
Jubilación
Jose Antonio Herce, doctor en economía, y el fin de la jubilación como la conocemos: "Hay que vincular la jubilación a la esperanza de vida"
La creciente longevidad en España se perfila como un desafío que exige una revisión profunda de nuestras estructuras económicas y sociales

El doctor en Economía y socio fundador de LoRIS, José Antonio Herce, ha puesto sobre la mesa las implicaciones de la mayor esperanza de vida durante su ponencia en Valencia. El experto abordó la conferencia "¿Entendemos los retos que nos plantea la longevidad?", enmarcada en el ciclo "Los Retos estructurales de la economía española", organizado por Cajamar y el Ivie.
Según Herce, la sociedad tiende a mostrar resistencia a los cambios de gran envergadura. Sin embargo, el aumento de la longevidad representa una transformación estructural que impone la necesidad de modificar tanto los hábitos personales como las políticas públicas orientadas a garantizar la calidad de vida de las personas mayores.
La sesión, que tuvo lugar en la sede de Cajamar en Valencia, fue inaugurada por Ignacio Gurrea, director de Negocio de la Dirección Territorial de Cajamar en Valencia, y Joaquín Maudos, director adjunto de investigación del Ivie y catedrático de la Universitat de València. Se trata de la tercera jornada de un programa que contempla un total de seis conferencias presenciales.
El pulso demográfico y sus implicaciones
El análisis del doctor Herce subraya una evolución demográfica importante: la esperanza de vida en España ha pasado de 75,4 años en 2008 a 83,1 años en 2023. Este incremento plantea un escenario inédito en las últimas décadas para el conjunto del país.
Actualmente, las personas mayores de 65 años representan el 20% de la población española. No obstante, las proyecciones demográficas indican que este porcentaje alcanzará un 30% en los próximos 25 años, modificando sustancialmente la pirámide poblacional.
En relación con la proporción de población en edad de trabajar, por cada persona mayor de 65 años, existen 3,16 habitantes en la franja de 16 a 64 años. Esta ratio se reducirá hasta 1,89 en 2050, según las estimaciones facilitadas durante la ponencia.
El envejecimiento poblacional va más allá de la gestión de pensiones o la sanidad, configurándose como un cambio estructural profundo al que la sociedad aún no se ha adaptado. Herce afirmó la necesidad de mejorar la gestión sanitaria, pero enfatizó que la mayor dificultad es el sistema de dependencia, dado que el cuidado de las personas dependientes implica un coste considerable. Además, estimó un déficit de 100.000 plazas en residencias y 30.000 millones de euros anuales para cubrir las necesidades de dependencia, cuya financiación no está clara.
El reto de las pensiones y soluciones a debate
El escenario resulta especialmente complejo en el ámbito del sistema de pensiones. Herce señaló que se vive mucho más allá de los 65 años, una edad de jubilación que se fijó en un contexto de esperanza de vida muy diferente al actual.
A modo de ejemplo, el experto detalló que la edad de 65 años en 1900 equivalía, biométricamente, a personas de entre 81 y 92 años en la actualidad. Esto ilustra la desincronización entre la normativa existente y la realidad demográfica.
El déficit anual del sistema de pensiones en España supera los 50.000 millones de euros, mientras que una tercera parte de los nuevos jubilados todavía se retiran a los 65 años. Esta situación añade presión a las cuentas públicas y al futuro de las prestaciones.
Para Herce, la solución a este desafío no radica únicamente en el fomento de la natalidad o en la inmigración. Es fundamental, a su juicio, vincular la edad de jubilación y el cálculo de las pensiones a la esperanza de vida actual para superar los 67 años como referencia.
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