Economía

El rescate ya no es una opción

El plan virtual de compra de bonos del BCE y el retorno de los inversores extranjeros disipan las dudas sobre la deuda

La Razón
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La rebaja en el coste de financiación de la deuda española ha despejado los temores sobre el segundo rescate del país, gracias al cortafuegos virtual del programa de compra de deuda (OMT) del Banco Central Europeo (BCE), el exceso de liquidez provocado por las macroinyecciones de capital de los bancos centrales de EE UU y Japón y la apuesta del Gobierno por reducir el déficit público por la vía del aumento de la presión fiscal. La demanda internacional en Bonos y Letras del Tesoro se ha incrementado gracias a la recuperación del apetito por el riesgo (la deuda de alto interés) ante la posibilidad de que, en caso de que el Estado español no pueda atender los pagos, lo haga el BCE, por lo que el interés del bono a diez años se ha relajado hasta niveles desconocidos desde noviembre de 2010.

A pesar del desplome de la mayor parte de las magnitudes macroeconómicas de España y del fuerte incremento de la deuda pública (un 20% en sólo un año), la prima de riesgo del bono español a 10 años se situó el viernes en 307 puntos básicos. El Gobierno apela a los signos de recuperación que han mejorado su evolución tras los primeros 16 meses de la legislatura. No obstante, tendrán que pasar varios años, quizá una década, para que sus efectos en la economía real sean palpables.

l Menor coste de la deuda

El pasado martes, el Tesoro logró colocar Letras a tres meses al mínimo interés de la historia (0,15%). La tendencia bajista del coste de la deuda en la periferia europea es general, y la inversión extranjera se incrementó en 46.366 millones entre julio de 2012 (cuando Draghi prometió que haría «todo lo posible» por salvar al euro) y enero de este año. De hecho, el precio medio del pasivo público se sitúa ya en el 2,79, frente al 3,1 registrado hace menos de un año. Hay mucha más deuda que hace sólo un año, pero a un coste un 10% inferior, y el Ejecutivo prevé un gasto superior a los 38.000 millones sólo por intereses para este ejercicio. Es probable que la cifra final sea inferior.

El respaldo inversor también se observa en la «reventa». El bono a diez años cotiza actualmente en el 4,28% en el mercado secundario de deuda soberana, mientras que la referencia a cinco años paga un cupón del 3,13%. Ambos intereses no estaban tan bajos desde 2010, en los momentos previos al primer rescate de Grecia.

Déficit estructural

El déficit estructural del Estado español, aquel que no incluye características coyunturales como el rescate a la banca, cayó hasta el 6,98% del PIB (73.260 millones de euros) el año pasado, frente al 8,96% (95.277 millones) de 2011. Esta disminución de unos 22.000 millones de exceso de gasto sobre ingresos supuso la mayor de entre las economías desarrolladas y fue el resultado del aumento de impuestos. Los desembolsos no sólo no bajaron, sino que crecieron hasta un 0,8% en el caso de la Administración central frente al ejercicio precedente. Contando con el capital inyectado en los bancos, España tiene el déficit más alto de la zona euro, un 10,6%.

En el caso de las CC AA, el desequilibrio entre ingresos y gastos se redujo desde los 35.200 millones de 2011 (el 3,31% del PIB de ese año) hasta los cerca de 18.500 millones (el 1,76% del PIB).

Balanza comercial

Ante el desplome de la demanda interna y el retroceso del consumo provocado por la recesión, el desempleo y el aumento de la presión fiscal, es el sector exterior el que sostiene la economía española. Las exportaciones marcaron el año pasado un nuevo máximo histórico en 222.644 millones de euros y crecieron un 3,8% tras el incremento del 15,4% registrado en 2011. Las zonas emergentes importaron en 2012 un 20% más de mercancías españolas que en el ejercicio precedente, y el Gobierno destacó en su Programa Nacional de Reformas que las ventas al exterior lograron penetrar en nuevos destinos con incrementos en la mayor parte de los productos.

Las importaciones descendieron hasta los 253.401 millones por la menor disponibilidad de capital en el sector productivo español, por lo que la balanza comercial se redujo hasta los -30.757 millones, el mejor dato desde 1972, año en que se inicia la serie histórica.

Desapalancamiento de empresas y familias

En contra de la tendencia observada en el sector público, cuya deuda creció en 147.405 millones de euros el año pasado, familias y empresas optaron por la prudencia ante la recesión y redujeron su apalancamiento, paradójicamente, en una cuantía casi idéntica a la de la Administración (147.742 millones, un 6,95% menos que en 2011). La banca seguirá sin dar crédito al menos durante este año y el siguiente, por lo que resulta muy previsible que la cifra de endeudamiento privado se siga reduciendo.

De hecho, las dos macroinyecciones de liquidez del BCE a la banca no se destinaron a la concesión de créditos, sino a la compra de deuda pública del Estado español. En otras palabras, no hay financiación para el sector productivo, pero sí para la Administración.

Caída del precio de la vivienda

El proceso de ajuste del sector inmobiliario parece imparable y su peso en la economía española es cada vez menor. El precio de la vivienda siguió su tendencia bajista en el primer trimestre del año y descendió un 7,9% respecto a las cifras del mismo periodo de 2012. Según el Ministerio de Fomento, el coste medio del metro cuadrado en nuestro país se situó en 1.519 euros al cierre de marzo.