
Bienestar
Desconexión digital: entre el deseo y el derecho
Apagar el móvil y no saber nada de nadie puede ser un deseo de muchos pero no siempre fácil de cumplir, pese a estar reconocido como derecho laboral

Suprimir la comunicación. Interrumpir la conexión. Dejar de tener comunicación, relación, enlace. La desconexión, especialmente la digital, se ha convertido en un deseo para muchos y en una práctica recomendada por la mayoría de los expertos en bienestar.
Especialmente en épocas de vacaciones como las navideñas, poder apagar el móvil y dejar de saber del resto de la humanidad es un deseo para muchos, un derecho laboral que no siempre se cumple y algo que a muchas personas les sigue costando poner en práctica por aquello del “miedo a perderse algo” (o FOMO, como lo llaman los anglosajones). Un temor que puede tener consecuencias para la salud mental. “Los expertos coinciden en los detonantes de la salud mental, especialmente en adolescentes: acceso a internet sin control, acceso a servicios digitales gobernados por un algoritmo programado para ser adictivo y la facilidad de conexión con los teléfonos móviles”, detalla Manuel Fuertes, CEO de Kiatt, que incide en que “debemos analizar cuidadosamente la importancia de la salud mental y el rol de las nuevas tecnologías en la sociedad y el uso que se hace de ellas”.
Este experto asegura que el desarrollo de la tecnología es “inherente al desarrollo humano”, pero subraya que “no podemos permitir que la innovación tecnológica deje a un lado las necesidades emocionales de nuestra sociedad. Es el momento de parar, reflexionar y ser conscientes de que debemos utilizar la tecnología para construir un futuro más humano”.
Teléfono sí, inteligente no
Todo este cúmulo de situaciones está haciendo que algunos usuarios vuelvan a los básicos: un teléfono móvil pero no smartphone, de manera que las comunicaciones estén limitadas a llamadas y mensajes de texto. El estudio “Generación SPCial sobre hábitos de desconexión digital de los jóvenes españoles” de SPC señala que un 12,2% de la población ha optado por cambiar su smartphone por un teléfono sin internet y un 19,5% conoce a alguien que lo ha hecho.
Esta empresa se ha especializado en hacer terminales sin conexión a Internet. Aunque en un principio estaban pensados para gente mayor, el abanico de usuarios se ha ido ampliando y aseguran que, cada año, venden en España 300.000 móviles sin internet. “Los dumbphones son una opción que permite a las personas elegir cuándo quieren estar conectadas. Permiten seguir conectado con el mundo a través de llamadas y mensajes, pero evitando las distracciones que pueden traer consigo las redes sociales, apps, etc.”, defiende Irene Manterola, Directora de Marketing de SPC. “Hay gente que se siente cómoda usando un teléfono sin conexión a internet todo el tiempo, pero también hay muchas personas que pueden querer usarlo en momentos o entornos determinados”, detalla, añadiendo que el principal consejo que dan desde esta firma es “decidir cuáles son esos momentos y entornos. Es decir, habrá personas que quieran recurrir a ellos para usarlos en sus horas libres o fines de semana, disfrutando de un ocio más offline. Sin embargo, otras querrán usarlo durante periodos de tiempo más largos para poder centrar su atención en otras actividades y pasatiempos, tomándose un respiro de la hiperconexión que les rodea en su día a día”.

Es tu derecho
SPC asegura que sus terminales pueden ser útiles para aquellas personas que quieren usarlo como herramienta de trabajo, “ya que un teléfono sin acceso a internet les permite mantenerse disponibles, pero sin estar distraídos por notificaciones de mensajes o correos electrónicos”.
Lo cierto es que la desconexión digital es un derecho laboral en nuestro país. Pero, tal y como reconoce Victoria Miravall, Product Management Director Payroll & WCM en Wolters Kluwer Tax & Accounting Europe South Region, no siempre se cumple. “Las empresas tienen un papel clave como garantes de este derecho”, recuerda, sugiriendo el implementar políticas que promuevan buenas prácticas en este sentido como algo fundamental para fomentar la desconexión digital de los empleados y dar cobertura a este marco legal proteccionista. Pero Una vez creado el marco por parte de las empresas, “la desconexión digital es también una cuestión de voluntad y disciplina por parte del empleado, que debe interiorizar este derecho y hacerlo efectivo”.
Un matiz importante puesto que, tal y como deja en evidencia un análisis de InfoJobs sobre la desconexión en tiempos de descanso, 6 de cada 10 (59%) trabajadores declara no desconectar durante su periodo de descanso vacacional. Algo que afecta especialmente a quienes desarrollan su actividad en sectores con alta demanda durante estas fechas (como compras, logística y almacén; venta al detalle; o atención al cliente) pero también a puestos que requieren de disponibilidad constante o que tienen roles críticos, como el personal sanitario, los servicios de emergencia, u otros trabajadores esenciales.
“El descanso es esencial para nuestra salud y fundamental para prevenir problemas de estrés y agotamiento profesional, pero cada persona debe encontrar la fórmula para conseguirlo”, señala Mónica Pérez, directora de comunicación, estudios y RRII de InfoJobs, quien alude a que la tecnología “nos permite trabajar desde cualquier lugar y momento” por lo que “esa flexibilidad y facilidad también difumina las barreras entre el ámbito personal y el laboral, por ello tenemos que ser conscientes de la necesidad de encontrar el equilibrio entre ambos”.

Superar los miedos
Algunas personas no consiguen desconectar de su trabajo. Algo que tiene que ver con “la presión constante por cumplir objetivos determinados y estar disponible”, según InfoJobs, pero también por no disponer de directrices claras que delimiten el tiempo de descanso o la sobrecarga laboral.
“Algunos profesionales temen desconectar completamente del trabajo por miedo a perder oportunidades o ser reemplazados, lo que genera ansiedad y dificulta la desconexión. La sensación de no estar disponibles para el trabajo puede verse como un obstáculo en la carrera profesional”, añade Pérez. Algo que repercute en todo el equipo. “El comportamiento de los líderes influye en la cultura organizacional y sus acciones tienen un impacto en sus equipos y en el bienestar general. Si un responsable no desconecta, es probable que sus equipos sientan la presión de hacer lo mismo, por miedo a ser percibidos como menos comprometidos. Esto puede generar un efecto dominó”, avisa Mónica Pérez.
Pero apostar por este “detox digital” no solo es “beneficioso para las personas trabajadoras, sino también para las empresas: fomentar el bienestar laboral y valorar la salud física y mental de los empleados constituye una herramienta eficaz para el crecimiento y competitividad del tejido empresarial”, incide Victoria Miravall, para quien la desconexión digital no es únicamente una obligación para las empresas y un derecho para los trabajadores, sino de “un valor estratégico que impacta directamente en la competitividad, eficiencia y sostenibilidad de las organizaciones”.
Así pues, si eres un adicto al trabajo, “es fundamental adoptar un enfoque basado en la disciplina, las buenas prácticas y el uso de la tecnología”, según esta experta, quien aconseja definir horarios de inicio y fin de la jornada laboral y respetarlos. “Es una práctica que no solo previene el agotamiento laboral, sino que también fomenta el equilibrio entre vida profesional y personal”.
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