Macroeconomía
España, en el «top ten» de las remesas familiares
Su volumen supera en muchos países los flujos de inversión extranjera directa y triplica el de las ayudas oficiales al desarrollo
El mercado de las remesas movió en 2018 más de 605.000 millones de euros.
El pasado 16 de junio se celebró el Día Internacional de las Remesas Familiares. De esta forma, se trata de reconocer la contribución financiera que los trabajadores migrantes hacen al bienestar familiar en sus países de origen. Se trata de una actividad que maneja miles de millones de euros en todo el mundo. El mercado de las remesas movió en 2018 más de 605.000 millones de euros. El 77% de ese importe tuvo como destino países en vías de desarrollo, en los cuales estos envíos representan, en ocasiones, más del 25% del PIB nacional, como ocurre en el caso de Nepal o Haití.
España se encuentra en el «top ten» del ranking de los mayores mercados de origen y destino de remesas. En concreto, nuestro país ocupa la octava y décima posición, respectivamente, de esta clasificación, según el análisis elaborado por Ria Money Transfer, a partir de los últimos datos recogidos por el Banco Mundial. Desde España, se mandaron 15.800 millones de euros (casi 18.000 millones de dólares) hacia otros países. Colombia, Ecuador, Marruecos, República Dominicana, Bolivia y Rumanía fueron sus principales destinos. Por otro lado, recibimos 10.864 millones (alrededor de 12.000 millones de dólares), un 15,6% más que en 2017, lo que sitúa el peso de las remesas en el PIB nacional en el 0,9%. Con estas cifras, España es el cuarto receptor de remesas de la Unión Europea, sólo por detrás de Francia, Alemania y Bélgica.
Se trata de un mercado que no deja de crecer, con un volumen que se ha multiplicado prácticamente por tres en las últimas dos décadas. «España es uno de los países con más trabajadores extranjeros del mundo, en el que un 11% del total son no residentes y un 7% procede de hecho de fuera de la Unión Europea. Eso convierte a las remesas en una forma fácil, rápida y segura de enviar una parte de sus ingresos a sus países de origen, a disposición también de la amplia comunidad de españoles expatriados que desarrolla su actividad profesional fuera de nuestras fronteras», explica José Cabral, director general de Ria Money Transfer.
Sin duda, la remesas familiares son decisivas en desarrollo de los países más desfavorecidos. Y la previsión es que las cifra vaya a más, con un incremento del 7% en los próximos dos años, hasta alcanzar los 747.000 millones. Sin incluir a China, las remesas hacia países de ingresos bajos y medianos (462. 000 millones de dólares) fueron considerablemente superiores a los flujos de inversión extranjera directa en 2018 (344. 000 millones de dólares) y, en muchos casos, son muy superiores a las ayudas oficiales. «La contribución de las remesas es de vital importancia para esos países, como demuestra el hecho de que su importe triplique a nivel mundial al de las ayudas oficiales al desarrollo. Numerosos estudios acreditan que el principal uso de las remesas en sus países de destino es la educación, la sanidad y las micro inversiones en proyectos de emprendimiento», añade Cabral.
Por países, los principales receptores de remesas fueron en 2018 India, con 79. 000 millones de dólares; seguida de China, con 67. 000 millones; México, con 36.000 millones; Filipinas, con 34 .000 millones, y Egipto, donde alcanzaron los 29.000 millones.
No obstante, el costo mundial promedio que supone el envío de remesas es todavía elevado, unos 200 dólares, lo que representa una comisión media aplicada del 7 %, aunque en muchos corredores africanos y en islas pequeñas del Pacífico todavía siguen siendo superiores al 10%.
Precisamente, la reducción de los costes de las remesas al 3 % para 2030 forma parte de la meta mundial 10.7 establecida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Dilip Ratha, director de la Alianza Mundial de Conocimientos sobre Migración y Desarrollo (Knomad), considera que los elevados costos de las transferencias reducen los beneficios de la migración. «Todo indica que las remesas se convertirán en la principal fuente de financiamiento externo en los países en desarrollo. Renegociar las alianzas exclusivas y permitir que nuevos actores operen a través de las oficinas nacionales de correos, entidades bancarias y empresas de telecomunicaciones hará aumentar la competencia y rebajar los precios de las remesas», destaca. En este sentido, Ria también muestra su voluntad de cumplir con este objetivo. «La compañía está firmemente comprometida con el cumplimiento del décimo Objetivo de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, encaminado a la reducción de las desigualdades, mediante la reducción del precio de nuestros servicios, que ya se sitúa en el alrededor de un 3% del importe transferido a nivel mundial», añade Cabral.
Tecnología
La tecnología se ha convertido en los últimos años en una gran aliada de las remesas. Quien envía o recibe dinero desde otro país demanda facilidad de uso, rapidez y seguridad, tres aspectos en los que el uso de distintas innovaciones ha supuesto un antes y un después. «Hoy el envío de una remesa puede iniciarse desde un teléfono móvil, completarse por comodidad en una tienda de proximidad y que esos fondos se transfieran directamente a una cuenta corriente o puedan recogerse en efectivo: factor este último de una enorme relevancia, teniendo en cuenta que hoy todavía hay en el mundo 1.700 millones de adultos sin acceso a una cuenta bancaria. En Ria apostamos por la innovación continua –como demuestra, por ejemplo, que el 33% de los profesionales de nuestra oficina en Madrid realicen funciones vinculadas con la tecnología–, y en los últimos años hemos establecido alianzas con compañías punteras en el ámbito del ‘‘blockchain’’ como Ripple», concluye Cabral.
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