Rescate a Grecia
¿Qué hago ahora con mis ahorros?
Son estos momentos, en los que la actualidad económica copa todas las portadas y la bolsa se derrumba cuando recordamos que tenemos parte de nuestros ahorros en renta variable. Es frecuente que el pequeño inversor con poca experiencia actue de forma contraria y se deje llevar por sus emociones, vendiendo con el pánico y comprando con la euforia.
Primero es bueno diferenciar entre qué tipo de inversores somos, si destinamos parte de nuestros ahorros a la bolsa buscando una rentabilidad superior al rendimiento de los bonos, o por el contrario somos más especuladores y vamos a por un rendimiento rápido y pequeño.
Nunca hay que olvidar lo que es la bolsa, ya que no es más que un juego de expectativas. Las compañías o los distintos índices no reflejan en su precio su valor actual, reflejan el precio que pensamos que costarán en un tiempo futuro. Los mercados no esperan a que se confirme una buena o mala noticia, se encargan de descontarla lo antes posible.
Las inesperadas noticias de los últimos días provocan unos movimientos bursátiles más violentos de lo habitual. Intensificando la sensación de incertidumbre y creando una sensación de nerviosismo en el pequeño inversor que lo inhabilita a la hora de tomar una decisión racional. Es cierto que la situación es delicada y nadie conoce su desenlace, por ello estos momentos son los que nos tienen que reforzar el tipo de inversor que queremos ser.
En el caso de que seamos inversores cortoplacistas, no está demás descansar unos días y mantenernos en liquidez a la espera de acontecimientos. Ya que esta excesiva volatilidad nos podrá dejar atrapados en cualquier momento. Si por el contrario somos inversores que operamos con un horizonte temporal amplio y tenemos una fuerte exposición a la bolsa, deberemos aguantar. Si algo nos ha enseñado el último lustro es que los episodios conflictivos han supuesto excelentes oportunidades de compra: periféricos en 2012, Portugal, Chipre, Ucrania,y ahora, ¿Grecia?
Es verdad que nunca Grecia había estado tan cerca de salir del euro. Pero aunque lo parezca, todos sabemos que esa posibilidad es muy remota, y detrás de este conflicto tenemos a una Europa creciendo por primera vez en cinco años por encima de sus expectativas y con un BCE que hará lo posible para que así sea, favoreciendo principalmente a los activos de riesgo. Nos queda apelar al viejo dicho de que la solución llega en el momento que menos se espera. Y la verdad es que ahora es uno de esos momentos.
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