El cosquilleo de Gasol

Pau Gasol charlaba con Ana Botella y Alejandro Blanco mientras entraba en el Salón Gaudí del Hotel City Tower de Buenos Aires. Después llegó la foto y Blanco tenía mucho que perder: no le llega a los hombros. En realidad, cualquiera perdería contra los 216 centímetros de Pau. Estaba tranquilo. Sonreía rodeado de periodistas españoles, japoneses, turcos, argentinos... y recibía preguntas de medios de Suiza o Venezuela, un ejemplo de la dimensión que tiene el jugador de los Lakers, que representará a los deportistas españoles mañana en la exposición de la candidatura de Madrid 2020. Él, que ha sido campeón del mundo con la Selección, de la NBA con los Lakers y doble subcampeón olímpico. Él, que ha metido canastas decisivas con total naturalidad, siente ahora algo distinto. «Son unos nervios diferentes, pero la ocasión lo merece», reconoce. «Los nervios no me suelen afectar, si acaso para darme más ilusión y sentimiento», añade antes de decir que va a representar «los valores de España». Leerá un texto escrito por él mismo, con alguna anécdota personal con la que pretende transmitir «las ganas y la ilusión» que tiene en él, el equipo y casi todos los españoles de albergar los Juegos Olímpicos de 2020. «Estoy orgulloso de formar parte de este grupo», argumenta antes de pasar a enumerar las ventajas de la opción española. Uno: «La persistencia, porque ya es la tercera vez». Dos: «Es una candidatura fuerte, sin riesgo para los siguientes Juegos, para el COI». Tres: «Supondrá una inyección para el deporte español y para toda la sociedad, y tendrían una repercusión muy positiva para las próximas generaciones». Es la segunda vez que Pau emprende esta aventura. Estuvo en Singapur para Madrid 2012. «Era joven», dice ahora. Y ha madurado, como la candidatura. En Copenhague –2016–, no pudo estar porque se lo impidieron los Lakers, pese a la petición de Zapatero, presidente por aquel entonces. Ahora repite con un papel protagonista. Quiere cambiar la decepción de Singapur por la alegría de Buenos Aires para que se pueda «ver y descubrir cómo serían unos Juegos en Madrid». Gasol ha disputado tres y cada uno fue especial. «Queremos traerlos para casa», continuó antes de tener que responder a preguntas sobre Siria y sobre su compañero Lamar Odom, ingresado en una clínica de desintoxicación, y antes de decir que en Buenos Aires se está sintiendo como en casa y de terminar para dar paso a Maravilla Martínez, el boxeador argentino que también quiso dar su apoyo a la candidatura madrileña, como hicieron la selección de fútbol o uno de los equipos más famosos del país: Boca Juniors. Martínez es un ídolo, pero mientras Alejandro Blanco lo presentaba había demasiado ruido porque en un lado las cámaras habían vuelto a rodear a Pau. Esta vez eran las televisiones de toda Suramérica. A Pau se lo llevaron práticamente a la carrera porque tenía que ir a comer al Hotel Hilton y Maravilla se quedó explicando por qué había querido tener este gesto. Desde hace dos años vive en Madrid. «Es mi lugar, aunque soy argentino hasta la médula», dijo. «Es una ciudad ejemplar a nivel mundial», añadió. «Seguramente va a hacer historia, va a hacer mucha historia», concluyó. Con tipos como Gasol apoyando la candidatura todo es posible. Su amigo Rafa Nadal también apoyó desde EE UU la candidatura española. Pau reconoció que le hecha de menos, pero desde Madrid 2020 consideran algo positivo que el número dos del mundo en tenis no haya acudido a la capital argentina, porque eso significa que sigue adelante en el US Open. «Ojalá lo vuelva a ganar, lo sigo todos días por televisión», aseguró el pívot. Le quedan dos partidos para serlo. A Madrid apenas le queda uno: mañana sábado. Y Gasol está en el equipo titular.