Iñaki Urdangarín.

Tercer grado de Urdangarín: la doble vara de medir de la Fiscalía

La Fiscalía no recurrió cuando se le concedió a Diego Torres ni a Jaume Matas. «Es una claro agravio comparativo», denuncia su abogado

El pasado miércoles, la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca rechazaba la concesión del tercer grado penitenciario a Iñaki Urdangarín, manteniéndole en segundo grado con aplicación del 100.2 para que dos días a la semana pueda salir unas horas de la prisión de Brieva para realizar labores de voluntariado en un centro de Pozuelo de Alarcón (Madrid) que atiende a personas con discapacidad intelectual. Urdangarín fue condenado a 5 años y 10 meses de prisión por el «caso Nóos» y lleva en prisión desde el 18 de junio de 2018.

La Audiencia estimaba con esa decisión el recurso interpuesto por la Fiscalía contra las decisiones del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 1 de Valladolid, que le concedió una progresión de grado a régimen abierto, lo que le permitía hacer su vida cotidiana fuera del centro penitenciario y volver a dormir de lunes a jueves, y, adicionalmente, salir de prisión un fin de semana al mes. Además, el tercer grado conllevaba igualmente la posibilidad de disfrutar hasta 48 días de permisos al año. Los argumentos esgrimidos por la Sala se reducían a dos, principalmente: la «alarma social» provocada por el delito por el que fue condenado y el hecho de que todavía no haya cumplido la mitad de la pena, lo que sucederá el 15 de mayo del próximo año.

Eso sí, el Ministerio Público deja la puerta abierta para que el próximo mes de diciembre, cuando se deba de nuevo proceder, se haga la revisión de la clasificación penitenciaria de Urdangarín.

De esta forma, la actuación de la Fiscalía fue decisiva para que Iñaki Urdangarín no pudiese acceder al tercer grado y lo que ello conlleva. Pero lo que llama la atención no es el hecho en sí de la decisión del Ministerio Público, sino el criterio mantenido respecto a otros dos condenados en la misma procedimiento. En concreto, según su abogado, Mario Pascual, ha existido «un claro agravio comparativo y una discriminación, porque no se entiende que en la misma causa Diego Torres, sin oposición del fiscal, tenga desde junio el tercer grado, y antes el 100.2, al igual que Jaume Matas, respecto al cual tampoco se opuso la Fiscalía».

En cuanto a Torres fue condenado a 5 años y siete meses – tres menos de la pena impuesta a Iñaki Urdangarín–, la Fiscalía recurrió en un primer momento la concesión del tercer grado, pero posteriormente dejó que la resolución de la Juez de vigilancia penitenciaria de Cataluña fuera firme al no recurrir en apelación.

Tampoco deja de ser llamativo que uno de los argumentos de la Fiscalía para oponerse al tercer grado haya sido que la decisión de la Junta de Tratamiento de la prisión de Ávila no hubiese sido unánime, sino que «sólo» contó con una mayoría de cuatro votos a favor de otorgarle el régimen de libertad frente a tres que proponían que continuase con el 100.2 pero también permitiéndole salir dos fines de semana al mes.

Por ello, deja abierta la puerta a reconsiderar su criterio en diciembre si existiese una propuesta de la prisión «que sea unánime y no sólo mayoritaria y muy ajustada, como la actual» y que Instituciones Penitenciarias también lo avalase.

«Mazazo, pero resiste»

La resolución de mantenerle en tercer grado fue recibido por Urdangarín, según manifestó su abogado a LA RAZÓN, como «un mazazo muy duro, pero como es una persona excepcional se está recuperando y como buen deportista sabe recuperarse de estas circunstancias y no se va a venir abajo». Y ello, añade, «pese a que leíamos los argumentos del juez de Vigilancia de Valladolid, que le concedió el tercer grado, y no entendíamos los motivos por los que se oponía la Fiscalía» al tercer grado.

A todo ello, se suma el riesgo de que se pueda limitar los movimientos de circulación en Madrid, pues le impediría también salir para la realización del voluntariado

Terceros grados controvertidos

Diego Torres (Desde junio disfruta del tercer grado). El socio de Iñaki Urdangarín en el Instituto Nóos, Diego Torres, fue condenado a cinco años y siete meses de prisión. Ingresó en la prisión de Brians 2 de Barcelona curiosamente el mismo día que lo hacía Urdangarín en la de Brieva, el 18 de junio de 2018. Inicialmente fue clasificado en segundo grado. El pasado 4 de septiembre, cuando llevaba de cumplimiento dos años y tres meses, el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 2 de Cataluña ratificó el tercer grado, que el fiscal no recurrió ante la Audiencia de Palma de Mallorca, como sí hizo con Urdangarín.
Jaume Matas (Tercer grado al cumplir la mitad de la condena). El ex presidente balear Jaume Matas fue condenado a cuatro años y tres meses de prisión también en la misma causa. Instituciones Penitenciarias le concedió el tercer grado el pasado mes de agosto, cuando cumplió la mitad de la pena impuesta en esa sentencia. Sin embargo, sobre él pesaba igualmente otra condena de 10 meses de prisión. Instituciones Penitenciarias le otorgó el régimen restringido del tercer grado, consistente en salir de prisión los fines de semana. La Fiscalía, según fuentes juridicas, tampoco recurrió la decisión de Instituciones Penitenciarias.
Miguel Ángel Flores (Cumplió un año y nueve meses por el Madrid Arena). El empresario Miguel Ángel Flores fue condenado a cuatro años de prisión por cinco homicidios de imprudencia grave, por las muertes de las cinco chicas en la tragedia del Madrid Arena, ingresó en la cárcel de Segovia el 20 de marzo de 2018. El pasado 18 de diciembre, cuando llevaba cumplida un año y nueve meses de la pena –menos de la mitad de la condena–,después de que se lo concediese el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 1 de Valladolid –el mismo que se lo había otorgado a Urdangarín–. La Fiscalía no recurrió ante la Audiencia de Madrid.
Oriol Pujol (Con 70 días de cumplimiento, salidas a diario de prisión). Oriol Pujol Ferrusola fue condenado a dos años y medio de cárcel por el «caso de las ITV». Ingresó en la prisión de Brians 2 el 17 de enero del pasado año. En marzo, la Generalitat le concedió el tercer grado, pero el fiscal sí recurrió y el juzgado de Vigilancia Penitenciaria revocó esa decisión. Sin embargo, de forma inmediata, la Junta de Tratamiento de la prisión le concedió la a aplicación del artículo 100.2, que le permitió salir cada día de la cárcel. El 30 de julio, la Audiencia de Barcelona revocaba la decisión del juzgado y le otorgaba el tercer grado.