La vivienda sigue siendo un quebradero de cabeza para muchas familias en España, especialmente para los jóvenes que sueñan con independizarse. Los alquileres en las ciudades son desorbitados y comprar una propiedad es imposible para la mayoría. El sueño del apartamento en la costa para las vacaciones de verano también se ve afectado por esta escalada de precios que parece no tener fin.

La llegada del buen tiempo reactiva cada año el interés por los alquileres estivales en primera línea de playa o cerca de ella. Sin embargo, este 2025 la factura por pasar unos días junto al mar aprieta más que nunca el bolsillo, haciendo que planificar unos días de descanso en la costa sea un lujo para muchos.

En este contexto, voces expertas analizan las causas y consecuencias de esta situación. El reconocido economista Santiago Niño-Becerra ha compartido recientemente su visión sobre lo que está ocurriendo en el mercado del alquiler vacacional y la propiedad en la costa, señalando un cambio de tendencia fundamental.

Adiós a los veranos españoles en la costa: Niño-Becerra alerta del desplazamiento por demanda foránea

La principal conclusión que extrae el economista es que el perfil del demandante de propiedades o alquileres en la costa está cambiando radicalmente. Desde La Vanguardia informan de que, según Niño-Becerra, la demanda española de apartamentos en el litoral está siendo progresivamente sustituida por demanda de origen extranjero.

Niño-Becerra distingue claramente la naturaleza de la demanda entre una vivienda habitual y un apartamento de playa o vacacional. Mientras que en la primera la gente hace "los sacrificios que sean necesarios" para poder pagarla, el precio del apartamento vacacional se fija en función de "lo que las personas estén dispuestas a pagar".

Este desplazamiento de la demanda se refleja directamente en los precios. Según las estimaciones del economista, alquilar un apartamento en la costa este verano costará de media entre 110 y 120 euros más que el año anterior, un salto considerable. Es un aumento que aleja a muchas familias nacionales de su destino vacacional tradicional y facilita la entrada de poder adquisitivo de fuera.

La consolidación de la demanda extranjera como principal motor del mercado inmobiliario y de alquiler en las zonas costeras dibuja un nuevo escenario. Municipios tradicionalmente vacacionales para el turismo nacional ven cómo el perfil de sus visitantes y residentes temporales cambia, impactando en la economía local.