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La pírrica victoria de Aubry

La Razón
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Por sólo un puñado de votos (102), la alcaldesa de Lille, Martine Aubry, arrebató hace una semana a la ex candidata socialista al Elíseo, Ségolène Royal, el liderazgo de Partido Socialista francés (PS). Sin embargo, esta pírrica victoria, lograda en medio de acusaciones de fraude por parte de los "royalistas", no cierra la división abierta en el socialismo francés.

Las diferencias entre Royal y Aubry van más allá del personalismo. Ambas representan dos maneras muy distintas de ver el socialismo del siglo XXI. Para Royal, el PS debe ser un partido de simpatizantes, abandonar el dogmatismo ideológico y abrirse al centro. En cambio, Aubry cree en un tradicional partido de militantes anclado a la izquierda que busque como socios a comunistas, radicales y ecologistas. Es decir, reeditar el Gobierno de la "izquierda plural"que lídero Lionel Jospin entre 1997 y 2002. Hipótesis difícil con un PCF en peligro de extinción ante el avance de la ultraizquierda.

Aubry se ha convertido en la primera mujer que llevará las riendas del socialismo francés. Sin embargo, tendrá que andarse con pies de plomo habida cuenta de que la mitad de las militancia no la respaldó en la urnas, a pesar de ser apadrinada por los gandes "elefantes socialistas"(Laurent Fabius, Jack Lang, Lionel Jospin o Dominique Strauss-Kahn). Considerada como una mujer feminista, trabajadora infatigable y tecnócrata, la alcaldesa de Lille tendrá que poner a punto el partido para hacer oposición al Gobierno conservador y a Sarkozy, que se frota las manos viendo cómo el principal partido socialista se precipita hacia su suicidio político.

Beneficiario del voto de castigo contra los Gobiernos de la derecha, el PS controla la mayor parte de las regiones y las alcaldías del Hexágono. Sin embargo, este poder se ve convertido en sucesivas derrotas cuando se trata de elecciones presidenciales y legislativas. La izquierda perdió el Elíseo en 1995 y Matignon (sede del Gobierno) en 2002.

Para Royal, la elección del líder del partido ha demostrado que cuenta con un importante apoyo entre las bases socialistas. En sus planes iniciales, la presidenta de Poitou-Charentes no tenía la intención de competir por el liderazgo, pero lo intenó para tratar de controlar el aparato del partido, que tanto la ha despreciado.

Tras hacer un llamamiento a la unidad del partido, Ségolène se concentrará ahora en su verdadero objetivo: competir por la Presidencia de la República en 2012. "Vamos a lanzarnos en acciones, en reflexiones, en fiestas de la fraternidad, tengo necesidad de ustedes, tengo necesidad de vuestras ideas, seguimos adelante, 2012 es dentro de muy poco, 2012 es mañana", declaró en un mensaje a sus simpatizantes a través de Internet. La perseverante "Ségo"sabe que la historia política francesa se ha hecho con tesón e insistencia: François Mitterrand y Jacques Chirac no ganaron hasta el tercer intento. La incógnia es saber si también lo sabe Aubry. ¿Se conformará con liderar el partido o revelará sus ambiciones presidenciales?