Impuestos

Un Milei de ida y vuelta con los impuestos y el ajuste fiscal

Si el presidente de Argentina no sube impuestos y se aferra a su objetivo de déficit cero para 2024, no tendrá otra que recortar mucho más el gasto de lo anticipado inicialmente

El presidente electo de Argentina, Javier Milei, sale al balcón de la Casa Rosada para saludar a simpatizantes, hoy en Buenos Aires (Argentina).
El presidente electo de Argentina, Javier MileiEnrique García MedinaAgencia EFE

Una de las promesas más tajantes de Javier Milei durante su campaña a la elección presidencial de 2023 fue que nunca subiría impuestos. En algunos momentos llegó a resucitar la célebre frase de George Bush (padre) de “léanme los labios: no voy a subir impuestos”; en el caso de Milei, con unos ropajes más exagerados: “Antes de subir impuestos, me corto un brazo”. Y al igual que le ocurrió a Bush (padre), parecía que Milei iba encaminado a transgredir su palabra y, por tanto, a quedarse manco. A la postre, cuando el libertario llegó a la presidencia y comprobó el pésimo estado de las cuentas públicas (recordemos que su rival electoral, el ministro de Economía Sergio Massa, disparó el déficit a finales de 2023 para intentar comprar las elecciones) proclamó que necesitaría subir impuestos para subsanar el equilibrio presupuestario: primero, las retenciones a las exportaciones; segundo, el Impuesto a las Ganancias (a los ingresos personales); y tercero, algunos tramos del Impuesto sobre Bienes Personales (el impuesto al patrimonio en Argentina). Tales medidas formaron parte de su plan de ajuste fiscal y se esperaba que proporcionaran una recaudación extra de alrededor de 1-1,5 puntos de PIB (sobre una reducción total del déficit de 5,2 puntos).

Sin embargo, finalmente Milei no subirá impuestos (o, más bien, sólo subirá el llamado Impuesto PAÍS que, en realidad, equivale a una reducción del subsidio que abona el Estado a los importadores al comprar dólares al artificialmente rebajado tipo de cambio oficial) y no lo hará porque, en sus negociaciones con el Legislativo para sacar adelante su Ley Ómnibus (la Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos: un muy ambicioso paquete desregulador), la oposición de centro izquierda (la Unión Cívica Radical) le ha exigido que renuncie a subir impuestos. Y Milei ha cedido. O ha cedido si nos creemos que el libertario Milei, el que prometía cortarse un brazo antes de subir impuestos, realmente tenía pensado subirlos. ¿O acaso pudo tratarse de una hábil treta negociadora para permitir que la Unión Cívica Radical se anotara el tanto que Milei quería que se anotaran (no subir impuestos) a cambio de su apoyo parlamentario? Sea como fuere, si Milei no sube impuestos y se aferra a su objetivo de déficit cero para 2024, no tendrá otra que recortar mucho más el gasto de lo anticipado inicialmente.