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G-7

Merkel reconoce ante el G-7 las dificultades de cerrar la crisis griega

Obama apela al «mantenimiento de una UE fuerte y próspera». «Sólo hay una propuesta: la mía», dice Juncker

Barack Obama camina junto a Angela Merkel, ayer en Elmau (Alemania)
Barack Obama camina junto a Angela Merkel, ayer en Elmau (Alemania)larazon

Pese a no ser uno de los temas oficiales, la problemática de la crisis griega se coló ayer en la agenda del G-7. El encuentro de carácter económico, donde los platos fuertes están siendo el conflicto de Ucrania y la cuestión griega, comenzó ayer en la región germana de Baviera. Antes de su arranque, tuvo lugar una cita entre el presidente de EE UU, Barack Obama y la canciller alemana, Ángela Merkel, quienes no desaprovecharon la ocasión para hablar sobre esta cuestión.

Ambos concluyeron que la nación helena necesita reformas, según declaraciones del portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest. Cambios que habrían de llevar a Grecia a un crecimiento sostenible a largo plazo. Obama intenta crear un camino que no cause «volatilidad» a los mercados y ve en el «Grexit» (salida de Grecia del euro) una amenaza para ello.

No es la primera vez que Wa-shington muestra sus inquietudes en cuanto al riesgo en la economía mundial que podía suponer la salida de Grecia de la eurozona, así como la falta de pago de su deuda. El presidente se refirió a ello en el primer discurso en público tras su llegada a Alemania, apelando al «mantenimiento de una UE fuerte y próspera».

La cumbre del G-7 reunió ayer en el castillo de Elmau a los representantes de los siete países industrializados más influyentes. Acudieron a la cita Merkel, Obama, el presidente de Francia, François Hollande y los primeros ministros de Reino Unido, David Cameron, Japón, Shinzo Abe, Italia, Matteo Renzi y Canadá, Stephen Harper. Aunque oficialmente el G-7 es un foro informal que trata temas como el medio ambiente y la economía global, el Gobierno alemán asume que la crisis griega será un gran punto del debate.

Ya en las primeras declaraciones a la Prensa previas al comienzo de la cumbre, Jean-Claude Juncker, el presidente de la Comisión Europea (CE), se refirió a la situación de estancamiento de las negociaciones con Grecia. El líder del Ejecutivo comunitario mostró visiblemente su desacuerdo con algunas de las últimas reacciones del primer ministro heleno, Alexis Tsipras, aunque siguió insistiendo en la voluntad de la CE de que Grecia permanezca en la Unión.

Juncker aseguró no haber recibido ninguna propuesta por parte de Grecia tras la presentada por sus acreedores sobre el plan de reformas estructurales que Atenas debe aplicar para poder recibir los 7.200 millones de euros de ayuda acordados. «Sólo hubo una propuesta: la mía», añadió y reconoció que, aunque consideraba a Alexis Tsipras un amigo, se encontraba un poco «decepcionado por el discurso del primer ministro griego en el Parlamento el pasado viernes» y por las duras críticas al plan de reforma que el ministro griego hizo públicamente.

Quizá por ello, Juncker rehusó mantener una conversación telefónica con Tsipras el pasado sábado, diálogo que sí se produjo con Merkel y el presidente francés François Hollande, dos de las figuras más interesadas en que Grecia se quede en la zona euro. «Hay un plazo para lograr un acuerdo con Atenas», dijo igualmente Juncker a la Prensa, aunque se abstuvo de señalar una fecha.

Por su parte, en unas declaraciones al periódico alemán «Welt am Sonntag», el presidente del Parlamento europeo, Martin Schulz, advirtió a Atenas de que no sería conveniente «rechazar de nuevo» la ayuda ofrecida por la UE. «El Gobierno de Grecia no sólo está obligado a dar cuentas a los votantes de Syriza –el grupo de izquierdas liderado por Tsipras–, sino a todo el país y también, como parte de la UE, a Europa», dijo Schulz.

En este primer día de trabajo, el análisis de la economía global y su dinamización fueron dos de los puntos a tratar. Además, se intentará impulsar desde Elmau la puesta en marcha de acuerdos comerciales, como el transatlántico y el transpacífico. Otras de las cuestiones de la agenda son la lucha contra las pandemias, la investigación sobre el ébola, la formación de las mujeres en el mundo, la guerra de Siria, la crisis de Ucrania y las medidas contra el calentamiento global.

Angela Merkel ya señaló en días precedentes que, especialmente esta última cuestión, sería de «prioridad absoluta» en la cumbre, pero son muchos los que se preguntan si habrá tiempo para el desarrollo de estos temas en dos días, o si bien serán éstos eclipsados por cuestiones como Ucrania o las negociaciones con Atenas.

En el segundo día de la cumbre, viajará a Baviera otra de las figuras claves sobre la cuestión de Grecia, la directora gerente del FMI, la francesa Christine Lagarde.

Lo que pide Bruselas

- Dos tipos únicos de IVA. La Comisión Europea pide a Grecia que modifique el IVA para que pase a tener dos tipos –frente a los tres actuales– del 11% y del 23%.

- La electricidad, al 23%. Bruselas también reclama una fuerte subida de la tributación de la energía eléctrica, en concreto desde el 11% actual hasta el 23%.

- Recorte de las pensiones. El Ejecutivo comunitario propone además un recorte del gasto en pensiones de unos 3.000 millones de euros (el 1% del PIB heleno).

Lo que ofrece Grecia

- Tres tipos para el IVA. El Gobierno plantea tres retenciones: 6% (libros, teatro y medicamentos), 11% (prensa, hoteles, energía y restaurantes) y 23% (resto).

- Tasa a grandes empresas. El Ejecutivo de Alexis Tsipras ofrece un impuesto a las grandes empresas que gravaría sus beneficios con un tipo de hasta el 10%.

- Privatizaciones. Atenas cifra en hasta 11.000 millones de euros el capital que podría lograr con las privatizaciones de puertos y demás patrimonio del Estado.