Longevidad

Liz Parrish y Bryan Johnson: el negocio de la longevidad es la nueva obsesión de Silicon Valley

Dos millonarios tecnológicos han conseguido reducir su edad biológica, a la espera de después hacer negocio con sus hallazgos

Liz Parrish y Bryan Johnson
Liz Parrish y Bryan JohnsonRRSS

En Carbón Alterado, la saga de ciencia-ficción que dio lugar a una serie de Netflix, los humanos del futuro tenían la posibilidad de cambiar sus cuerpos, denominados fundas por otras nuevas cuando se degradaban. Hoy eso no es posible, pero sí que hay ciertas personas en el mundo trabajando con todos los recursos de los que disponen para rejuvenecer su cuerpo a toda costa. Y no, no hablamos de operaciones de estética.

Liz Parrish y Bryan Johnson son los dos nombres de Silicon Valley que apadrinan la nueva obsesión de los magnates tecnológicos: la longevidad. Un escenario que tiene todos los visos de ser uno de los grandes negocios del futuro.

¿Quién no querría vivir más años y, sobre todo, sintiéndose joven? Pero: ¿Quiénes son Liz Parrish y Bryan Johnson?

Liz Parrish: La CEO de BioViva

Liz Parrish, CEO de BioViva, una empresa de biotecnología con sede en Seattle, es conocida por su audaz experimento de terapia génica anti-envejecimiento. En 2015, Parrish, a la edad de 44 años, viajó a Colombia para recibir dos terapias génicas experimentales.

Una de ellas fue una terapia de telomerasa, que, según BioViva, ha revertido la edad biológica de sus células inmunológicas en 20 años. A pesar de la controversia y el escepticismo de la comunidad científica, Parrish defiende la necesidad de avanzar rápidamente en terapias que puedan abordar las enfermedades del envejecimiento1.

Bryan Johnson: El emprendedor tech que quiere ser eternamente joven

Por otro lado, Bryan Johnson, fundador de Braintree, vendió su compañía a PayPal en 2013 por 800 millones de dólares, fortuna que ha hecho crecer con inversiones y que dedica ahora casi íntegramente a sus experimentos de juventud.

Desde entonces, ha estado explorando maneras de optimizar su salud y longevidad. Con un régimen diario que incluye más de 100 píldoras, terapias de luz LED y restricción calórica, Johnson busca frenar su tasa de envejecimiento. Su objetivo último es simple: "No morir”, dijo en una entrevista a Wired.

El último de sus experimentos, da una idea de que lo está probando todo: recibir transfusiones de sangre de su hijo adolescente.

Qué hay tras ello: rutinas obsesivas y pruebas sin validar

La rutina diaria de Johnson es estricta y meticulosa, levantándose a las 4:30 de la mañana y acostándose a las 8:30 de la tarde. Su dieta y estilo de vida están diseñados para optimizar su salud, con un enfoque en mejorar sus biomarcadores y VO2 máx (la capacidad de mover oxígeno de su sangre). A pesar de las críticas, Johnson está decidido a seguir su camino, compartiendo sus métodos y resultados en línea para aquellos que deseen seguirlo y quien sabe si comercializar sus avances en el futuro.

Parrish, por su parte, ha enfrentado críticas por su enfoque no convencional y la falta de rigor científico en sus experimentos. A pesar de esto, sigue siendo una defensora de la innovación rápida en el campo de la longevidad y busca expandir las pruebas de terapias génicas a más individuos.

¿Cuánto han reducido supuestamente su edad biológica?

Johnson ha visto mejoras en varios biomarcadores, y su VO2 máx es impresionante para su edad, siempre según sus propios datos, que estiman que ha reducido su edad actual de 46 años entre 5 y 10.

Parrish afirma que la terapia de telomerasa que recibió ha extendido los telómeros en sus células sanguíneas blancas en un 9%, equivalente a una reversión de 20 años en la edad biológica de estas células. De nuevo, siempre según sus evaluaciones.

El futuro del negocio de la longevidad, ligado a la tecnología

Poco a poco, la longevidad se está convirtiendo en un campo de interés para muchos en Silicon Valley, con empresarios y científicos explorando diversas formas de extender la vida humana. No hay que ir muy lejos: la cada vez mayor integración de dispositivos como los smartphone o los relojes inteligentes van encaminados a ello.

Pero la búsqueda de la longevidad plantea preguntas éticas y filosóficas sobre la vida, la muerte y la naturaleza humana. Mientras algunos ven el potencial de una vida extendida llena de posibilidades, otros cuestionan las implicaciones de vivir más allá de los límites naturales y de las desigualdades que pueden generar.

En este nuevo horizonte, la longevidad no es solo una obsesión personal, sino también un negocio emergente. Con el avance de la ciencia y la tecnología, el negocio de la longevidad podría ser el próximo terreno de exploración para emprendedores, científicos e inversores, buscando no solo entender los misterios del envejecimiento sino también capitalizar en la promesa de una vida más larga y saludable.