La unidad militar que nos guarda

Enfundados en sus peculiares uniformes negros coronados por su boina mostaza o amarilla son identificables a ojos vista. Pero más allá de sus colores, lo que distingue a los miembros de esa unidad es la obra y la estela benefactoras que dejan allí por donde pasan. En tiempos de paz, sus frentes de batalla siguen activos, no han desaparecido. La contienda no se detiene y el enemigo adopta demasiadas caras que exigen esfuerzos extenuantes que los llevan al límite. Es la Unidad Militar de Emergencias y hoy, en esta de-salentadora era del Covid-19, del contagio y la muerte, patrullan las calles de nuestras principales ciudades. Su presencia denota la excepcionalidad que padecemos, pero a la vez nos reconforta, porque sabemos que se han sumado a los miles y miles de servidores públicos que están ahí fuera para que la inmensa mayoría de los españoles se quede dentro a buen recaudo del bicho que nos amenaza. Pero es este un rincón dedicado fundamentalmente a las cifras y estas son abrumadoras en el caso de la UME desde su creación, de la que se cumplen 15 años en este 2020. Sus operativos en toda clase de escenarios más o menos catastróficos dentro y fuera de nuestras fronteras se cuentan por centenares y sus actuaciones han estado siempre a la altura de su responsabilidad y presididas por su altísima capacitación propia de una gran profesionalidad y excelente formación, además de contar con procedimientos eficaces derivados de su intensa experiencia. En escenarios de inundaciones, incendios forestales, terremotos, ciclones y toda clase de desastres en España y allí donde se les ha requerido. Su extraordinario prestigio ha sobrepasado el perímetro nacional hace tiempo hasta convertirse en espejo, ejemplo y estímulo para la formación de otras unidades similares en distintos países. Las gentes de Mozambique, Bolivia y Guatemala se han beneficiado de la pericia y el coraje de nuestros militares el pasado año, doce meses con récord de días de intervención en la historia de la UME. Ahora, los tenemos entre nosotros. Con ellos, somos más fuertes.