Brasil
Misma historia, distinto patrón
Mucho se está especulando en los últimos dos días sobre la repercusión que tendrá la nueva presidencia del Banco Santander, y la dirección que le hará tomar al rumbo de la compañía. Hay que poner las cosas en contexto. Está claro que la ausencia de Emilio Botín va a ser notable, era una mente brillante y el mejor banquero que ha tenido este país en su historia.
El Banco Santander es una entidad en la que las personas forman parte de una multinacional gigantesca, en la que la sustitución de un miembro por otro no tiene repercusión en el funcionamiento ni en la generación de beneficios del mismo, ni siquiera el cambio de presidente. El Banco Santander es un banco que capitaliza 92.000 millones de euros, es el décimo mayor del mundo por capitalización y el segundo en Europa, sólo por detrás del británico HSBC.
El nombramiento de Ana Patricia Botín como presidenta del Santander pretende dar un mensaje de continuidad a la estrategia del banco, algo que tiene todo el sentido, después de las dimensiones que ha adquirido la entidad, segundo mayor banco de la city londinense después de la adquisición de Abbey, y primer banco de la euro zona.
Los próximos meses van a ser meses de mucha transcendencia para los bancos europeos, con los test de estrés a los que serán sometidos en octubre por el BCE, y las pruebas de resistencia, para supervisar que los ratios de capital actuales son suficientes ante cualquier contingencia.
La nueva presidencia se prevé que seguirá centrándose en la diversificación geográfica. El beneficio atribuido del banco en el segundo trimestre del 2014 estuvo repartido de forma que ningún área geográfica aportó más del 20% ( Brasil 19%, España 13%, Reino Unido 20%, Méjico 8%, Estados Unidos 9%, Chile 7%, Alemania 5%, Polonia 6%, Portugal 2%, resto de LaTam 5%, y resto de Europa 6%).
El Banco Santander es una compañía que genera un beneficio neto de más de 4.000 millones de euros al año, el cambio de presidencia en una entidad de estas dimensiones no será algo que tenga excesiva repercusión y no debería preocupar a nadie. Un gran ejemplo de cambio de presidencia, por circunstancias igualmente tristes, sucedió en Apple, una compañía tecnológica, en donde el peso de la marca y el nombre es mucho mayor, ya que es un sector mucho más enfocado a las ideas, a las personas y al I+D.
Actualmente Apple sigue su camino, lanzando nuevos productos, siendo innovador y referente de sus competidores y del sector, la acción cotiza cerca de máximos históricos, y la ausencia de Steve Jobs no ha frenado la evolución y la buena marcha de la compañía, aunque evidentemente sea un personaje que ha dejado una gran huella.
Lo mismo sucede con Emilio Botín: es una persona que ha dejado un gran trabajo, cuya ausencia se notará, pero como decía Freddie Mercury, «the show must go on», y el Banco Santander seguirá creciendo y generando beneficios elevados.
*Asesor financiero de la UAX Renta 4 Banco
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