Opinión

Las nuevas enfermedades animales

Este verano se está propagando la llamada Enfermedad Hemorrágica Epizoótica y el Virus del Nilo Occidental. Los ganaderos ven como avanzan y están preocupados, con toda la razón del mundo, ante la desinformación y falta de medidas

Una granja de vacas
Una granja de vacaslarazon

Es imprescindible que desde el Ministerio de Agricultura se coordine a las comunidades autónomas para hacer frente a lo que podrían denominarse como nuevas enfermedades animales, que se han hecho presentes en España en los últimos meses. Este verano se está propagando por la mayor parte de nuestra geografía la llamada Enfermedad Hemorrágica Epizoótica, provocada por la picadura de un mosquito, que ya ha llegado a Castilla y León. Afecta a una parte de los animales salvajes, especialmente los cérvidos, y al ganado vacuno.

Los ganaderos ven como avanza y están preocupados, con toda la razón del mundo, ante la desinformación existente, de la que culpan tanto a los responsables del departamento dirigido por Luis Planas, con Valentín Almansa al frente de las cuestiones sanitarias, como a las diferentes Consejerías de Agricultura. Dicen los expertos que la enfermedad no tiene un elevado índice de mortalidad y que no se contagia entre animales; sin embargo, estos sufren y padecen sus consecuencias y los ganaderos deben hacer frente a un incremento de sus costes.

Por otro lado, la semana pasada los servicios de la Junta de Andalucía comunicaron el hallazgo de mosquitos transmisores del llamado Virus del Nilo Occidental en dos municipios de Huelva y Sevilla. También confirmaron la existencia de dos focos en caballos en la provincia de Sevilla. Asimismo, se informó de un primer caso en una persona, también en esta región. Visto lo anterior toca replantearse la situación: las tareas de coordinación corresponden al Ministerio de Agricultura, aunque la gestión directa sobre el terreno sea cosa de las autoridades regionales.

Los mosquitos transmisores de las dos enfermedades citadas anteriormente no saben de fronteras geográficas y no conocen tampoco la existencia de periodos vacacionales, como este mes de agosto. De ahí que sea necesario coger el toro por los cuernos cuanto antes, analizar la situación, poner en marcha las medidas que sean necesarias y, sobre todo, ofrecer toda la información disponible a los ganaderos para que puedan hacer frente a las enfermedades. Perdón por la insistencia, pero lo repito: los mosquitos y las enfermedades animales no saben ni de límites, ni fronteras territoriales, ni de vacaciones. ¿Hay alguien ahí, de guardia?