
Vivienda
¿Vivienda sin posesión? Así es como puede comprar un "chollo" inmobiliario
Estos inmuebles son aquellos que, aunque figuran a nombre de un propietario en el registro, no están en su poder físico

Una vivienda sin posesión es aquella que, aunque figura a nombre de un propietario en el registro, no está en su poder físico, por lo que no puede acceder libremente a ella o utilizarla porque otra persona la ocupa. Esto suele ocurrir cuando hay inquilinos con contratos vigentes, antiguos propietarios que no han desocupado la propiedad tras una ejecución hipotecaria o incluso cuando se producen ocupaciones irregulares.
Si alguien decide comprar uno de estos inmuebles no podrá acceder de inmediato a este y no tendrá su control físico, por lo que deberá iniciar un proceso legal para obtenerlo.
Orígenes de las viviendas sin posesión
A la burbuja inmobiliaria le siguió la crisis de 2008, lo que obligó a muchas entidades financieras a adjudicarse propiedades que seguían ocupadas por antiguos propietarios, los cuales no podían hacer frente al pago de la cuota hipotecaria.
"Para liquidar estos activos, comenzaron a venderlos a precios mucho más reducidos que los del mercado, incluso sin garantizar la posesión inmediata", explican desde el portal inmobiliario pisos.com. Esta práctica se ha mantenido con el paso de los años y actualmente es posible encontrar viviendas sin posesión, las cuales atraen a inversores y pequeños ahorradores.
¿Por qué las viviendas sin posesión atraen a pequeños ahorradores?
Los inversores con experiencia no son los únicos que han mostrado interés en estos inmuebles, sino que, en los últimos años, también lo han hecho los pequeños ahorradores. Los expertos apuntan a los siguientes motivos:
- Precios atractivos: la ventaja más evidente de estas viviendas sin posesión es su precio, ya que este es "significativamente inferior" al valor de mercado, lo que las convierte en una buena opción para aquellos que buscan invertir con un presupuesto limitado.
- Potencial de revalorización: una vez se obtiene el control físico de la propiedad, esta puede aumentar considerablemente su valor. "Incluso si fuera necesario realizar reformas, la ubicación o las propias características del inmueble pueden ofrecer una rentabilidad muy atractiva", señalan.
- Diversificación de inversiones: ahorradores pequeños, inversores noveles o aquellos que buscan diversificar su cartera de inversiones pueden considerar estas propiedades una alternativa al mercado bursátil u otros activos tradicionales que también conllevan riesgos.
No obstante, aunque a todos les gustaría convertirse en propietarios por un precio mucho más económico que el del mercado, comprar una vivienda sin posesión también conlleva una serie de riesgos. Uno de los principales es lo complicado que supone recuperar la posesión del inmueble, ya que, por lo general, este tipo de operaciones implica tener que llevar a cabo procesos judiciales complejos.
El estado del inmueble es otro de los peligros. Al no poder acceder a la propiedad antes de la compra, se desconoce el estado de la vivienda, por lo que el nuevo propietario podrá tener que hacer frente a gastos imprevistos para su reparación.
Asimismo, también puede haber complicaciones si es necesario financiar parte de la compra. Los bancos suelen considerar estos casos de alto riesgo, por lo que pueden ser más reticentes a conceder hipotecas para comprar estas propiedades. En este sentido, la entidad financiera podría denegar la financiación o exigir condiciones más estrictas -mayor aportación inicial, tipos de interés más elevados...-.
Pese a que son operaciones que entrañan una serie de riesgos, "profesionales del sector inmobiliario y legal, empresas de reformas y pequeños ahorradores son también perfiles que pueden encontrar en estos 'chollos' una buena manera de diversificar sus inversiones", sentencian.
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