Guía
¿Qué es el boicot contra la fresa de Huelva, quién lo promueve y por qué?
Una plataforma alemana lanzó una campaña para exigir a los supermercados alemanes que dejen de vender fresa de Huelva
Detrás de boicot contra la fresa de Huelva hay un motivo aparente, la protección del medio ambiente contra el plan de regadíos en el Parque Nacional de Doñana que promueve el gobierno andaluz, y otros que se ocultan detrás de este: un intento para que la fresa de Huelva no compita contra la alemana, que arranca ahora su campaña, y una guerra política del Gobierno central contra la Junta de Andalucía.
El origen de la polémica: la recalificación de suelos forestales como agrícolas en Doñana
Los germanos tienen un alto sentimiento patriótico y periódicamente recurren a este tipo de estrategias comerciales para proteger su producción local. En el sexto año de sequía consecutiva, el foco se ha puesto la agricultura intensiva y en el déficit hídrico de Doñana, una polémica que viene del conflicto entre el Gobierno central y la Junta de Andalucía por la proposición de ley de PP y Vox para legalizar más regadíos en el parque. En concreto, la proposición de ley plantea legislar un cambio en la clasificación de 1.600 hectáreas de suelos forestales para "su consideración como agrícolas regables con agua superficial".
La Proposición de Ley para la mejora de la ordenación de las zonas agrícolas afectará a los términos municipales onubenses de Almonte, Bonares, Lucena del Puerto, Moguer y Rociana del Condado, pero no todas pasarán automáticamente a tener título de suelo agrícola. Una oficina técnica irá supervisando, caso a caso, unas 650 explotaciones agrarias y un millar de agricultores que en 2014, por un plan de reordenación del suelo en el entorno de Doñana de la Junta de Andalucía, fueron catalogadas como suelo forestal, lo que provocó que su actividad agrícola pasase a ser ilegal y en muchos casos se mantuviese con agua subterránea robada del parque nacional.
La Proposición de Ley pretende acabar con la "ilegalidad" en la que están miles de familias de agricultores en el entorno de Doñana, situación de la que el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha responsabilizado a los anteriores ejecutivos del PSOE. Así, los principales beneficiados de que esta normativa salga adelante serán los agricultores con cultivos de frutos rojos, como las fresas, ubicados a las puertas de Doñana, y que precisan una gran cantidad de riego. Respecto al uso del agua, el texto precisa ahora que "estos terrenos podrán obtener derechos de aguas, que procederán de aguas superficiales, salvo que la administración hidráulica de la Demarcación Hidrográfica donde se encuentren estos terrenos establezca un origen de recursos diferente".
No obstante, el Gobierno central considera esta medida como un ataque al ecosistema de Doñana y al patrimonio de los españoles y ha asegurado que presentará un recurso ante el Tribunal Constitucional si se aprueba la polémica proposición de ley. Pero, ¿cómo ha escalado esta batalla interna las fronteras españolas hasta derivar en un boicot de Alemania contra la fresa de Huelva, provincia donde se cultiva cultiva el 30% de todas las fresas de Europa?
El debate llega a Alemania y comienza el boicot contra la fresa de Huelva
La plataforma Campact, similar a Change.org, llevó el conflicto sobre los regadíos de fresas en Doñana a Alemania, donde lanzó una campaña de recogida de firmas para solicitar a los supermercados alemanes que no vendan fresas procedentes de España, un boicot al que se ha sumado el Gobierno alemán y, lo más sorprendente, el español. Campact, enfocada en la conciencia sobre el cambio climático, señala que "se necesitan alrededor de 300 litros de agua para un kilogramo de fresas" y que su producción se agrava cuando se cultivan en una zona con "escasez de agua", lo que pone en peligro la fauna y flora del Parque Nacional de Doñana.
Ante la polémica generado, el Parlamento alemán se pronunció e incluso se preparó la visita de nueve diputados de la Comisión de Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza, Seguridad Nuclear y Protección al Consumidor del Bundestag para indagar sobre el cultivo de fresas en el Parque Nacional de Doñana, desde el punto de vista de la "escasez de agua" y de la protección al consumidor.
"El cultivo de fresas es particularmente intensivo en la región del Parque Nacional de Doñana, uno de los humedales más importantes de Europa y, por lo tanto, un punto crítico de biodiversidad. Debido a la extracción ilegal de agua por parte de la agricultura para el riego, especialmente para el cultivo de la fresa, Doñana -acompañada de una persistente sequía- se encuentra gravemente amenazada por la deshidratación. Este problema actual es de particular interés para la delegación y será el centro de sus debates", detalló el Parlamente alemán en un comunicado.
El Gobierno español se suma a la campaña de desprestigio
No obstante, la delegación de diputados alemanes suspendió finalmente su visita a Doñana "en vista del alcance político suscitado", agravado por la cercanía de las elecciones generales del 23 de julio. Pero esta decisión no ha rebajado el tono del debate. Ayer mismo, la vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, volvió a cargar contra la gestión del Gobierno andaluz en Doñana porque "se veía venir desde el primer momento por este tipo de actuación irresponsable con una joya de nuestro patrimonio. Sabía que eso iba a tener una repercusión negativa sobre nuestra imagen, que indirectamente, va afectar a estos agricultores que tienen un alto prestigio en los mercados internacionales".
El Ministerio de Transición Ecológica venía advirtiendo de una posible crisis de "reputación" de la fresa onubense ante otros países europeos. En concreto, el Ministerio de Teresa Ribera se posicionó a favor de los "agricultores legales" y afirmó que se ven amenazados por "una crisis reputacional generada por la política de Juanma Moreno". Pero cuando la semana pasada el boicot comercial de Alemania contra la fresa española fue ganando peso, tanto Ribera como el presidente, Pedro Sánchez, publicaron críticas en sus redes sociales que justificaban la campaña de Campact. "El negacionismo arruina nuestro medioambiente y corre el riesgo de arruinar las economías locales. Salvemos Doñana", tuiteó Sánchez. "Alerta entre los consumidores alemanes que amenazan con un boicot a las fresas españolas", publicó Ribera. Además, el propio Gobierno de Pedro Sánchez ha financiado un supuesto informe de "Justicia Alimentaria" titulado "El ingrediente secreto: explotación laboral en la alimentación española" y en su portada aparecía como único producto una fresa y el siguiente texto: "Exporta, explota, me expló".
La Junta de Andalucía pide al Gobierno que deje de difundir "bulos"
La Junta acusó a Sánchez y Ribera de alinearse con los "bulos" que se están difundiendo en Alemania en contra de la fresa de Huelva. Juanma Moreno culpó al Gobierno de mantener una "actitud irresponsable" porque "lejos de dar la cara por su país", "atacan a Huelva", algo "absolutamente demencial". Por su parte, el portavoz de la Junta de Andalucía, Ramón Fernández-Pacheco, señaló que "nos encontramos con un presidente del Gobierno que lejos de defender y dar la cara por su país, se pone del lado de los que atacan a Huelva. Es demencial. El Gobierno de España está para defender a España, no para defender a los que atacan a España". "El propio Gobierno de España se ha pasado muchos meses dando pábulo a ese bulo que venía a decir que la proposición de ley atacaba a Doñana cuando es rotundamente falso. Aquí tenemos las consecuencias", expuso el portavoz andaluz.
Los productores defienden el uso legal de agua en sus cultivos
Ante la visita de los diputados alemanes, que finalmente no tuvo lugar, Interfresa invitó a los representantes de la Comisión a visitar los cultivos onubenses de fresa y frutos rojos para que pudiesen comprobar, en primera persona, que la totalidad de las fresas comercializadas en Alemania tienen certificado el uso legal y responsable del agua para el cultivo.
Los productores defienden que la fresa y los frutos rojos producidos en Huelva cumplen con las certificaciones y los protocolos internacionales más exigentes que demandan los supermercados europeos para la gestión responsable del agua en los cultivos. De hecho, el 100% de las fresas y los frutos rojos exportados cuenta con la certificación “Spring” de GLOBALG.A.P IFA para cultivos, que avala a productores y comerciantes en la gestión legal, eficiente y responsable del agua que usan para el riego. Los propios supermercados alemanes exigen esta certificación, entre los que se encuentran los más relevantes Rewe, Aldi, Lidl, Edeka y Kaufland. En el resto de Europa también lo piden los británicos TESCO, Marks and Spencer y Sainsbury's; los franceses Carrefour y Auchan; o los suizos Migros y Coop, entre muchos otros.
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