Interior

La Guardia Civil expedienta a un Tedax con 35 años de experiencia en terrorismo por denunciar falta de material

Ángel Iglesias es secretario provincial de AUGC en Cantabria y, pese a haber pasado las pruebas periódicas, el mismo día que le sancionaron, le comunicaron que ya no tenía aptitudes para su puesto

Ángel Iglesias, artificiero de los Tedax, en un atentado en Santoña en el año 2008
Ángel Iglesias, artificiero de los Tedax, en un atentado en Santoña en el año 2008La RazónCedida

Es muy injusto que un guardia civil sea expedientado por reclamar el material necesario para ejercer su trabajo pero aún chirría más cuando se trata de un agente con casi 40 años de experiencia a sus espaldas en uno de los destinos más sensibles: técnico en desactivación de artefactos explosivos (Tedax), en Cantabria y durante los llamados años de plomo. “La gente asocia mucho los atentados de ETA al País Vasco pero en Cantabria también vivimos unos cuantos. Teníamos mucho trabajo con los que llamábamos “comandos de verano” y hemos sufrido tres o cuatro coches bomba, en el aeropuerto de Santander, en el aparcamiento subterráneo de Alfonso XIII y delante de un edificio de asuntos ministeriales en la calle San Fernando...” También bombas lapa en el coche de un policía nacional en Castro Urdiales aparcado a la salida de un colegio, en vías férreas, en carreteras, concesionarios... Han tenido para practicar.

Lo explica Ángel Iglesias, un guardia que nació en un pueblo de Asturias pero se crió en Valladolid e ingresó en la benemérita en Madrid en 1981.Cinco años después se especializó en Tedax y fue destinado a Cantabria, donde ha vivido situaciones de riesgo extremo. Ahora es de los más veteranos de su especialidad, algo que en este ámbito se valora por encima de los galones. “Es triste pero cuantos más atentados llevas, más preparado estás. Sobre todo para gestionar todo lo que se genera alrededor: cuando hay que desalojar un bloque a las 4 de la mañana y los vecinos ponen pegas para salir, cuando tienes que decirle a un oficial que tiene que ampliar el cordón aunque se corte una autovía en plena operación retorno de vacaciones... Todo eso mientras está el artefacto ahí esperando”, explica con humildad este guardia que, además decidió llevar desde hace muchos años la secretaría general de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) en Cantabria. Dentro de la misma es, además, el representante de los Tedax a nivel nacional, es decir, recoge todas las denuncias de compañeros y los problemas específicos de esta especialidad. Y es este rol lo que, curiosamente, le ha causado más quebraderos de cabeza que los peligrosos artefactos a los que le ha tocado echar el guante a lo largo de su carrera.

Iglesias ante un atentado con coche bomba en Santoña en 2008
Iglesias ante un atentado con coche bomba en Santoña en 2008La RazónCedida

19 días sin una herramienta indispensable

Iglesias comenzó a denunciar hace años las carencias de material que sufrían sus compañeros. Son los únicos técnicos en explosivos que conservan unos antiguos trajes especiales que les dio AENA en los años 80, los robot que tienen para acercarse al artefacto son de finales de los 70... “Muchas policías los tienen en los museos”, advierte Iglesias, que asegura que no pide nada que no venga en la ley de prevención de riesgos laborales: “Algo tan sencillo y tan barato como cascos. Hay veces que hemos ido a hacer voladuras a canteras y no hay para todos. O chalecos antifragmetación: son vitales para nuestro trabajo”. Todo ese material, de hecho, es el que viene en los manuales oficiales. Uno de ellos es precisamente un comprobador de línea. Se trata de un aparato que utilizan todos los artificieros, ya sean de cuerpos policiales, mineros, para fuegos artificiales. Según el experto, el comprobador de línea se utiliza para comprobar la continuidad de la línea eléctrica que va unida por una parte al explosor y por otra al detonador y el explosivo. Es una especie de polímetro pero homologado para que no descargue energía y no active el detonador y, por tanto, el explosivo. Es posiblemente la herramienta más básica de un Tedax y a ellos, en Cantabria, se les estropeó el que tenían y estuvieron nada menos que 19 días sin ninguno.

Por este motivo, Iglesias realizó, en noviembre de 2019, una comunicación de riesgo a la oficina de Riesgos Laborales de la Comandancia de Cantabria, explicando que no era seguro trabajar sin ese aparato. Un instrumento que, asegura, no pesa más de 200 gramos y es algo sin lo que no se debe intervenir, según todas las guías oficiales.

Expediente por decir que no es seguro

¿Cuál fue la respuesta del Departamento? A pesar de que ellos en al Guardia Civil tienen permitidas este tipo denuncias por la ley de prevención de riesgos laborales, a Iglesias le abrieron un expediente disciplinario. Precisamente por decir que se ponían en peligro por no tener ese aparato fue expedientado de empleo y sueldo una semana. “El mismo departamento elaboró un informe diciendo que no era necesario ese aparato. De repente dejó de ser necesario a pesar de que viene como imprescindible en todos los manuales de Tedax y en el Reglamento minero”. De hecho Iglesias recuerda que era motivo de suspenso durante el curso de formación. “Si no comprobabas la línea te suspendían porque era una medida de seguridad básica”, dice aún incrédulo. Se trata de una herramienta imprescindible para volar un proyectil, para abrir una puerta de un coche... En definitiva, para todo lo que hacen en el día a día.

Ángel Iglesias, de Tedax de la Guardia Civil
Ángel Iglesias, de Tedax de la Guardia CivilLa RazónCedida

Era el primer expediente que abrían a Iglesias a lo largo de toda su vida. “Y encima por una comunicación de riesgo”, apuntilla. Pero el tema no acaba aquí. Tras esa comunicación le comunicaron que ya no era apto como Tedax y le propusieron para ir a lo que llaman “reciclaje”. “Nosotros pasamos pruebas cada dos años en las que nos van valorando si seguimos capacitados y siempre las he pasado sin problema. Pero ahora, de repente, ya no era válido”, dice con ironía porque el vínculo con su queja previa parece evidente. Tras varias semanas en las que él estuvo de baja por un problema en la vértebra se incorporó y curiosamente pudo seguir trabajando. De hecho, tuvo una incidencia con una granada que apareció en una cueva en el valle de Asón. “Mi pérdida de aptitud era cuando les convenía pro eso me dejaron trabajar. Es evidente que no es un tema técnico”, resume.

Pérdida de especialidad

Y ahora, hace diez días le ha llegado un nuevo expediente en que le proponen baja de la especialidad y pérdida de destino. “No me esperaba que después de tantos años de trabajo ocurriera esto. No les gusta la crítica pero el problema es que si por esa carencia de material ocurre algo a ellos no es solo que no les pase nada físicamente sino que tampoco tendrían responsabilidades y eso es muy injusto. Cuando hacemos peticiones es desde el sentido común y desde la experiencia de tantos años, si fuera algo nimio no advertimos del riesgo”. Además, Iglesias se queja de que los mismos que le proponen para sanción son precisamente quienes le explicaban los medios imprescindibles para una intervención.

Ángel Iglesias, Tedax de Guardia Civil, en un atentado en San Vicente (Cantabria)
Ángel Iglesias, Tedax de Guardia Civil, en un atentado en San Vicente (Cantabria)La RazónCedida

Así, está ahora contra las cuerdas un guardia que no solo ha luchado contra ETA, sino también contra el terrorismo yihadista y que de forma muy frecuente continúa desactivando artefactos de la Guerra Civil como bombas, morteros, granadas, proyectiles... Cerca de 40 años de servicio en primera fila trabajando siempre que ocurría algo. “Aunque estemos librando, si ocurría algo siempre íbamos”, explica recordando los años más duros. Y así, precisamente lo recuerda su hijo también, que en su perfil de Facebook colgó un texto explicando la situación de su padre. “Uno de los recuerdos más nítidos que tengo de cuando yo era pequeño era en el autobús del colegio a primera hora de la mañana mientras escuchaba la radio que el conductor elegía. Muchos días una de las primeras noticias que mencionaban los locutores era que ETA había colocado otra bomba en alguna parte de Cantabria. Yo sabía perfectamente lo que eso significaba, mi padre, le tocara trabajar o no, estaría allí. Porque le pagaban por eso, pero también porque él sabía que toda ayuda era necesaria en esos momentos de estrés y de máximo riesgo”. Para el hijo del guardia, “es muy triste que una persona, tras décadas de trabajar al límite en situaciones de máximo riesgo por más de 35 años y enfrentándose directamente contra el terrorismo y contra sus bombas en nuestro país, sea expulsado de su especialidad solamente por defender a sus compañeros frente a los abusos de sus jefazos”.

Dispositivo de iniciación de granadas de ETA en el atentado del aeropuerto de Santander en 2003, desactivada por Tedax de Guardia Civil
Dispositivo de iniciación de granadas de ETA en el atentado del aeropuerto de Santander en 2003, desactivada por Tedax de Guardia CivilLa RazónCedida