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Energía

El Gobierno conocía antes del gran apagón los problemas de tensión en la red mientras perseguía el récord de renovables

Una semana antes ya hubo problemas en la circulación de trenes por culpa del exceso de renovables, como admitió Óscar Puente: "Se generan desequilibrios"

Un tren estacionado en mitad de la vía debido al apagón en la ciudad de Albacete, a 28 de abril de 2025, en Albacete, Castilla-La Mancha (España). Víctor FernándezEuropa Press

El gran apagón del pasado lunes, el mayor de la historia de España, no tiene aún una explicación oficial por parte del Gobierno, pero sí una tesis preliminar que comparten casi todos los expertos del sector energético: un exceso de confianza en las renovables, cuya intermitencia, unida a un peso cada vez menor de las llamadas «tecnologías estables», ocasionó un problema de tensión en la red que dejó a oscuras e incomunicada a toda España –y contagió además a otras partes de Europa como Portugal y el sur de Francia– durante unas 12 horas.

Los avisos de que algo así podía suceder –incluso de la propia Red Eléctrica, controlada por el Gobierno– se habían sucedido en los últimos tiempos e intensificado a raíz de la insistencia del Ejecutivo en mantener su calendario de cierre nuclear. Pero nadie en Moncloa hizo caso, ni siquiera cuando los síntomas de que algo no iba bien empezaron a sucederse en los días previos al gran apagón. Ni siquiera tampoco cuando los propios integrantes del Consejo de Ministros apuntaban a fallos en el sistema eléctrico nacional, en ese momento considerados sin mayor importancia, pero que ahora, una vez pasado el «cero energético», apuntan a que algo malo se estaba cociendo en las entrañas de la red energética española.

El pasado 21 de abril, justo una semana antes del gran apagón, la operadora del sistema, Red Eléctrica, sacaba pecho en redes sociales ante un «nuevo récord de producción fotovoltaica». Poco después del mediodía, la potencia instantánea llegó a 20.120 MW en el sistema peninsular, lo que significa que a esa hora, esa única fuente de energía renovable suponía el 61,5% del llamado «mix» peninsular.

Bloqueo ferroviario entre Madrid y Asturias

Justo un día después, el martes 22 de abril, los problemas aparecieron en la red ferroviaria, precisamente por un problema de exceso producción renovable mal gestionado, como reconocía también en redes sociales –su canal habitual– el ministro de Transportes, Óscar Puente. En concreto, un problema de suministro eléctrico impidió a los trenes circular entre Valladolid y Chamartín, y otra caída de tensión detuvo un AVE en la variante de Pajares dentro de un túnel, desatando el caos ferroviario. Tras dos horas de bloqueo ferroviario entre Madrid y Asturias, esta incidencia dejó 31 trenes y casi 10.000 viajeros afectados por la avería eléctrica, como explicó el presidente de Renfe, Álvaro Fernández Heredia.

Desde el Ministerio, Puente señaló en la red social X –la antigua Twitter– que «un exceso de tensión en la red ha provocado que saltasen las protecciones de las subestaciones desde Chamartín hasta Pajares. Las subestaciones se han ido recuperando y ahora hay que recuperar los enclavamientos y señalización. Esperamos que en breve se normalice la circulación». Adjuntaba el ministro una gráfica del «mix» de generación eléctrica con las renovables produciendo a toda potencia y respondía incluso a un usuario que «ha habido una bajada de demanda a esa hora, muy notable».

Otro usuario cuestionaba a Puente sobre la red eléctrica «tercermundista casi», ante lo que el ministro respondía con la clave de la cuestión: «Lo que ha sucedido hoy es justo lo contrario al tercermundismo aunque sea indeseado e indeseable. Hay más generación de electricidad por las renovables (no acumulable) que la que se consume y la prevista de consumo. Eso se suele regular con acumulación y bajando la hidroeléctrica, pero si la producción es más alta de lo previsto se generan desequilibrios no simétricos en la red que provocan picos de tensión y hacen saltar “las protecciones” de determinadas infraestructuras. Es una consecuencia del progreso que se irá resolviendo».

De forma tácita, uno de los máximos representantes del Gobierno admitía a la vista de todos que el exceso de producción de energías renovables estaba generando «desequilibrios» en el sistema eléctrico, que, en este caso, dejo a casi 10.000 viajeros de tren varados camino de su destino. Un desequilibrio que los expertos apuntan como causa más probable del gran apagón que sucedió apenas unos días después de este incidente ferroviario-eléctrico. Casualidad o no, consecuencia directa o no, lo cierto es que en el momento que España se fue a negro apenas el 16% de la energía procedía de las llamadas fuentes «tradicionales», más estables, cuando la mayoría de expertos indican que nunca debería bajar de una horquilla entre el 25% y el 30% para garantizar la seguridad y fiabilidad de todo el sistema.

Otro "fallo eléctrico" en Sanidad el miércoles

Curiosamente, un día después del bloqueo ferroviario, otro «fallo eléctrico» afectó, en este caso, al Ministerio de Sanidad. El Ministerio que dirige Mónica García reportó el miércoles un problema en el sistema de refrigeración del Centro de Procesamiento de Datos (CPD), provocando un sobrecalentamiento y la caída temporal de los servicios alojados en dicha infraestructura. El resultado fue la interrupción del proceso de selección de plazas MIR, así como de la interoperabilidad de la tarjeta sanitaria entre comunidades autónomas, impidiendo la petición de citas y la retirada de medicación. Otro problema eléctrico, nunca antes visto hasta ese momento», pero que casualmente ocurrió apenas 5 días antes del gran apagón generalizado en toda España, sólo un día después del problema eléctrico con los trenes y justo cuando Red Eléctrica presumía de récords de generación renovable que el propio Óscar Puente reconocía que generaba «desequilibrios» en la red.

La "pistola humeante"

En un intento por descargar la culpa del fallo en «sus» trenes, el ministro le cargaba así el muerto a Red Eléctrica en redes sociales, seguramente sin intuir en ese momento que lo que en realidad estaba haciendo era mostrar ante todos la «pistola humeante» de la crisis energética que mantuvo en vilo a España el pasado lunes. Una crisis ante la que muchas voces expertas reclaman ya un cambio de rumbo del Gobierno en su política energética «verde» para evitar que pueda repetirse el insólito apagón del 28 de abril.