Elecciones gallegas

El PP logra revalidar la mayoría absoluta y Feijóo sale reforzado

Alfonso Rueda amarra 40 escaños y gobernará en solitario

Galicia quiere seguir siendo azul.

Desde que el «patrón», como llamaban a Manuel Fraga, acometiera el camino inverso de Madrid a Galicia, los populares no dejaron de ganar en un territorio que lleva teñido de azul durante 43 años. Y es que, en las 12 elecciones autonómicas celebradas desde la democracia, el dilema en este territorio siempre ha sido si el PP lograría mayoría simple o mayoría absoluta. Los populares han logrado durante ocho elecciones ser la fuerza más votada menos en dos ocasiones, la última fue en 2015 cuando Fraga se quedó a un escaño para poder gobernar en solitario y entró en la Xunta de Galicia un gobierno de coalición: el de Touriño (PSOE) y Quintana (BNG) algo que aún los gallegos siguen sin olvidar.

Aunque Fraga no fue el primer presidente de esta comunidad sino Gerardo Fernández Albor quien, en 1981, logró la primera victoria azulada para Alianza Popular (26 escaños). Se convirtió entonces en el primer presidente de la Xunta de Galicia con el apoyo de UCD, que era la segunda fuerza en el parlamento (24) y que necesitó para lograr ser investido.

Estos comicios suponían un doble examen para los populares gallegos. Se examinaba Alfonso Rueda quien se presentaba por primera vez como candidato a la Xunta de Galicia, quien logró reeditar la tradición popular y sus paisanos le otorgaron la confianza para seguir siendo el presidente de todos los gallegos, esta vez por elección.

Rueda ya había dicho que la victoria sería «compartida» y que la mitad le pertenecía al líder nacional de los populares, Alberto Núñez Feijóo, quien se implicó como si de su propia elección se tratara recorriendo la mayoría de municipios rurales de Galicia con dos o tres actos por día.

El PP logra su quinta mayoría absoluta (40 escaños y 700.269 votos) y frena la entrada de los nacionalismos y una réplica de Frankenstein en Galicia.

Durante toda la campaña, el propio líder del PP implementó sus esfuerzos alertando a los gallegos del riesgo de un gobierno del BNG con el PSOE advirtiendo de que los nacionalistas gallegos, además, están coaligados con ERC y Bildu –de hecho, van juntos en las europeas en una lista encabezada por un exetarra condenado por el Supremo–. Por ello apelaron al voto «útil» pidiendo a los gallegos que apostaran «por la paz, la ley, la Constitución, el Estatuto de Autonomía y la convivencia», algo que podría ponerse en jaque si se reeditaba un gobierno como el nacional. «No puede ser que el 94% de los españoles estemos sometidos al 6% de los partidos independentistas. No puede ser que esa falta de estabilidad y moderación se importe a Galicia», fue una de sus máximas. Y los gallegos optaron por el «sentidiño». Esta victoria también refuerza al propio Núñez Feijóo en un territorio complicado, donde corría muchos riesgos porque tenía más que perder que ganar. De hecho, toda la campaña se ha medido en clave nacional donde, a mitad de ella se le complicó con la amnistía y se trató de tergiversar su idea sobre un posible indulto para Puigdemont.

Sin embargo, Feijóo, acostumbrado a gestionar crisis y dar la cara, salió a reiterar su sentir sin intermediarios. En la recta final, ratificó su «no» a la amnistía y su «no» a un indulto a un prófugo de la Justicia.

Pedro Sánchez intentó aprovechar esta brecha como arma contra el líder de los populares y con ello, llevar a cabo el efecto dominó y derribar al candidato Rueda. Pero los gallegos estaban más centrados en los problemas de Galicia y detectaron los intentos del rival por «embarrar» la campaña y no surtió efecto en el resultado. Tras conocer el escrutinio, la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, aseguró que «los gallegos han elegido los «puentes frente a los muros» y han lanzado un mensaje «claro y rotundo»: «Entre lío y estabilidad, han elegido estabilidad, entre división o unión, han elegido unión».

Consideró que el PSOE había tenido el «peor» resultado de la historia con las políticas de Sánchez». Por su parte, Alfonso Rueda aseguró que Galicia «ha lanzado un mensaje a España: aquí no queremos chantajes».

Núñez Feijóo se desplazará hoy a Galicia para presidir la junta directiva del partido.