Historia
Escenarios de un desembarco en Normandía
El próximo 6 de junio se cumplen 70 años del día D
Los hermanos Ryan, los de la película "Salvar al soldado Ryan", en realidad se llamaban Niland. Murieron dos (no tres, al tercero se le dio por fallecido pero estaba en un campo de prisioneros en Birmania). Robert Niland murió el 6 de junio de 1944, el mismo día del desembarco de Normandía. Su hermano Preston, un día después. El cuarto hermano que luchaba en la Segunda Guerra Mundial, Frederick, fue repatriado a Estados Unidos. Robert y Preston son dos 9.387 soldados estadounidenses enterrados en el impresionante Cementerio Militar Norteamericano de Normandía. Estos días se cumplen 70 años de aquella jornada histórica que comenzó al alba.
Muy cerca del pueblecito de Colleville-sur-Mer, en una verde colina sobre el Canal de la Mancha, 9387 tumbas perfectamente alineadas, la mayoría con cruces blancas, algunas con la estrella de David judía, son un emotivo recuerdo de lo que una guerra deja tras de sí. Caminar entre las líneas de cruces de las que no se ve el fin, leer los nombres de los jóvenes aquí enterrados, es una emotiva experiencia para el viajero. La mayor parte de ellos fallecieron el día del desembarco y en las jornadas inmediatamente posteriores. Muchos de ellos, en la playa que queda bajo la colina, la que aquel 6 de junio de hace 70 años recibió el nombre en clave de Omaha.
Los 80 kilómetros de costa de Normandía son, en su gran mayoría, grandes playas. La marea baja deja amplias extensiones de arena fina. El escenario ideal para un desembarco militar. 175.000 norteamericanos, británicos y canadienses desembarcaron aquel día. Sólo en la playa de Omaha fallecieron 6000 estadounidenses. Un recorrido por la zona permite encontrarse con algunos de los escenarios de aquella guerra. Normandía, en el noroeste de Francia, ha querido que nunca se olvide lo ocurrido hace ya siete décadas.
Como los fortines construidos por las tropas alemanas a pie de costa para intentar impedir el desembarco aliado. O las baterías de artillería que, desde varios kilómetros hacia el interior, podían bombardear las playas o las lanchas de desembarco. Cerca del pueblo de Longues-sur-Mer aún pueden verse los enormes cañones alemanes en los búnkeres de hormigón que les servían de protección y camuflaje.
Algo más al este, la playa del municipio de Arromanches presenta un aspecto apocalíptico. Enormes bloques de hormigón forman un irregular trazado unos metros mar adentro. Los ingenieros tuvieron mucho que ver en el éxito del desembarco. En Arromanches levantaron en unos días un puerto artificial con gigantescos diques prefabricados traídos por mar desde Inglaterra. Por aquí desembarcaron casi tres millones de hombres y 500.000 vehículos. Parte de esa infraestructura, llamada "mulberry", se ha conservado hasta nuestros días. Me siento pequeño al caminar con la marea baja junto a algunos de esos bloques, varados en la playa de Arromanches.
En otro cementerio militar de Normandía, el de La Cambe, cerca de Bayeux, están enterrados soldados alemanes, fallecidos también en días cercanos al desembarco. En las pequeñas lápidas, junto al nombre, aparece la fecha de la muerte y también la de su nacimiento. En muchos casos, el cálculo arroja edades de poco más de 18 años. Demasiado jóvenes, seguramente, para saber por qué mataban y por qué morían. Normandía es un viaje a la historia: conocerla para, quizá, no repetirla.
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