Exteriores

El Gobierno ignoró los avisos de Marruecos por el Polisario

Rabat hizo llegar a través de dos comunicados oficiales su malestar por el asilo en España del líder saharaui enfermo de covid. Exteriores intentó ocultarlo y negoció solo con Argelia

Fuentes diplomáticas en Madrid y Rabat aseguran que toda esta crisis, sin precedentes en décadas y calificada de «auténtica invasión» por el presidente de Ceuta, era «perfectamente previsible». Según ha podido saber este diario, diplomáticos y expertos en las relaciones con el régimen alauita tanto en el ministerio en Madrid como en la embajada de Rabat advirtieron al Gobierno de que acoger al líder del Frente Polisario iba a ser interpretado como un «acto hostil» por Marruecos.

También se alertó de las «nulas» posibilidades que existían de que los servicios de información de este país no se enteraran del tratamiento de Brahim Ghali por mucho que se eligiera La Rioja como destino para una persona que Rabat considera como su «enemigo número uno». Todos estos avisos fueron desoídos por la jefa de la diplomacia española y el presidente del Gobierno, que permitieron la entrada en España de un avión medicalizado procedente de Argelia y el ingreso en un hospital de Logroño bajo identidad falsa del líder saharaui.

La escalada de tensión con Marruecos es el punto final de una serie de pasos en falso del Gobierno, que parece incapaz de tomarle la medida a este elemento central de la política exterior de España. En primer lugar está el hecho de que Pedro Sánchez no realizara su primer viaje a Rabat, como manda una tradición no escrita que habían respetado hasta el momento todos los presidente del Gobierno. Según afirmaron fuentes del Gobierno en junio de 2018, Sánchez cursó la petición para que Marruecos fuera su primer destino fuera de nuestras fronteras pero entonces se le contestó a Moncloa que el Rey no estaba en el país en ese momento y se tomó la decisión de seguir adelante con la agenda internacional con visitas a París y Lisboa. Finalmente el cara a cara con Mohamed VI tuvo lugar el 17 de noviembre de 2018, algo completamente inusual. Desde entonces, Marruecos ha venido poniendo excusas cada vez menos «diplomáticas» para retrasar una Reunión de Alto Nivel que debía haberse producido en 2020.

Giro definitivo en las relaciones entre España y Marruecos

Pero el punto fundamental y el giro definitivo de las relaciones tuvo lugar cuando el entonces vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, hizo una llamada a un «referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental» en noviembre de 2020. «Éste es un tema de extrema sensibilidad para Marruecos», confirman a LA RAZÓN las mismas fuentes que recuerdan que la expresión de Iglesias supuso «que España abandonara la expresión habitual de ’'una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable’' que era la que se pactó en 2002 con Rabat para todo lo relacionado con el Sáhara».

«Todos en el ministerio sabíamos que la tensión iba a aumentar después de que Trump reconociera la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara en diciembre de 2020 y la crisis que abrieron con Alemania iba en esta línea», reconoce un diplomático español en referencia a las tensiones entre Berlín y Rabat que llevaron a principios de marzo a que el ministro de Exteriores marroquí Nasser Bourita suspendiera todo contacto con la embajada alemana. En cuestión de horas el embajador alemán Götz Schmidt-Bremme anunciaba que se interrumpía la expedición de visados Schengen a ciudadanos marroquíes aduciendo «razones epidemiológicas».

Para las fuentes consultadas «cuando Iglesias pidió un referéndum de autodeterminación para el Sáhara Occidental se encendió la mecha de la bomba que acaba de explotar en Ceuta». Los peligros que acarrea una «diplomacia paralela» en el seno de un mismo Gobierno han quedado a la vista de todas con la invasión de inmigrantes en esta ciudad autónoma española. Los paralelismos con la Marcha Verde por la que Marruecos se anexionó el Sáhara Occidental no se le escapan a nadie.

Y continúa la explicación: «Siempre mandan una señal: la inmigración. Tuvimos el aviso de Canarias hace unos meses y en este contexto recibimos al que ellos consideran el enemigo público número uno para atenderle ’'por razones humanitarias’'. Bueno pues si de razones humanitarias se trata le pagamos un tratamiento en Berna, y les avisamos a ellos lealmente, pero lo que no podemos hacer es traerle a España negociándolo a sus espaldas con Argelia. Ellos saben que primero los argelinos lo intentaron con Berlín y que ellos se negaron. Es demencial pensar que no se iban a enterar por tratarse de La Rioja».

España cuenta con «muchos y muy buenos expertos» en nuestras relaciones con Marruecos. Es «doctrina común» nunca faltar el respeto a un país que es desde siembre «nuestra principal prioridad en política exterior por muchos motivos: seguridad, economía, inmigración».

Aunque «las aguas al final siempre vuelven a su cauce con Marruecos» se prevé que el Reino alauita mantenga el pulso durante días y siga ejerciendo presión sobre la delicada frontera en Ceuta. Es pertinente recordar que 8.000 personas suponen el 10% de la población de esta Ciudad Autónoma a la que la falta de previsión del Gobierno ha puesto en una situación de «crisis absurda y perfectamente evitable» que no se soluciona con un vuelo del presidente sino con una «política exterior fiable y previsible».