PSOE

Moncloa liga el pacto para el CGPJ al voto del PP en la moción

Esperan que pasado el trance parlamentario, Casado vuelva a la mesa de negociación

El Gobierno dota de máxima trascendencia a la moción de censura de Vox, que se debatirá y votará esta semana en el Congreso de los Diputados. Abocada al fracaso, pudiera concebirse como estéril, pero lo cierto es que en Moncloa la perciben como una piedra de toque, que permitirá establecer una foto fija de la legislatura, después del azote de la pandemia del coronavirus.

Al Ejecutivo le beneficia en dos frentes: primero, porque le permitirá compactar al bloque de la investidura en torno a Pedro Sánchez, que saldrá indemne de la embestida de la ultraderecha, en vísperas de la importante negociación y aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Y en segundo término, porque retratará a Pablo Casado y «lo que quiere ser» en los próximos meses.

Un posicionamiento, el del PP en la moción de censura, que en el Gobierno vinculan ya a sus relaciones futuras y a la eventualidad de poder llegar a grandes consensos que desbloqueen cuestiones pendientes como la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

Así lo señalan en privado fuentes del Ejecutivo, que esperan en la respuesta que dé Pablo Casado a la moción de censura un acicate para volver a la mesa de negociación o, por el contrario, resignarse a que el principal partido de la oposición opte por la estrategia de la crispación.

Así lo reconocía ayer también en público el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, que no lo exponía como una condición para retomar la senda del diálogo, pero sí como una aproximación «de su posición estratégica para los grandes acuerdos.

Si vota “no” y rompe con la estrategia de la confrontación y abre un tiempo nuevo». Ese tiempo nuevo podría cristalizar en un acuerdo para la renovación del CGPJ para la que PSOE y Unidas Podemos presentaron hace una semana una proposición de ley para cambiar la ley orgánica y rebajar así el sistema de mayorías parlamentarias.

Una propuesta que podría quedar en nada, tal como reconocen en Moncloa, en caso de alcanzar un entendimiento con el PP. Los socialistas defienden que la proposición de ley es «instrumental» y lo realmente importante es «llevar hasta el final el propósito de renovar el órgano de gobierno de los jueces». Es más, después de la polémica suscitada y de que prácticamente todos los ámbitos políticos y judiciales se hayan posicionado en contra de la reforma, al Gobierno le interesa que el PP se avenga a negociar y abandonar la vía de la rebaja de las mayorías parlamentarias para su renovación.

En el Ejecutivo esperan que, una vez superada la moción de censura de Vox, se puedan retomar los contactos que han sido continuos entre el ministro de Justicia, Juan Carlos, Campo y el responsable de esta área del PP, Enrique López. «Esa es la vía para seguir hablando», confirman. Para acercar posturas, en Moncloa están dispuestos incluso a hacer «concesiones de naturaleza democrática», aunque sin concretarlas, y creen que la «condición de proscribir a Podemos, un partido legítimo que forma parte del Gobierno», solo es «una excusa» de los populares para no llegar a un pacto sobre el CGPJ.

Sin embargo, este ánimo de alcanzar un acuerdo contrasta con la estrategia de presión sobre el PP, en torno a la moción de Vox, y el durísimo tono que Ábalos utilizó ayer para referirse al principal partido de la oposición. El dirigente socialista acusó a los populares de estar «desnortados» de ser «un gran problema para España» y un partido «antisistema».

En el PSOE ven la moción de censura como un «ajuste de cuentas entre la derecha y la ultraderecha» para ver quién asume el liderazgo de la oposición y consideran una «vergüenza» que Pablo Casado «siga deshojando la margarita» para precisar el sentido de su voto. «Las dudas de Casado no son retóricas, sino patéticas, de aquel que ha caído en su propia trampa y no sabe salir de ella», señaló el ministro Ábalos, al tiempo que lamentó el «drama» que es que se acabe decidiendo el voto «en función de que la ultraderecha les retire el apoyo en aquellas comunidades en las que gobiernan gracias a ella».

En este punto, Ábalos redobló la presión sobre los populares, en la línea de algunos cargos del PP que vetan la abstención: «Exigimos a Casado que vote “no” a la moción de censura de la extrema derecha y “sí” a la moderación para volver a grandes acuerdos».