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Caso Tarjetas «B»

Las tarjetas opacas fueron «ocultadas a conciencia»

Los peritos afirman que hubo un incumplimiento de la ley pues estos gastos no eran «indemnizaciones ni gastos de asistencia»

Las tarjetas opacas fueron «ocultadas a conciencia»
Las tarjetas opacas fueron «ocultadas a conciencia»larazon

«La voluntad de ocultación de la existencia de estas tarjetas y sus gastos asociados es clara y la motivación para hacerlo también, teniendo en cuenta el escándalo producido al conocerse los hechos». Ésta es la contundente conclusión a la que los peritos del Banco de España llegan cuando analizan las conocidas como «tarjetas opacas» con las que decenas de directivos de Caja Madrid y luego Bankia gastaron 15,2 millones de euros entre 1999 y 2011.

Según el informe de los expertos, su uso supuso un evidente incumplimiento de la Ley de Cajas de Ahorros de la Comunidad de Madrid, al no encajar estos gastos ni como «asistencia» a las reuniones de los órganos de gobierno de la entidad ni como «indemnizaciones» por los perjuicios que la «participación efectiva» en los mismos podría haber provocado a los asistentes.

Los peritos del ente regulador cifran en al menos 230 el número de tarjetas opacas de este tipo emitidas por la entidad financiera. En sus conclusiones, cargan contra todos los directivos que dispusieron de las mismas al asegurar que «no es preciso una especial cualificación para advertir el carácter indebido de un uso de la tarjeta ajeno a la actividad del cargo, siendo que los usuarios pertenecían a la dirección de la entidad o a sus órganos de gobierno y habían tenido responsabilidades y experiencia en puestos de diferente índole».

Además, añaden que «si los tenedores de las mismas consideraron que se trataba de una tarjeta de empresa, ello no legitimaba en absoluto el uso particular de las tarjetas. Si consideraron que era un complemento retributivo, debieron declarar y tributar por tal concepto, sin que conste que lo hayan hecho».

La Agencia Tributaria no ha sido, sin embargo, la única a la que se ha ocultado la existencia de estas tarjetas. Los peritos del Banco de España enumeran también a la auditoría interna de Caja Madrid y Bankia, a la externa, al experto independiente que elaboró un informe en 2011 sobre la adaptación de la normativa de remuneraciones como los otros damnificados de este afán de ocultamiento.

Tampoco se informó de su existencia en el folleto de salida a bolsa de Bankia, en las memorias anuales de la entidad, en los informes de gobierno corporativo, a la comisión de nombramientos y retribuciones ni se incluyeron en la publicación individualizada de las remuneraciones de consejeros y miembros del comité de dirección.

Los peritos destacan que el comportamiento de los consejeros de Caja Madrid que usaron las tarjetas «no fue equivalente ni siquiera parecido, tanto en lo que se refiere a la cuantía de los gastos como a su naturaleza». Como ejemplo, señalan que el ex ministro de Relaciones con las Cortes Virgilio Zapatero devolvió por propia iniciativa 12.212 euros mientras que el ex director general de BFA, Matías Amat, «cesó como director de Participadas el 16 de junio de 2011 pero siguió usando las tarjetas hasta octubre de 2011, incurriendo en un gasto adicional de 15.876 euros».

La «desmesura» del Banco de Valencia

Entre 2004 y 2011, el Banco de Valencia, perteneciente a Bankia, llevó a cabo un «desmesurado incremento» de su inversión crediticia y asumió riesgos concentrados en el segmento inmobiliario que le llevaron a un grave deterioro de su situación económica. Según los peritos, las cuentas ya falseaban la realidad a 31 de diciembre de 2010.