Elecciones 4-M
El plan del 70%: la cifra de Redondo para echar a Díaz Ayuso de la presidencia de la Comunidad de Madrid
El objetivo es que Gabilondo llegue a 40 escaños, pero estiman que con 39 forzaría el empate
Queda todavía un mes para las elecciones a la Comunidad de Madrid del próximo 4 de mayo, pero la demoscopia trabaja a máximo rendimiento para que las estrategias de los partidos se puedan tejer y testar en tiempo real. En Moncloa, que ha asumido la campaña del candidato Ángel Gabilondo, tienen algunas certezas y también comienzan a percibir cómo se materializan los resultados. Los objetivos se encuadran en varios ejes. El primero es la imprescindible movilización. En el Gobierno tienen cuantificado que, a partir del 70% de participación sus posibilidades de desalojar a Isabel Díaz Ayuso pueden cristalizar. Es un horizonte similar al que tenían estipulado a nivel nacional, cuando Sánchez revalidó el poder (de la moción de censura) en las urnas el pasado 28 de abril de 2019, la movilización se ubicó en el 71,7 por ciento.
Este hecho hace que se haya procedido a recuperar uno de los ejes que protagonizaron aquella campaña de las generales del 28-A:el miedo a Vox como acicate para que los españoles no se quedaran en casa y “frenaran con su voto a la ultraderecha”. Otro de los mantras electorales que se han recuperado para esta campaña es el giro al centro del 10-N. Fue entonces cuando Pedro Sánchez dijo aquello de que “no dormiría tranquilo” con Pablo Iglesias en el Gobierno, un veto equivalente al que mantiene en la actualidad Gabilondo al líder de Podemos. Este giro al centro obedece a que en Moncloa también tienen cuantificados los votantes huérfanos de Ciudadanos que necesitan para materializar el vuelco electoral.
El PSOE sale a captar a 25.000 ex votantes de Cs que no repetirán su voto. Los naranjas apenas logran fidelizar al 30 por ciento de su electorado de hace dos años, lo que les coloca actualmente -según los sondeos que baraja Moncloa- fuera de la Asamblea de Madrid. Del pastel restante, el 70% estaría ya en manos de PP y Vox, por lo que los socialistas se han propuesto atraer al 30 por ciento final. Incluso tienen identificados los barrios de Madrid en los que se ubica ese votante, sobre todo las expansiones residenciales al norte de la capital.
En el Gobierno aseguran que la derecha está ya “súper movilizada” y que superando el umbral del 70% de la participación, “Ayuso no gobierna”. Nadie duda de que la actual presidenta ganará las elecciones, pero esta victoria podría no ser suficiente si no logra ahormar una mayoría suficiente en torno a ella. En Moncloa desmontan el mito de que Madrid es de derechas y aseguran que existe un empate a 1,5 millones de votantes para ambos bloques, con lo que la capacidad de movilizar al electorado es clave. En la sala de máquinas socialista identifican el techo del PSOE en los 37 diputados, una representación rocosa que ya se alcanzó en 2019 y que es imprescindible ampliar para tener opciones de gobernar.
Un 1% de opciones de ganar
Fuentes de la candidatura comentan a LA RAZÓN que desde que se comenzó a trabajar con Gabilondo hace dos semanas, el candidato ha pasado de una estimación de 33 a 37 escaños. “Estamos a dos de empatar el partido”, señalan, porque ubican en 39 actas las posibilidades reales de desbancar a Ayuso del Ejecutivo madrileño. “Hay un 1% de posibilidades de ganar y exprimimos ese 1%”, trasladan las citadas fuentes. En los estudios demoscópicos de Moncloa se aprecia una cierta tendencia a la baja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, que comienza a sufrir el desgaste de la gestión de la pandemia. Es una tendencia de fondo. Sin embargo, en preferencia de los votantes sigue por delante. Esta preferencia otorga un 45% para Ayuso y un 38% para Gabilondo.
Con la precampaña a pleno rendimiento, aunque todavía resten varias semanas para la cita con las urnas, los socialistas creen que Génova se ha equivocado en su decisión de montarle un “1 de octubre” a Ciudadanos. El 1 de octubre, además de en el imaginario independentista vinculado al referéndum, lo tienen marcado a fuego en el PSOE como el día de 2016 en el que la Ejecutiva de Sánchez dimitió para forzar su salida del partido en un traumático Comité Federal. Tras este episodio, el defenestrado líder apuntaló su campaña en el victimismo y creen que Ciudadanos podrá jugar también esta carta de cara a los comicios. Pese a las malas perspectivas, en el PSOE creen que Edmundo Bal es un perfil mucho más proclive para un futuro entendimiento de lo que ha sido hasta ahora Ignacio Aguado, por lo que celebran el cambio.
Los socialistas esperan a un Iglesias al choque, ahora que ha asumido plenamente las riendas de la campaña. Aunque por el momento haya evitado los ataques directos a Gabilondo, la estrategia de fondo y de diferenciación pasa por culpar a los socialistas de todas las políticas frustradas del Gabinete y esto ha colocado la ley de vivienda en el centro de su discurso. Por su parte, desde Moncloa han movido sus fichas con perfiles femeninos potentes como Hana Jalloul, que creen que resta proyección y protagonismo a la candidata de Mas Madrid, Mónica García.
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