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Aciertos y errores al elegir un procesador

Al elegir ordenador es normal que nos hagamos una pregunta fundamental, ¿cuál procesador debo elegir? Después de todo, este chip es prácticamente el corazón de cualquier PC, y en cierta forma, dicta el rendimiento que tendrán el resto de componentes.

Optimiza tu experiencia, ¿para qué usarás el procesador?
Optimiza tu experiencia, ¿para qué usarás el procesador? UnplashUnplash

De nada sirve tener una cantidad infinita de RAM y gráfica si nuestro CPU parece salido de una película futurista de los 60s.

En este punto, es donde algunos gastamos sumas de dinero para, por ejemplo, hacernos con una buena tarjeta gráfica. Solo para encontrar que nuestro CPU no cuenta con las capacidades para moverla al 100% o en caso contrario, dejamos ésta de lado para hacernos con un buen procesador. Esto generaría lo que se conoce como un “cuello de botella”. Por lo que es aquí donde cobra importancia nuestras decisiones al momento de elegir un procesador para nuestra PC.

Optimiza tu experiencia, ¿para qué usarás el procesador?

En el mundo digital, cada ordenador necesita un procesador único que se ajuste a las necesidades del usuario y el uso que le piensa dar. Por ello, es fundamental tener en cuenta el presupuesto, así como la posibilidad para mejorarlo de cara al futuro. Sin embargo, es aquí donde las especificaciones técnicas suelen volverse un poco confusas. Además de que el mercado está inundado de opciones casi infinitas.

Básicamente, elegir un procesador depende del propósito de nuestra PC. Si buscamos un equipo para ofimática, no es necesario rompernos demasiado la cabeza. Un procesador de 2 núcleos y 4 hilos es más que suficiente para satisfacer estas necesidades. No obstante, si el objetivo es un rendimiento óptimo en videojuego, tendremos que ir por algo más potente, al menos 6 núcleos y 12 hilos. Ya que gran parte de los recursos que estas aplicaciones consumen se asignan a este componente.

Aun así, los videojuegos no consumen tanto, como lo haría por ejemplo, una aplicación de diseño 3D profesional u otros programas pesados que requieran de grandes recursos. Es en este último contexto donde la elección del procesador cobra mayor importancia. Por lo que para satisfacer esta demanda intensiva, una configuración de 16 núcleos y 32 hilos suele ser lo más recomendable. Siempre y cuando se ajuste a nuestro presupuesto.

Procesadores de 2 núcleos y 4 hilos, ¿realmente no sirven para nada?

Esta es de una de las cosas que más se suele decir en este sector. Pero, como ya mencionamos, depende enteramente de las necesidades del usuario, e incluso de la optimización del PC. De hecho, es normal que muchas personas tengan sus ordenadores llenos de procesos basura, que solo están ahí para consumir recursos sin hacer nada. Esto es algo que difícilmente se notará en un procesador de alta gama, pero en uno más modesto, ya es otra historia.

No obstante, es cierto que muchas personas se dejan influenciar por prejuicios e incluso comentarios de personas que solo quieren venderles el procesador más caro. Algo que no es necesario si solo vas a realizar tareas básicas de ofimática, y solo se traduce en un gasto innecesario. Por ello, es muy importante considerar las múltiples opciones calidad-precio que nos ofrece el mercado. Ya que indudablemente encontraremos el procesador adecuado para nosotros y las tareas que vamos a realizar.

No siempre es imprescindible invertir en procesadores de última generación

Nucleo, subprocesos, hilos, relojes, frecuencia, todos estos son términos bastantes confusos para quien no conoce del tema. Luego a esto, súmale que cada fabricante le asigna un nombre propio y un número de generación a cada CPU. Es en este punto, donde muchos caen y asumen que un procesador de nueva generación indudablemente será mucho mejor que su predecesor. Y aunque en ocasiones pueden tener razón, nada está más lejos de la realidad.

Es cierto que se puede saber mucho de un CPU por su generación, pero existen muchos de años anteriores que rivalizan con otros más reciente. Un ejemplo de esto, puede ser un procesador antiguo con gráfica integrada, que a la larga resultará mejor que uno más reciente sin esta característica. Además de que optar por un procesador viejo resultará más barato y podemos mejorarlo con una GPU dedicada de cara al futuro.

Más dinero en un procesador no siempre se traduce en un mejor desempeño

Es común que muchos se dejan llevar por su intuición o incluso por comentarios de vendedores mal intencionados. Sin mencionar que es uno de esos casos en los que aplica lo de “menos es más”. Ya dejamos claro que existen muchas opciones para elegir un procesador en este mercado, adaptadas a nuestro presupuesto y necesidades. No obstante, otros eligen gastar más dinero en un CPU, a costa de descuidar otros componentes igualmente importantes del ordenador.

Si bien es verdad que no tendrán que cambiar de procesador en unos años, dejar de lado otros componentes por esta razón no es la mejor decisión. En un ordenador, cada elemento debe equilibrarse adecuadamente para garantizar un rendimiento óptimo en todas las tareas. De lo contrario, es posible que nos encontremos un rendimiento deficiente al abordar ciertos procesos específicos. Por ello, es mejor elegir cuidadosamente el procesador ajustado a nuestro presupuesto y asegurarnos que cumpla nuestras necesidades.