Caso Bankia
El inspector rebelde: "Bankia salió a bolsa con información incorrecta”
José Antonio Delgado Manzanares fue el inspector de Banco de España encargado de supervisar Bankia antes y después de su salida a Bolsa en julio de 2001
José Antonio Delgado Manzanares fue el inspector de Banco de España encargado de supervisar Bankia antes y después de su salida a Bolsa en julio de 2001. Hoy, en el juicio que se sigue por la colocación en los mercados de la entidad financiera, ha declarado como testigo que Bankia debutó en el parqué con «información incorrecta, que no reflejaba la realidad, y con morosidad encubierta».
Delgado, señalado también por algunos como «el inspector rebelde» del Banco de España, ha explicado que «Caja Madrid era un moribundo, pero Bancaja era un muerto» y que la iniciativa de fusionar distintas cajas de ahorros para crear Bankia fue algo así como «maquillar al muerto». El inspector Delgado Manzanares ha detallado en su declaración una reunión celebrada el 6 de marzo de 2012 entre representantes del Banco de España y Rodrigo Rato, presidente de Bankia. En esa ocasión, según Delgado, los inspectores del Banco de España le comunicaron a Rato que BFA (Banco Financiero y de Ahorros) era inviable y que «él lo reconoció». BFA era la matriz de Bankia, la tenedora de la mayoría de sus acciones, con una cuenta de resultados vinculada a la entidad que presidía Rato, pero diferente. Un matiz, sutil, pero importante. Quizá por eso, al día siguiente, 7 de marzo de 2012, en otra reunión a la que asistió el consejero delegado de Bankia, Francisco Verdú, éste último habría admitido –siempre según Delgado– que «estaba de acuerdo en que BFA era inviable y en que Bankia iba a dar pérdidas».
Delgado siguió muy de cerca, como inspector del Banco de España, la evolución de Bankia entre 2011 y 2013, una vez ejecutado el rescate y saneamiento, ya con José Ignacio Goirigolzarri al frente de la entidad. Delgado forma equipo junto con José Antonio Gracia. Ambos formaban parte del denominado Grupo 6 de la Inspección del Banco de España, que reportaba directamente a José Antonio Gracia, su superior inmediato. Gracia, también según Delgado, estaba de acuerdo con sus dos subordinados en la opinión que tenían de Bankia, como quedó constancia en los correos electrónicos que le enviaban y que él remitía a su inmediato superior. A partir de ahí, Delgado ignora qué ocurría con sus informes y opiniones en el Banco de España, en la época en la que el gobernador era el socialista Miguel Ángel Fernández Ordóñez. La fiscal Carmen Launa ha pedido que estos correos, que señalan a los anteriores responsables del Banco de España, se incorporen a la causa –algo que en teoría beneficiaría a los acusados y responsabilizaría a Fernández Ordóñez y a su equipo–, pero la presidenta del Tribuna, Ángela Murillo, ha rechazado la petición.
Delgado cree que Bankia, con Rato de presidente, se autoengañaba. Ha aludido a la contabilización de 20.000 millones de euros como inversión normal, pero que en realidad se trababa de «suelo, es decir, morosidad encubierta» y que fue una de las razones por las que, tras la salida de Rato, el equipo de Goirigolzarri tuvo que reformular las cuentas.
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