Coronavirus
Estado de alarma
La evolución de la pandemia en el mundo, ha hecho aterrizar bruscamente al Presidente del Gobierno en la alarmante realidad. El pasado domingo, el feminismo marxista oficial ocupó las calles de nuestras ciudades, y en Madrid nada menos que nueve miembros del Gobierno, se manifestaron para avalar la total normalidad sanitaria existente. Seis días después, se decreta el estado de alarma, bajo cuya vigencia no hubiera podido celebrarse el 8-M.
Lo sucedido es muy grave, supeditando la salud pública al jolgorio feminista de Calvo y Montero. Volveremos sobre ello. La ley orgánica que regula los «estados de alarma, excepción y sitio» se aprobó desarrollando el artículo 116 CE en junio de 1981, tras comprobar que en el 23-F se esgrimió el presunto vacío de autoridad —con el Gobierno secuestrado en el Congreso—, para sacar los tanques en Valencia. A situaciones especiales, respuestas extraordinarias, y así sucedió también tras el golpe de Cataluña con la aplicación del artículo 155. «No hay mal que por bien no venga»: esta alerta sanitaria ha hecho desparecer a Puigdemont y Torra de la escena política y mediática, y es probable que marque un cambio de rasante en las previsiones políticas para esta legislatura. «Prímum vívere…»: Se avecina una muy grave recesión económica y social, que nos hará retroceder a los recortes de la crisis de la que habíamos salido con éxito y grandes sacrificios. En ese escenario, los separatistas no aportan nada a Sánchez.
✕
Accede a tu cuenta para comentar