El Gobierno de coalición es ya una realidad. Se encuentra atado y está rubricado por sus máximos líderes. Está a la espera de la decisión de ERC sobre su necesaria abstención para desatascar la parálisis política en la que el Gobierno lleva instalado durante ocho meses. En 47 días se ha fraguado el futuro gobierno bicolor; lo que no fue posible tras tres meses de negociación después de las elecciones del 28-A, sí ha sido viable en poco más de un mes.
El acelerador se pisó el domingo en La Moncloa. El botón lo pulsaba el propio Pedro Sánchez que pretendía hacer «doblete» ayer en el Congreso presentando, por un lado, su acuerdo con el PNV, y por otro, cerrando la coalición con Pablo Iglesias. La intención era clara, llegar al día de Reyes con el «sí» del Congreso, pero la presión a ERC no funcionó y llevó a que el independentismo decidiera pausar los tiempos al no convocar para hoy su Consell Nacional. Para llegar a la rúbrica de la coalición fueron necesarias, «in extremis», tres horas de negociaciones en La Moncloa, según fuentes de la negociación.
Sánchez convocaba a Iglesias para cerrar los flecos del acuerdo programático, hasta seis o siete puntos que contaron con mayor fricción entre ambas partes. En la reunión estuvieron también presentes el secretario general de la presidencia Félix Bolaños y la portavoz adjunta de Unidas Podemos, Ione Belarra. Vitales en la negociación han sido también parte del equipo negociador formado por la ministra María Jesús Montero y, por parte de Podemos, Irene Montero y Pablo Echenique. Los «escollos» principales quedaron borrados en el despacho del presidente, complejo donde Pablo Iglesias no tiene previsto tener despacho.
Allí también quedó rubricado el futuro organigrama del Consejo de Ministros, aunque no será desvelado hasta después de la investidura, en la que se encuentran asegurados ya cuatro ministros morados. Pablo Iglesias encarnará la vicepresidencia segunda de corte social, mientras que Carmen Calvo será la vicepresidenta primera política y Nadia Calviño, la vicepresidenta tercera, concentrando todo el poder económico del Gobierno.
Ayer Sánchez e Iglesias presentaron los ejes troncales de «Un nuevo acuerdo para España», un documento de 50 páginas en el que ambos partidos apuestan por poner en marcha una gran subida de impuestos para las rentas más altas y para las grandes corporaciones, incluyen también la derogación de la reforma laboral y de la «ley mordaza», así como por un amplio paquete de medidas sociales y con marcado acento feminista.
PSOE y Podemos también dedican una parte del acuerdo al conflicto independentista catalán, que tildan de «conflicto político». Precisamente la aceptación del concepto «conflicto político» fue una de las condiciones que ERC exigió al PSOE para negociar su apoyo y de la que ayer mismo los independentistas catalanes se hacían eco.