Bienestar
Scaleup tras 7 años de actividad, Harbiz aspira a ser unicornio en 7 años más
La startup fundada por dos ingenieros industriales que no sabían programar aspira a convertirse en unicornio, ampliando su mercado del fitness al bienestar físico y emocional
La historia de Harbiz es la de tantas otras startups que casi nacen de la nada y, tras un par de giros de guion, encarrilan su negocio y su futuro.
Mario Morante y Javier Ortega, CEO y COO y cofundadores de Harbiz, son ingenieros industriales que, reconocen, ni sabían programar ni tenían relación con el mundo del fitness. Pero en 2017 se les ocurre la idea de montar un Marketplace donde poner en contacto a entrenadores personales con usuarios. “Tenía una ventaja competitiva, porque el servicio no era solo a unir oferta con demanda, sino que permitíamos que el servicio fuese online, digital”. Los profesionales del fitness les empiezan a demandar cada vez más funcionalidades y estos emprendedores se dan cuenta de que los profesionales de este sector no tienen una herramienta que les dé respuesta a todas sus necesidades.
La parte positiva de la pandemia
En marzo de 2020 llega el COVID y el mundo del bienestar online explota, pero sigue siendo “un completo desconocido para este tipo de profesionales, porque venía utilizando papel, boli, mail, Whatsapp y otras herramientas para asesorar a sus clientes. Y, de la noche a la mañana, todo eso ya no les vale y empiezan a hacer, casi de manera desesperada, entrenamientos por Instagram, por Youtube Live, Zoom y demás”, recuerda Javier Ortega. Unas herramientas que no les permiten, no obstante, la gestión de sus negocios (comunicación, generación de comunidad, gestión de entrenamientos, de contenido, facturación, reservas...).
Tras aprender a programar JavaScript durante los primeros años del Marketplace con vídeos de YouTube, páginas web “y noches sin dormir”, deciden abandonar sus anteriores trabajos y centrarse 100% en su empresa.
“Creo que eso ha sido la clave para poder sacar el negocio adelante”, asegura Ortega. “Nuestro core es hacer productos. Si los fundadores, que somos dos personas, no somos capaces de hacer el producto, no hubiera salido adelante”, reflexiona. Algo que también les dio la agilidad de poder desarrollar las funcionalidades que los profesionales del fitness pedían en mitad de la pandemia. “Una agencia externa hubiera tardado de cuatro semanas en entendernos y en ponerlo en producción. Nosotros fuimos capaces de hacerlo en una noche”, recuerda.
Sin embargo, ambos fundadores reconocen que los primeros días de confinamiento fueron duros también en lo profesional y que estuvieron a punto de tirar la toalla. “Llevábamos dos años y pico machacándonos con el Marketplace, que no terminaba de funcionar. Estábamos súper quemados, confiábamos en que habíamos dado con algo y, de repente, parece que se acaba el mundo”, rememoran. “Pero de la noche a la mañana vimos que no, que era una oportunidad bestial para nosotros. Entonces nos encerramos en la cueva a mejorar el producto y salimos reforzados en cuanto empieza a sonar el teléfono de los entrenadores diciendo, me han cerrado el gimnasio, ayudarme a poder seguir comiendo”, explican.
Apuesta por la internacionalización
Harbiz cuenta en estos momentos, según sus propios datos, casi 6.000 profesionales (entrenador personal, nutricionista, fisioterapeuta o instructor de yoga, entre otros) asesorando a unos 150.000 clientes finales. El 70% son de mercado español y el resto internacional, especialmente en Inglaterra y Alemania.
Recientemente han recibido una ronda de 5 millones con la que quieren revertir estos números, ampliando el mercado de habla inglesa a otros países como Estados Unidos o Australia.
Mario Morante enfatiza entonces la necesidad de contratar perfiles nativos y especialistas en cada uno de los mercados internacionales en los que han puesto su mirada. “Queremos crecer siendo muy consciente de que no somos un call center de mano de obra barata. Buscamos hacer cada vez un producto mejor, más auto vendible, autosuficiente, contratando para ello perfiles especializados que nos ayuden a generar este contenido muy potente en inglés o en alemán”, detalla, añadiendo que los despidos en las grandes tecnológicas les ayudan a estas contrataciones. “Está saliendo mucho talento al mercado que nosotros estamos pudiendo aprovechar”, subraya.
Suscripción
Harbiz funciona con un sistema de suscripción mensual que cada cliente paga dependiendo del número de usuarios que gestiona dentro de la plataforma. Los precios van desde los 20 hasta los 200 euros al mes, con un mes de prueba (la tasa de conversión no ha sido facilitada, pero los fundadores aseguran que es muy alta y que están satisfecha con ella).
Los fundadores no dan cifras del reparto de clientes por esos rangos de facturación, pero sí que el ticket medio estaría en esa media entre los 20 y los 200. Además, reconocen que los clientes nuevos suelen empezar por los planes más bajos, mientras que los clientes más veteranos han ido creciendo en la plataforma. De momento, eso sí, la compañía aún no ha alcanzado el punto de rentabilidad.
Harbiz acumula ya cinco rondas de inversión y, aunque aún no vislumbran la siguiente, sí que aspiran a seguir recibiendo más capital según se vayan presentado las oportunidades de crecimiento, reconociendo que su aspiración es convertirse en unicornio, toda vez que, después de 7 años de actividad, han pasado de startup a scaleup. “Ojalá que tuviésemos una bolita de cristal, pero creo que de aquí a 5 o 7 años podemos estar ya en ese en ese pasito”, reconoce Ortega.
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