Lo mejor de 2019

Lo mejor de 2019: Los 12 personajes del año

Leonor de Borbón, Rosalía o Greta Thunberg, entre los personajes del 2019

Climate strike in Turin
La activista sueca Greta Thunberg, en Turín / Europa PressNicolò Campo/LaPresse via ZUMA / DPANicolò Campo/LaPresse via ZUMA

2019 ha sido el año de Leonor. La Princesa de Asturias ha protagonizado sus dos primeros actos oficiales en Oviedo y en Barcelona, asombrado por su soltura, naturalidad y dominio de los idiomas. Pero ha habido otros personajes destacados, como la cantante española Rosalía, muy laureada en este año; Greta Thunberg, la activista sueca que ha movilizado el mundo por el cambio climático, o Juan Guaidó, Presidente interino de Venezuela.

Leonor de Borbón, Princesa de Asturias

Quizás llegue a pensar que su vida no es tanto un sueño hecho realidad como una realidad convertida en un sueño del que no es fácil despertar / Alberto R. Roldán
Quizás llegue a pensar que su vida no es tanto un sueño hecho realidad como una realidad convertida en un sueño del que no es fácil despertar / Alberto R. Roldánwww.albertoroldan.com

Es hija de un rey, pero sobre todo de su tiempo. La belleza es en ella apenas un valor añadido, porque lo que más importa de Leonor nunca será visible. Sabe sonreír en varios idiomas, y da la impresión de que aún sueña con cuentos de reyes y princesas. Ella misma podría ser una princesa Disney si no fuera porque ha resultado una «Made in Spain», de modo que tendrá que ir silbando a trabajar aunque caigan chuzos de punta. Que caerán. Porque las princesas de estos tiempos tienen que sudar la camiseta, o sea: el traje de gala. Y aunque seguramente su dulce hermana Sofía la ayudará a recorrer el Paseo de la Fama de la historia, a veces será duro no desfallecer. A Leonor no le faltarán recursos, pero quizás llegue a pensar que su vida no es tanto un sueño hecho realidad como una realidad convertida en un sueño del que no es fácil despertar. Luce el aire desenvuelto y confiado de quien intuye que es una privilegiada. Sobre todo por tener una madre que se ha propuesto que viva su infancia toda, apurándola bien, pues las madres saben que ésa es –mucho más que una Corona– la mejor herencia que puede recibir una niña.

Greta Thunberg, activista contra el cambio climático

Si el liderazgo del mundo lo ostenta una niña de 16 años, el mundo anda tan perdido como ella / EFE
Si el liderazgo del mundo lo ostenta una niña de 16 años, el mundo anda tan perdido como ella / EFEALESSANDRO DI MARCOEFE

En la historia de Greta Thunberg falla el relato. La suya no es una infancia robada; es una infancia perdida. Perdida en un mundo de adultos del que desconoce las reglas, los límites, el lenguaje, las trampas y las traiciones. Con 10 años, una profesora le habló del cambio climático, cayó en una depresión y dejó de comer y de crecer. Tiene una vida en la que la huella de carbono está más presente que la huella de su infancia. Tiene 16 años y también tiene síndrome de Asperger. Tiene una madre que le llevaba un plato de arroz con garbanzos cada viernes de huelga frente al parlamento sueco y que come queso a escondidas para que Greta, vegana, no la vea. Tiene un caballo que comparte con otros niños en un establo de Estocolmo y dos perros que la esperan en casa, y la esperan sentados. Lo que no tiene es edad ni vida para mirar con odio y fruncir el ceño.

A Greta la hemos visto en el Parlamento Europeo, en la Cumbre climática de la ONU, en el Foro Económico Mundial, también en Madrid… pero no la hemos visto con un libro en las manos, en el cumpleaños de una amiga o asistiendo a clase. Unos piensan que Greta es una niña manipulada, otros que es una líder absoluta. Si el liderazgo del mundo lo ostenta una niña de 16 años, el mundo anda tan perdido como ella. Cuando se encuentre, encontrará el regalo de una vida normal.

Manuel Marchena, Presidente de la Sala Penal del Supremo

Manuel Marchena preside la Sala de Admisión de causas especiales del Tribunal Supremo
Manuel Marchena preside la Sala de Admisión de causas especiales del Tribunal Supremolarazon

Durante no pocos meses no había informativo de TV, radio o páginas de periódico donde no ocupara un espacio prominente. Pasó a entrar en la vida de los españoles muy a su pesar. Ironía fina y mano dura dirigía el mayor proceso judicial al que se enfrentaba la Justicia española desde el 23-F. Al final, salió más que airoso: unos y otros reconocían la labor de dirección del proceso que había llevado a cabo. Cuestión distinta fue la sentencia, o, más en concreto, algunos párrafos de la misma, como el que todo lo sucedido fue una «quimera» o una «presión para negociar» o que no se acepta la petición fiscal de que se fijara al menos el cumplimiento de la mitad de la pena para que los condenados pudieran obtener el tercer grado.

Pero, al margen de ello, supo dirigir el proceso de forma más que inteligente durante unos meses en los que se vio privado de «vivir con normalidad». Ahora intenta recuperar todo ese tiempo. Ha vuelto con normalidad al Teatro Real de Madrid para presenciar grandes obras de ópera, a lo que es muy aficionado, o a conciertos de música clásica y vuelve a recuperar su afición por la fotografía. Recientemente, renovado como presidente de la Sala Penal del Supremo, en el ambiente del mundo jurídico su nombre sigue sonando para más altas esferas. Siempre que no lo tire por la borda otro whatshapp.

John Bercow, exportavoz de la Cámara de los Comunes

John Bercow se hizo popular por sus llamadas al orden durante los interminables debates parlamentarios sobre el Brexit
John Bercow se hizo popular por sus llamadas al orden durante los interminables debates parlamentarios sobre el BrexitJESSICA TAYLOR / UK PARLIAMENT HEFE

Carismático y polémico, John Bercow ha sido una de las voces que mejor ha narrado el drama del Brexit. Sus gritos de «order!, order!», resonaban en el Parlamento británico con autoridad y esperanza, pero Bercow se ha ido, y el «orden» después del referéndum de 2016 en Reino Unido sigue siendo una utopía. Quien fuera portavoz de la Cámara de los Comunes durante una década ha gritado una media de 14.000 «órdenes» hasta finalmente jubilarse el 31 de octubre. «Tory» y admirador de Margaret Thatcher, en su última etapa ha sido de los pocos al otro lado del Canal de la Mancha que han logrado poner al líder del Partido Conservador, Boris Johnson, contra las cuerdas. Bercow ha conseguido vetar en varias ocasiones en las que era vital para que saliera adelante una votación del acuerdo del Brexit. Anteriormente chocó con May y con Cameron, quien estuvo a punto de expulsarlo. Su apasionante vida privada ha traspasado muchas veces a los tabloides y el papel cuché. El humor británico dentro de las filas «tories» ha dejado chistes como: «El problema con John es que descubrió el sexo y el Partido Laborista al mismo tiempo». Con todo, su última etapa lo ha convertido en uno de los niños bonitos de la prensa extranjera, mientras que en la británica su figura sigue dividiendo a partes iguales.

Plácido Domingo, tenor

Domingo tiene previsto cantar el mes que viene en Dallas
Domingo tiene previsto cantar el mes que viene en DallasALBA VIGARAYEFE

Si para, se oxida. Es su mantra y lo repite casi desde que el mundo es mundo. Plácido es de los pocos artistas que no necesita apellido para que se sepa de quién hablamos. Y de él se ha hablado, lo hemos hecho muchos, este año. A veces, demasiado. Él ha seguido cantando a pesar de las denuncias de presunto acoso sexual que sobre él vertieron dos cantantes a través de una agencia de noticias y a las que se sumaron hasta una veintena sin identificar. Ha seguido siendo Nabucco en Valencia. Y Ernani en La Scala. Y volverá a la Ópera de Viena. A Berlín también. Le esperan Boccanegra y Giorgio Germont. Y conciertos en Tokyo. «Si me paro, me oxido», repite. Y estará sobre el escenario hasta que el público se lo demande. «Me siento más fuerte que nunca», confiesa quien acumula en su garganta un record tras otro. Se descubre optimista y frente a quienes le tachan de «extraterrestre», dice que es «un hombre de este mundo. Es el único que conozco». Y ríe. Cada vez que sube a un escenario es como si lo hiciera por vez primera. Pero tiene muchas tablas y una carrera inmensa. ¿El final? No lo ve. ¿La despedida? Tampoco. Le quedan sueños por cumplir. Proyectos, también. Y seguir metiéndose en la piel de alguno de esos 150 personajes que le han marcado la vida para siempre y a los que ha llevado alto. El telón aún no ha caído. Si se para, se oxida. Y lo repite como un mantra.

Martin Scorsese, director de cine

Es hora de defender el cine que nos ha educado. Los gángster con dilemas religiosos, los jesuitas con sangre en las manos / EFE
Es hora de defender el cine que nos ha educado. Los gángster con dilemas religiosos, los jesuitas con sangre en las manos / EFEMARIO ANZUONIReuters

Siempre dijo que en la comunidad italoamericana de su Queens natal había dos opciones para los niños de los 50: ser sacerdote o gángster. Él optó por el cine, pero sin dejar atrás ambas obsesiones. Ahora, al cabo del camino, a sus 77 años, nos topamos con la enésima maravilla del director de «Taxi driver»: «El irlandés» tiene algo de autohomenaje y canto de cisne, de reencuentro en el asilo de viejos amigos: Joe Pesci, Robert de Niro, y por primera vez junto a Marty, Al Pacino. Es el sueño hecho a la medida del «scorsesiano». Un filme que actúa como cierre y compendio de una trilogía junto a «Uno de los nuestros» y «Casino», incluso con derivaciones a modo de prólogo hacia «Malas calles». Scorsese, bajito, dicharachero, se metió este mismo año en un jardín: decir que Marvel «no es cine». Pecado capital para una industria que vive del rodillo superheróico. No en balde, este firme defensor de la sala, ha tenido que transigir con Netflix, capaz de poner 175 millones de dólares allí donde otros hacen oídos sordos a un genio sin igual. Es hora de defender el cine que nos ha educado. Los gángster con dilemas religiosos, los jesuitas con sangre en las manos, los boxeadores tristes en blanco y negro... El Universo Cinemático Scorsese, vivo a sus 77 años.

Juan Guaidó, Presidente interino de Venezuela

Juan Guaidó, el presidente de la Asamblea Nacional / Efe
Juan Guaidó, el presidente de la Asamblea Nacional / Efelarazon

Juan Guaidó dio un paso audaz cuando asumió en enero la presidencia de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición. Al poco de iniciar su mandato, este ingeniero de 36 años, totalmente desconocido hasta entonces, activó un artículo constitucional alegando la existencia de un vacío presidencial en el país, considerando que Maduro «usurpó» el poder con unas elecciones fraudulentas. Guaidó, surgido de las filas del partido Voluntad Popular, de Leopoldo López, logró reanimar a muchos venezolanos que vieron en él sangre nueva y ganas de movilizar la calle. Como cara visible de la oposición venezolana, ha sido blanco de las campañas de acoso del régimen chavista, que no ha logrado doblegar su voluntad de seguir en primera línea. Lideró el movimiento del 30 de abril, un intento de alzamiento militar con el supuesto apoyo de altos funcionarios chavistas que terminó en fracaso. Su liderazgo se ha debilitado con casos de corrupción dentro de las filas opositoras y la frustración que dejó la fallida revuelta contra Maduro. Pese a todo, es el líder reconocido por 57 países como el máximo representante de Venezuela. A primeros de 2020 aspira a ser reelegido como presidente del Parlamento hasta que «termine la usurpación de Maduro». Siempre ha dicho cuando se convoquen elecciones transparente y confiables, se retirará de la primera línea para dejar paso a otros dirigentes.

Ricky Rubio, jugador de baloncesto

Ricky Rubio fue elegido el MVP de la Copa del Mundo
Ricky Rubio fue elegido el MVP de la Copa del Mundolarazon

Ricky Rubio debutó en la Liga ACB en 2005. Lo hizo con 14 años, 11 meses y 24 días. Fue y sigue siendo el estreno más precoz en la historia de la competición. La afición del Joventut acostumbraba a cantarle aquello de «Ricky, Ricky, Ricky, abusón, abusón, abusóooon...». En China, en la Copa del Mundo que ganó España, al mejor Ricky le pudieron cantar lo mismo. El segundo oro mundialista del baloncesto español estuvo marcado por la ascendencia del base en el juego del equipo y por su elección como Jugador Más Valioso (MVP) del campeonato.

Su padre, Esteve Rubio, lo confesó en LA RAZÓN antes de la épica semifinal ante Australia: «Tiene las mismas sensaciones que cuando era cadete. Se ve muy superior a los demás, se siente con mucha confianza y lo transmite en la pista». Por eso desde el primer día de concentración fue el único que se atrevió a hablar abiertamente de que el objetivo era ganar el oro. Tenía una corazonada porque se lo había prometido a su madre Tona, que falleció en 2016 víctima de un cáncer de pulmón. Con 29 años, después de 14 como profesional, Ricky tiene nuevos desafíos. Ya ha cumplido otra de sus promesas con la creación de la Ricky Rubio Foundation, una organización dedicada a la lucha contra el cáncer. ¿La siguiente? Ganar la NBA. En los Suns de Phoenix ha empezado la nueva etapa.

Nahurito, emperador de Japón

El gigante tecnológico deslumbró al mundo con su apego a las tradiciones durante la entronización del nuevo Tenno / EFE
El gigante tecnológico deslumbró al mundo con su apego a las tradiciones durante la entronización del nuevo Tenno / EFEKazuhiro NogiAP

El conjunto de ceremonias que rodeó la entronización del nuevo emperador Naruhito y el advenimiento de la era Reiwa a lo largo de 2019 volvió a hacer patente que esta milenaria nación asiática parece vivir en un universo paralelo en el que las reglas de la lógica funcionan de una manera peculiar. ¿Cómo entender sino que un país volcado en el diseño del capacitador electrónico definitivo, en la construcción de un reactor de fusión termonuclear en frío y de un computador cuántico –al mismo tiempo– se gaste 2,44 billones de yenes en la construcción de un complejo de edificios efímeros para que en ellos se desarrolle un intrincado ritual en el que se ofrece un grano de arroz recién cosechado en la prefectura de Kyoto a la diosa solar Amaterasu, deidad protectora del Tenno y ancestral progenitora de la familia del propio Naruhito en la noche de los tiempos? Pues bien, todas estas cosas son literalmente ciertas. De hecho, en 1990, cuando fue entronizado Akihito, se especuló con que el secreto ceremonial –que empezó a las 18:30 y termino a las 3:15 de la madrugada– incluyó, además de 500 ofrendas de alimentos rituales a otras tantas deidades, el hecho de que el emperador se uniera simbólicamente con los dioses en camas preparadas a tal efecto en el «sanctum» del templo. Comparado con esto, el debut en Oviedo de nuestra radiante Princesa de Asturias no debería escandalizar tanto a nuestros taciturnos republicanos.

Mario Draghi, expresidente del BCE

Tenía el poder, tan vicario como real, de crear y destruir dinero, y lo ejerció con un cierto estilo de cardenal –incluso de Papa– renacentista / AP
Tenía el poder, tan vicario como real, de crear y destruir dinero, y lo ejerció con un cierto estilo de cardenal –incluso de Papa– renacentista / APMichael ProbstAP

Italiano, de Roma (1947), fue durante ocho años (2011-2019), el hombre más poderoso de Europa. Tenía el poder, tan vicario como real, de crear y destruir dinero, y lo ejerció con un cierto estilo de cardenal –incluso Papa– renacentista. Mario Draghi, ex presidente de Banco Central Europeo, loco para unos, visionario para otros, siempre será el hombre que salvó al euro y quizá a la Unión Europea –la vieja Europa– alumbrada en sus orígenes para que nunca se repitiera la tragedia de la II Guerra Mundial. «El BCE hará lo que tenga que hacer», dijo un 26 de julio de 2012, cuando el euro, acosado en los mercados, luchaba por su supervivencia al borde de precipicio y cuando, por ejemplo, la prima de riesgo de España superaba los 600 puntos básicos, frente a los actuales 75. Fueron, en inglés, tres palabras mágicas –«wathever it takes»–, seguidas de una advertencia, que ahora algunos creen que encajarían en un personaje de «El Irlandés», la última película de Scorsese. «Y, créanme –apostilló el italiano–, será suficiente». Lo fue, pero no gratis. Draghi reinventó el BCE. Para apuntalar las economías de los países de la zona euro creó –de la nada– más dinero de lo que nadie hiciera nunca y aplicó tipos de interés negativos. Sus críticos le reprochan que deja sin resolver el experimento –contranatura– de los tipos de interés negativos. Es cierto, pero Draghi ya es una leyenda monetaria y sí salvó al euro; hay quién sugiere que también podría ser presidente de Italia en el futuro.

Annegret Kramp-Karrenbauer, presidenta de la CDU

El 70 por ciento de los alemanes no ve a la heredera de Merkel como futura canciller. En el partido, la culpan de los malos resultados electorales / EFE
El 70 por ciento de los alemanes no ve a la heredera de Merkel como futura canciller. En el partido, la culpan de los malos resultados electorales / EFECLEMENS BILANEFE

Nadie dijo que fuera fácil relevar a Angela Merkel al frente de la Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido de cuyas filas son cinco de los ochos cancilleres de la República Federal de Alemania. Pero que Annegret Kramp-Karrenbauer, más conocida como AKK, sea la novena no está tan claro un año después. Entre los alemanes, un 70 por ciento no ve que la ministra de Defensa reúna las cualidades necesarias para encabezar el Gobierno una vez que Merkel complete su cuarto y último mandato en el otoño de 2021. Pero lo más preocupante es que sus propios correligionarios democristianos también dudan si nominarla siquiera como candidata el año que viene. Las juventudes incluso reclaman elegirla mediante primarias.

Curtida en la política local y regional (presidió Sarre entre 2011 y 2018), AKK no va a tirar tan fácilmente la toalla. En el reciente congreso de la CDU en Leipzig, desafió a su mayor crítico, Friedrich Merz, a dar un puso al frente. «Si el partido no está de acuerdo con mi línea, corresponde a este congreso decidirlo. Hablemos de ello, debatamos. Pero pongamos fin a esto, aquí y ahora», zanjó. Sus críticos la culpan de los malos resultados electorales del último año. El último en Turingia, donde fue superada por los ultraderechistas de Alternativa para Alemania (AfD).

Rosalía, cantante

A sus 26 años, ha alcanzado el cielo en apenas cuatro años de carrera. Es la artista española más poderosa del mundo / EFE
A sus 26 años, ha alcanzado el cielo en apenas cuatro años de carrera. Es la artista española más poderosa del mundo / EFENINA PROMMEREFE

Ha sido el año de Rosalía. Se llevó el galardón al Mejor Vídeo Latino en los MTV Music Awards para convertirse en la primera artista española en recibir un premio en la gala que rinde homenaje a la imagen contemporánea de la cultura pop. A sus 26 años, ha alcanzado el cielo en apenas cuatro años de carrera. Es la artista española más poderosa del mundo. Rosalía trata ya de tú a tú a otras estrellas como Taylor Swift, Missy Elliott, Miley Cirus, Ariana Grande, Queen Latifah y demás. Lo ha conseguido con todo lo que se necesita en esta era para triunfar: una imagen personal, dominio de las redes sociales, tesón, un amplio equipo que no deja margen a la improvisación, mucho trabajo y el dominio del estilo que se lleva.

Hace apenas diez años, con 15 recién cumplidos, solo era una niña que concursaba en el programa de televisión «Tú si que vales» en busca del «pelotazo». Ahora es un icono mundial que lo mismo aparece en el famoso calendario Pirelli –algo que antes solo habían conseguido en nuestro país Inés Sastre y Penélope Cruz–, que al siguiente día acude a recoger un premio MTV o disfruta de una página del «The New York Times» llena de referencias a su poder dentro de la industria del espectáculo. Asombroso, y más teniendo en cuenta que su carrera apenas acaba de comenzar.