Barcelona
El Racc propone tasar las VTC para reciuperar las licencias de taxi
La entidad se muestra contraria a la creación de peajes urbanos
El Racc propuso ayer una batería de propuestas para mejorar la movilidad en Barcelona, después de unos meses un poco convulsos, más que nada por la lucha entre el sector del taxi y plataformas de vehículos de alquiler con conductor (VTC) como Uber y Cabify.
De esta manera, el presidente de la entidad, Josep Mateu, sugirió que el sector de las VTC, a los que definió como empresas que viven de la no regulación, «se igualen con los que viven regulados, como es el taxi», opinó que eso podría ser financiado por los clientes y las VTC que quieran entrar en el sector.
Recuperar la inversión
Durante la conferencia «Hagamos de Barcelona el referente de la movilidad», Mateu dijo que el taxi debe liberar su exclusividad, y apeló a la generosidad de todos «para que los taxistas puedan recuperar esta inversión que hicieron en su día». También insistió en que se deben igualar las condiciones de ambas partes para que tengan la misma forma de circulación fiscal.
Por lo tanto, se mostró partidario de liberalizar el sector del taxi para que, junto a las VTC, se engloben en un marco regulatorio conjunto. En este acto, el Racc presentó un paquete de 45 medidas para mejorar la movilidad en Barcelona, y entre ellas por ejemplo destaca la creación de una agencia público–privada, con el fin de planificar y sugerir proyectos sobre transporte de la ciudad «para que las cosas se hagan en el término y los tiempos acordados».
Mateu añadió que el sector privado «puede hacer de lobby» para impulsar la agencia, que se reunió con entidades y empresas para buscar el consenso necesario, y sugirió que siga el modelo de Turisme de Barcelona y de Fira de Barcelona.
«Creemos que tenemos una regulación del siglo XX y estamos en el siglo XXI, donde la tecnología manda en el sector de la movilidad», dijo, antes de apuntar a la posibilidad de crear una bolsa u otras fórmulas financiadas por empresas y clientes de VTC para que «los taxistas puedan recuperar su inversión al comprar su licencia».
También se valoro el impuesto del Co2 a los peajes urbanos, lo que según el Racc afecta más a familias con menos recursos económicos. «Con la entrada en vigor de la Zona de Bajas Emisiones permanente a partir del 1 de enero de 2020 se reducirán en más de 150.000 vehículos el tráfico. Primero veamos qué pasa; no intentemos hacer todo a la vez sin hacer las pruebas pertinentes», señaló.
Asimismo, defendió tener una visión metropolitana de la movilidad, y apuntó al Ayuntamiento como actor clave que «lidere y ayude a financiar» proyectos, como la construcción de espacios «park&ride», donde los coches puedan aparcar fuera de la ciudad y se acceda a ella a través de transporte público.
Además, constató que hay proyectos pendientes en la ciudad, y pidió que se resuelvan a corto plazo, como acabar la L9 de Metro, la estación de La Sagrera, el soterramiento de las vías en L’Hospitalet de Llobregat, mejorar los accesos al aeropuerto de Barcelona, añadir carriles Vao, acabar la plaza de Les Glòries, reformar la Via Laietana y revisar el modelo de las «supermanzanas».
A medio plazo, también pide apostar por el Corredor Mediterráneo, que haya una reforma integral de la estación de Sants y sus accesos, así como los accesos al puerto de Barcelona viarios y ferroviarios, que se acelere la electrificación de los cruceros y mejorar la conectividad entre los aeropuertos catalanes.
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