El «rodillo» Merkel no da tregua

La canciller alemana, Angela Merkel, volvió ayer a marcar la pauta de las decisiones de los Veintisiete, recortando las referencias precisas a los mecanismos de solidaridad entre Estados y agregando más «leña» a todo aquello que supone el control fiscal de los estados miembros.

Así, erradicó las referencias a los elementos recogidos en la hoja de ruta diseñada por el presidente del Consejo Europe, Herman Van Rompuy, referidos a la puesta en la marcha de un presupuesto para la zona euro que sirviera para pagar el paro en los países en crisis, aunque a cambio aceptó una enmienda presentada por Mariano Rajoy, junto a sus homólogos francés e italiano, que aboga por

introducir «mecanismos de solidaridad que puedan sustentar los esfuerzos que realicen aquellos estados miembros» que celebren acuerdos contractuales en favor de la competitividad y el crecimiento. Merkel cifró ese presupuesto limitado entre 10.000 millones a 20.000 millones de euros, al tiempo que añadió que no habrá una flexibilización de los criterios de estabilidad. La canciller alemana se aseguró sin embargo de que el texto final recogiera un compromiso para que Van Rompuy y el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, presenten en junio del año próximo una propuesta para crear contratos vinculantes entre las autoridades europeas y los estados miembros para que cada país se comprometa por escrito a efectuar reformas, si aspira a acceder a los

mecanismos de solidaridad.

Alemania también aplazó la decisión sobre la

recapitalización directa de la banca; uno de los elementos que beneficiarían a España si pudiese aplicarse con efecto retroactivo al supervisor bancario. Finamente, las conclusiones plantean que el

«marco operativo» para inyecciones financieras directas del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) a los bancos en problemas será decidido en la primera mitad de 2013 y en especial a lo relativo a los «activos heredados», es decir, los pagos que ya se han hecho con anterioridad,

como es el caso del rescate bancario español. De las conclusiones también ha desaparecido una idea que el primer ministro italiano, Mario Monti, lleva tiempo defendiendo: que se

descuente la inversión pública en los cálculos de déficit, que beneficiaría a España.