Tomás Gómez

El artículo de Tomás Gómez: El Debate

Reeditar el acuerdo con ERC, Junts y Bildu, entre otros, tendrá consecuencias

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en el Palacio de la Moncloa. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón. 02 07 2023
El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez Alberto R. RoldánFotógrafos

Los sondeos detectan una ligera recuperación del PSOE, a costa de Yolanda Díaz, y acusan el desgaste de Feijóo por los pactos con Vox. Sánchez lo está aprovechando en programas de televisión y entrevistas para convencer a los electores socialistas desencantados de que hay partido.

Tezanos ha aportado su granito de arena a favor de Sánchez, dando mayoría a la coalición PSOE con Sumar. Es recurrente como el instituto demoscópico siempre acude en su rescate cuando más lo necesita.

En política, las sensaciones son tan importantes como la realidad y, en esa estrategia, el CIS contribuye a crear opinión, no a descifrar la que tienen los ciudadanos. El precio es el desprestigio del instituto.

La operación tiene un tinte maquiavélico, porque el fondo del asunto es instrumentalizar las instituciones del Estado poniéndolas al servicio de los intereses de Sánchez. Si se cuestiona la victoria de su adversario, el terreno de juego se hace más transitable.

Por otra parte, el líder socialista está evitando el debate incómodo de cuáles son sus opciones para formar gobierno. En tanto que el debate se centra en si los diputados del Partido Popular junto a los de Vox serán suficientes para permitir a Feijóo la investidura, nadie pone interés en calcular cuáles serán las alianzas que tiene Sánchez en mente.

Reeditar el acuerdo con ERC, Junts y Bildu, entre otros, tendrá consecuencias. Sin embargo, el clima de confrontación entre bloques pospone esa parte del debate al 24 J.

El lunes será el esperado debate entre los dos candidatos. Sánchez confía en que le dará el empujón definitivo y se está empleando a fondo, de hecho, ha cancelado la mayoría de compromisos de su agenda para prepararlo.

Es previsible que Sánchez actúe como si fuera el aspirante de la oposición. Una dosis de victimismo, aderezad con la denuncia de maltrato mediático y cierta agresividad en las formas, será su manera de afrontar el encuentro.

La posición institucional que le corresponde al presidente del gobierno no le va bien porque conlleva un discurso más moderado y la defensa de su gestión, que es, precisamente, en donde no quiere entrar.

Feijóo sale como favorito, por tanto, se debe limitar a no perder. Pero, tiene en su contra la desventaja de ser su primer debate de este nivel y el hándicap de que la actualidad mediática viene marcada por sus pactos con Vox. Ya veremos si este debate mueve algún voto o termina siendo de mero trámite.