los pensionistas de hoy y, sin duda, también a los jóvenes que lo serán mañana.
– ¿Debería el Gobierno incentivar que los ciudadanos las complementen con planes privados?
– Nuestra responsabilidad es garantizar la sostenibilidad futura del modelo de pensiones. Y eso es perfectamente compatible con que los ciudadanos, de forma complementaria, y en ejercicio de su libertad, elijan los mecanismos de ahorro que consideren adecuado para su día de mañana.
– ¿Se sigue prejubilando con demasiada ligereza en este país? ¿Tendrá fin esa tendencia de muchas empresas a descartar a los mayores de 45-50 años, incluso a los que ya están dentro?
– La agenda de la competitividad en España es la agenda del talento. La experiencia es un activo fundamental en las empresas, especialmente para la transmisión del conocimiento a los más jóvenes. Este Gobierno ha evitado la discriminación insolidaria que supone prejubilar a los trabajadores de más edad. Y, además, ha favorecido el envejecimiento activo con medidas de compatibilización de empleo y pensión de forma voluntaria.
– ¿Qué opinión tiene de la FP Dual? ¿Cree que debería trasponerse este modelo a la Universidad, como ya está ocurriendo en Gran Bretaña?
– El modelo que han impulsado los Ministerios de Educación y Empleo ha sido exitoso, y «responsable» de buena parte de la reducción del paro juvenil. Tenemos que seguir potenciando la formación para contar con todo el talento, que es el activo estratégico imprescindible para el futuro de España. Y la universidad dual podría ser una gran oportunidad a explorar.
– ¿Hemos avanzado en estos cinco años en la igualdad de hombre y mujer en el ámbito laboral?
– Lo hemos hecho. La brecha en empleo se sitúa en su mínimo histórico, y seis de cada diez nuevos emprendedores de los últimos años son mujeres. La brecha salarial se ha reducido cuantro puntos desde 2012 y se sitúa otra vez por debajo de la media europea (por debajo de Francia, Reino Unido y Alemania). Además, casi 280.000 mujeres han visto subir su pensión gracias al complemento de maternidad. Seguimos estudiando nuevas medidas, como la transparencia para cuantificar las retribuciones. Las brechas se reducen, pero siguen existiendo. Hay que trabajar hasta que desaparezcan.
– ¿La Ley de Emprendedores está dando los resultados previstos?
– Mire, yo prácticamente nací y me crié en una pyme familiar agroalimentaria. Siempre me he sentido muy cerca de la realidad de los autónomos y vivo ese compromiso con naturalidad. Pero es que, además, ellos han sido la vanguardia de la recuperación, algo que buscaba la Ley de Emprendedores. Primero lucharon por sobrevivir a la crisis, después crearon empleo antes que nadie y ya contratan a más de un millón de asalariados. Y el Gobierno sigue apostando por ellos con la misma fuerza porque mucho de lo que es España hoy, se lo debe, en buena medida a cientos de miles de autónomos y a pequeñas y medianas empresas que se superan a sí mismos. Lo acabamos de demostrar aprobando una importante Ley para el fomento del trabajo autónomo, que acordamos con nuestros socios parlamentarios.
– ¿Qué espera de ella?
– Es un hito para los autónomos de nuestro país y una muestra de que sí somos capaces de hacer lo que los ciudadanos nos pidieron por dos veces en las elecciones generales, que fuéramos capaces de ponernos de acuerdo en lo esencial. Se ha logrado un «pacto de estado” para consolidar uno de los motores de la recuperación. Las organizaciones de autónomos juegan con este Gobierno un papel muy importante y su representación se ve claramente reforzada por la Ley.
– Terminemos, ¿ha considerado, considera o considerará rebajar o darle una vuelta a las cotizaciones sociales?
– Somos partidarios porque creemos que incentiva la actividad empresarial y, sobre todo, la creación de empleo. Y, de hecho, hemos bajado, y mucho, las cotizaciones de los nuevos empleos para jóvenes, mujeres y otros colectivos muy necesitados. Y para el fomento del empleo estable, por ejemplo, a través de la tarifa plana de 100 euros o el mínimo exento de 500 euros. Para plantear una bajada generalizada de cotizaciones hay que consolidar la recuperación y reforzar con más y mejor empleo la sostenibilidad de la Seguridad Social. Son los dos grandes objetivos de esta legislatura.
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