Isabel Medina Peralta, la oradora con camisa falangista a sus 18 años se ha hecho tendencia en las redes sociales gracias a su discurso antisemita en un acto de homenaje a los caídos de la División Azul. Se siente “fascista, o nacionalsocialista” y cree en “una patria y una justicia para el pueblo”. No se queda con un referente político, sino que sigue “bastantes”. Y cita a Ramiro Ledesma Ramos, “fundador único del fascismo en España, o del nacionalsocialismo, porque de hecho así se definía en un principio”. También nombra a Juan Aparicio, cofundador de las JONS; “por supuesto”, a Benito Mussolini, Adolf Hitler, Giovanni Gentile “y demás teóricos de mi ideología”, como el filósofo nazi chileno Miguel Serrano. Sobre José Antonio Primo de Rivera dice tener “tal admiración” que “todos los años me voy al Valle de los Caídos el 20 de noviembre para honrarle”. No se identifica con Vox, “de hecho odio más a Vox que a Podemos”, asegura.
- El día 10 hubo un acto de la Hermandad de la División Azul. ¿Por qué no estuvieron en la Almudena ese día, con los protagonistas directos?
- Yo fui, pero tarde, porque trabajo y estudio, estaba en una reunión con unos clientes, la historia se alargó, cogí el metro pero no llegué a tiempo, me quedé en la puerta de la Almudena. Yo estaba invitada, claro.
- ¿Tienes relación con la Hermandad?
- No directamente, pero sí con camaradas que participan en ella.
- El presidente de la Fundación Franco, hijo de divisionario, ha criticado duramente tu alusión, ¿qué piensas de ello?
- Tengo que decir que franquista no soy, todo lo contrario. Es normal que él se sienta ofendido por mis palabras, porque se relacionan con el régimen que defiende. Franco pactó con los sionistas en determinado momento de la Historia. Seguramente sin quererlo, porque en realidad no era político, sino militar, y terminó abriendo las puertas a la masonería.
- ¿Por qué esa mención a los judíos?
- No me he pronunciado contra los judíos, ha sido contra el judío, es decir, contra el que señalo culpable de la liquidación occidental y de llevarnos a las lindes de la descomposición histórica. En ningún momento señalo a un colectivo. En caso de que tuviera la osadía de arremeter contra un pueblo completo, un pueblo formado por personas que pueden ser como de mi familia pero practicantes de otra religión, creo que perdería todo el honor que pudiera tener mi persona. Nunca arremetería contra un pueblo entero, sino contra un cierto estrato de la raza noble o de los elegidos, como ellos mismos se denominan en textos semíticos como el Talmud.
- ¿Cómo se han tomado en tu casa todo esto?
- Vivo sola, mis padres... sobre todo mi padre ha intentado por todos los medios que no fuese fascista, me tiraba los libros, no quería bajo ningún concepto que siguiese esa ideología. Así que me echó de casa. No tolera mi ideología.
- Has militado en diversas facciones de Falange, una de ellas de Manuel Andrino. ¿Has encontrado tu lugar en el partido?
- Soy fascista, pero sí he militado en Falange. No estoy en Juventudes de Falange, porque su línea no concuerda con mi forma de entender la militancia.
- ¿Militas ahora en algún partido?
- No, ayudo a todos. Ayudo a todo lo que considero que pueda ser bueno para mi pueblo.
- ¿Qué papel has tenido en el Sindicato Español Universitario (SEU)?
- He estado, pero no de forma oficial. Ayudaba cuando tenía 14 años. Me parece una organización honrosa, al final es un sindicato de estudiantes que planta cara al progresismo en las aulas y siempre van a tener mi apoyo incondicional.
- ¿Qué estudias?
- Estudio Historia en la Complutense, pero es bastante complicado compaginarlo con el trabajo y con mantener una casa. Últimamente tengo la carrera aparcada.
- ¿Y en qué trabajas?
- Eso prefiero no decirlo.
- Con tu juventud, ¿cómo has llegado a este punto de militancia y en esa dirección?
- Con trece años, quizá tenía razón mi padre, que decía que me pasaba como a Don Quijote, que de tanto leer se me fue la pinza. Pero me divertía leyendo, no prestaba atención ni al móvil ni a cosas que divertían a niñas de mi edad. Me dedicaba a leer y a leer y a leer, no me posicionaba políticamente hasta que me llamó la atención que todos los medios siempre concordaban en que el fascismo era demoniaco. Por pura curiosidad me puse a estudiar sobre el fascismo y al igual que leía a Marx para estudiar el comunismo, hice lo mismo con Mussolini, Giovanni Gentile, Hitler, me enamoré del fascismo y le he entregado mi vida. Suena ridículo para una persona que no ve la vida y la Historia como yo, pero es mi forma de pensar.
- ¿Temes una denuncia?
- Me es indiferente. Y me consta también cárcel, pero no me preocupa. Tengo muy claro lo que quiero hacer en mi vida, mi misión en este mundo, y no me arrepiento ni un ápice. De hecho no sabía la repercusión que iba a tener, pero de haberlo sabido lo repetiría mil veces.
- O sea que no te arrepientes.
- En absoluto, ni me arrepentiré nunca. Todas las cosas que digo las digo porque realmente creo en ellas. Puedo ser muchas cosas pero nunca una hipócrita.
- Tras la detención del rapero Pablo Hasél, ¿te identificas con lo que pueda pasar?
- Me parece que ambas cosas son injustas. No se puede detener a alguien por su forma de pensar, porque vivimos en una supuesta democracia, pero cuando de una forma o de otra te desvinculas del sistema y luchas contra él, trae consecuencias.