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Crisis económica

Las claves para poder entenderlo

La Razón
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¿A qué se debe una destrucción de empleo tan grande?

Los datos son contundentes y muy negativos, pero es necesario interpretarlos dentro del contexto en el que nos encontramos y buscar las causas que lo han producido. La destrucción de empleo de 2012 hay que atribuirla a diversas causas: en primer lugar a un comportamiento negativo del PIB, que es el motor que pone en marcha una economía. No se puede pensar en crear empleo con un crecimiento negativo del -1,5%. En segundo lugar, al ajuste drástico de sectores en transformación, como el sector de la construcción y el sector financiero; y en tercer lugar, con una reducción importante del sector público, que está sufriendo una adaptación para frenar el gasto público.

¿Seguirá aumentando el paro?

Seguirá aumentando los próximos seis meses, de manera menos acusada, y a partir de la mitad de año, es probable un descenso más acusado de la tasa de desempleo. Las previsiones para la segunda mitad del año animan a pensar en ese comportamiento.

¿Cuáles son las consecuencias directas más graves?

El paro produce una serie de efectos, todos ellos negativos para la economía, aparte del tremendo impacto social que supone. La renta total disponible disminuye, con el efecto sobre el consumo y la inversión. Si no se relanza el empleo es muy difícil pensar en una recuperación económica. Parece la pescadilla que se muerde la cola.

¿A qué sectores de la población afecta más el desempleo?

En estos momentos afecta prácticamente a todas las capas de la sociedad. El paro, al inicio de la crisis, se centró en la construcción y afectaba a las capas más débiles y a los inmigrantes con menor nivel de formación. Después de cinco años, se ha generalizado a todos los niveles profesionales y a todos los sectores. Hay que destacar que en 2012 se ha producido un efecto relevante: el sector público, que ha sido tradicionalmente creador de empleo, ha experimentado un incremento muy importante en su tasa de desempleo. Por ejemplo, en 2011 los ocupados del sector público se incrementaron en 34.700; en el 2012 se han destruido 218.900 empleos.

¿Es sostenible el sistema con este número de parados?

Un sistema sano no podría aguantar mucho tiempo este número de parados. Ahora bien, hay que tener en cuenta dos aspectos relevantes: las cifras de la EPA hay que interpretarlas y matizarlas de forma adecuada, ya que indica el número de personas que quisieran trabajar y no pueden hacerlo, muchas de ellas sin acudir siquiera a apuntarse a las listas del paro. En segundo lugar, dentro de los desempleados habría que conocer a los que, coloquialmente, «viven del paro» y lo complementan con trabajos sumergidos, de los que de verdad están en una situación angustiosa y con cargas familiares. El conocimiento de esa realidad nos podría dar una explicación de cómo se puede aguantar esos niveles de paro registrado y, en consecuencia, se deberían tomar las medidas para paliar sus efectos.

¿La reforma laboral se hace notar ya?

La reforma laboral es una reforma estructural en su esencia y en su concepción, por lo tanto sus resultados no se pueden comprobar más que a largo plazo. El cambio que aporta la reforma ha sido tan importante que se necesita tiempo para asimilarlo por parte de empresas, sindicatos e instancias judiciales. El tiempo es un factor necesario para consolidar todas las posibilidades que ofrece, para lo que se necesita un cambio social y cultural muy importante. Por otro lado, la realidad económica que ha acompañado a la reforma a corto plazo no puede ser más negativa. Aun así, habría que considerar el número de parados que ha evitado la flexibilidad que ofrece la reforma.

¿Es suficiente o habrá que potenciarla o modificarla?

La reforma, en sí misma considerada, está muy bien como está. Los aspectos que no se valoran son, a mi juicio, los más importantes y los que producirán mayores efectos: los relativos a la nueva concepción de la negociación colectiva, que es en definitiva la que acaba de definir la realidad laboral de un país. La flexibilidad y la productividad deben constituir, a partir de la reforma, los aspectos clave de las negociaciones. Si acaso, habría que retocar aspectos que animen la contratación, especialmente la de jóvenes.

¿Hará falta un pacto por el empleo de los agentes sociales?

Es uno de los aspectos que la sociedad demanda con más fuerza. Se necesita un gran esfuerzo de solidaridad por parte de los empresarios, que son los que más deben arrimar el hombro y dar ejemplo; sentido de la responsabilidad de los sindicatos, que deben abandonar la política de confrontación para hacer posible un pacto que genere confianza y un clima de colaboración. El Gobierno debe tomar las decisiones necesarias para crear el marco formal, pero la actuación responsable de los agentes debe ser la que llene de contenido, de disposición y de esfuerzo solidario las medidas que se adopten para salir de la crisis. Es la hora de recordar que el movimiento se demuestra andando.

¿Es la hora del autoempleo?

Ha llegado el momento de mejorar el sentido de responsabilidad individual y el convencimiento de que se deben resolver los problemas en base al esfuerzo personal. Hay que potenciar el espíritu de iniciativa y de emprendimiento en la sociedad y hay que recuperar el ánimo de los más jóvenes en la búsqueda de ideas nuevas que aporten valor a la sociedad y les resuelva su futuro profesional.