Coronavirus

Turismo nacional (I)

Las parcelas de la Playa de Silgar, no se usan
Decenas de personas en la Playa de Silgar en Sanxenxo prefieren no utilizar las parcelas que el ayuntamiento ha habilitado para mantener la distancia social, este lunes. EFE/ Salvador SasSalvador SasEFE

Dice el refranero popular que «no hay mal que por bien no venga», y que «hay que hacer de la necesidad, virtud».

Esta referencia viene muy bien en momentos como los que vivimos a consecuencia de la epidemia. El coronavirus –un mal objetivo– nos obliga a adaptarnos a la situación creada, muy vinculada en esta época estival a las vacaciones y al turismo. ¿Qué bien podemos obtener de ese mal, con nuestras acciones?

Entre otros, el de potenciar el turismo nacional: conocer y disfrutar de la riqueza paisajística, histórica, cultural, climática, gastronómica, deportiva… que hacen de España una formidable potencia turística mundial, destino predilecto de cerca de 85 millones de extranjeros cada año. «No se puede querer lo que no se conoce» y, sin duda, no conocemos suficientemente la maravilla de nuestra España. Si la conociéramos más y mejor, nos sentiríamos mucho más orgullosos de ella y más cercanos a nuestros compatriotas. Quién sabe si el coronavirus iluminará al separatismo, que ahora hace una llamada al resto de españoles a disfrutar del atractivo turístico de Cataluña, reconociendo que esta «es mejor con vosotros». Me sumo a esa llamada, que ojalá haga de la necesidad económica, la virtud de acercar pueblos y atenuar el coronavirus amarillo. Predicando con el ejemplo, los Reyes se han sumado a las numerosas iniciativas públicas y privadas para promocionar el turismo nacional este difícil verano, al recorrer las diversas tierras y gentes de España. Real ejemplo.