Estado de alarma
El último revoloteo
Cs justificó su apoyo al Gobierno para la quinta prórroga de alarma por la necesidad de «salvar vidas», ante la negativa de prestarle ayuda por parte de ERC, su socio preferente. Suscribió así un incomprensible maridaje político con Podemos y PNV para salvar la «vida política» de Sánchez, más que la de los españoles. Salvo que consideren «salvados» a los dos mil desaparecidos de la lista de fallecidos producidos durante la prórroga que facilitaron.
Ahora Sánchez deja a Cs en la irrelevancia política, y vuelve a ERC para restablecer el bloque de la moción de censura que le aupó a la presidencia hace dos años, salvándole –entonces sí– de la muerte política.
Pero da una clave de interpretación de lo sucedido, la coincidencia en el tiempo de estos hechos, con los movimientos en la CAM, de evidente intencionalidad política contra su presidenta Ayuso. Así, en apariencia, se estaría produciendo un «do ut des» entre Sánchez y Cs: dejar al PP «arrinconado» junto a Vox y a las derechas más fraccionadas que nunca, a cambio de un horizonte de supervivencia política personal para dirigentes de una fuerza cuyo futuro político parece irrelevante, por estar abocados a la extinción. La propia ERC se ha jactado de que su recuperado acuerdo con Sánchez le ha dejado en esa situación.
Deberían aspirar a tener un final algo más glorioso, aunque, con estos movimientos, no da esa impresión. El último revoloteo del partido mariposa.
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