Pactos

El poder económico teme el efecto desestabilizador de Vox

Incertidumbre en el Ibex y entre fondos de inversión, que anticipan inestabilidad y disfunciones. «Gente de nivel no entrará en un Gobierno con Abascal de vicepresidente»

El candidato por VOX a la presidencia de la Junta de Extremadura, Ángel Pelayo (c), y la presidenta del PP de Extremadura, María Guardiola (por detrás, durante la constitución de la Asamblea de Extremadura, a 20 de junio de 2023, en Mérida.
El candidato por VOX a la presidencia de la Junta de Extremadura, Ángel Pelayo (c), y la presidenta del PP de Extremadura, María Guardiola (por detrás, durante la constitución de la Asamblea de Extremadura, a 20 de junio de 2023, en Mérida.Jorge ArmestarEuropa Press

Vox genera incertidumbre en el poder económico. Los extremos son vistos, con sus matices, como elementos desestabilizadores tanto en el Ibex, como por los fondos de inversión y los principales empresarios españoles. Que Vox sea un partido de derechas supone cambios importantes desde el punto de vista programático frente a la «política bolivariana» en la que se inspira la izquierda a la izquierda del PSOE, pero el discurso y las exigencias que están exhibiendo en la resaca del 28-M están despertando intranquilidad entre los agentes económicos.

Alberto Núñez Feijóo lleva meses reuniéndose con actores económicos y sociales de todos los sectores: de banca, industria, Ibex, asociaciones de autónomos o representantes del mundo agrícola. La impresión que trasladan, después de verse con él, es de «confianza» en que no habrá un Gobierno de coalición en La Moncloa.

Ahora bien, el poder económico sigue en alerta, muy pendiente del resultado de las negociaciones en los gobiernos autonómicos, y con una incertidumbre creciente al ver «la radicalización» que está mostrando Vox en estos pactos postelectorales. Esta posición de Vox la leen las bases económicas del país como «una declaración de guerra», que puede llevar a que el 23-J «intenten bloquear incluso un Gobierno del PP que haya conseguido una mayoría amplia, superior a los 150 escaños». Para los pilares empresariales del país, esta posición de máximos de Vox «no es positiva y amenaza con generar disfunciones que alteren la estabilidad del ecosistema». «Igual que ha ocurrido con Podemos en la coalición de gobierno de izquierdas, salvando las diferencias programáticas que distancian a Podemos de Vox», apuntan desde la dirección de una de las empresas multinacionales del Ibex que opera en el sector de las infraestructuras. En el análisis que hacen, dentro de las quinielas que circulan en la sombra, destacan dos elementos. Por un lado, la idea de que un Gobierno con Santiago Abascal como vicepresidente podría llegar a ser «tan ineficaz como el que firmaron Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, por la competición ideológica que parece que es lo que más interesa al partido de Abascal».

En este nuevo ciclo electoral Vox ha antepuesto los planteamientos dogmáticos a cualquier otra consideración frente al pragmatismo que exhibió el partido en las negociaciones que se abrieron hace cuatro años.

"No se quieren manchar ahí"

Y, en segundo lugar, también temen que cualquier escenario que no se sostenga en una mayoría clara y rotunda del PP, y que cierre la puerta a Vox en el control de ministerios, debilitará el nivel del equipo económico de ese nuevo Gobierno porque «la gente con prestigio no se quiere manchar ahí».

Feijóo tiene nombres en la cabeza, figuras relevantes y que supondrían, si aceptan, un revulsivo en su gobierno, pero, en su política de control de los tiempos, no se anticipará en desvelar nada antes de quemar las etapas previas. El problema –se escucha entre quienes manejan los hilos de nuestro tejido productivo– es que «si Abascal se empeña en bloquear, si no se hace con ministerios, como ya está ocurriendo en las comunidades autónomas, provoque el repliegue de nombres de prestigio y experiencia de gestión».

Aunque hay consenso en que estamos en las puertas de un buen verano, en estas esferas también hay conformidad sobre el agotamiento económico y el debilitamiento que se irá a más, sobre todo a partir de 2024. Problema de deuda, de cambio en la reglas fiscales... «Aunque las cosas parece que van bien, confiarse es un error. Entraremos en una senda de languidecimiento si no se adoptan medidas importantes en los primeros días», señala un directivo de una energética.

Un programa realista

En la «cocina» del PP trabajan en la elaboración de un programa electoral con el límite de la única instrucción que ha dado Feijóo: que sea un documento con propuestas que se puedan cumplir. Esto genera una ansiedad añadida en el equipo redactor porque la evolución económica será decisiva en la capacidad de concluir ciertas iniciativas y también en los plazos de su ejecución.

El mantra de la izquierda de que no hay un equipo económico en el principal partido de la oposición no va a alterar la estrategia marcada en este terreno en Génova. Ni adelantarán nombres ni tampoco modificarán el plan trazado para ir amueblando la escena con algunas de sus principales propuestas. Esta semana se nota la preocupación interna que provoca el debate de los pactos con Vox: asumen que, quieran o no quieran, éste será un eje decisivo en el desarrollo de la campaña. No es cómodo para ellos y distrae la atención de los temas en los que quieren focalizarla, en base al lema «derogar al sanchismo». Pero esto mismo le pasó a Pedro Sánchez el 28-M, cuando todo su guion se derrumbó arrastrado por Bildu y otras polémicas.