Análisis

La izquierda: un jarrón chino difícil de recomponer

El espacio político que ocupaba Podemos se enfrenta al reto de unirse y superar el 15% de apoyos. Los expertos creen necesario que cualquier plataforma debería convertirse en partido

Protesta de los transportistas a la puertas del Teatro Olympia de Valencia donde se celebra el acto liderado por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz
Protesta de los transportistas a la puertas del Teatro Olympia de Valencia donde se celebra el acto liderado por la ministra de Trabajo, Yolanda DíazAna EscobarEFE

La operación electoral que trata de construir la vicepresidenta del Gobierno con el objetivo de aunar a las distintas fuerzas políticas a la izquierda del PSOE en una misma plataforma llega en un momento clave para este espectro ideológico liderado hasta ahora por Unidas Podemos. El desgaste de la marca es, entre otras cuestiones, es el motivo que ha llevado a Yolanda Díaz a imponer su liderazgo y a marcar los tiempos, incluso a diluir la fuerza de los morados en la todavía hipotética plataforma que ayer logró la primera foto unitaria del nuevo ciclo en política que quiere liderar. ¿Logrará Díaz recomponer esta suma de partidos? ¿Obtendrá réditos electorales? ¿Su liderazgo se consolidará frente al de Pablo Iglesias? Son algunas de las dudas que tienen los expertos en comunicación política consultados por LA RAZÓN, que creen que su éxito dependerá de que la nueva marca supere la barrera del 15 por ciento y de demostrar que puede aunar a todas las coaliciones de izquierda que hasta ahora concurren por separado a las elecciones generales y que supusieron en 2019 la foto de la ruptura de la unidad del espacio del cambio.

Así lo respalda el profesor en Ciencias Políticas en la Universidad Carlos III de Madrid, Pablo Simón, que siembra la duda sobre sí el nuevo proyecto de Díaz podrá superar este umbral. Podemos logró el 12,84 por ciento de los votos en las últimas elecciones generales y en el escenario actual no superaría esta cifra. Las últimas encuestas que arrojan el 11,8% de los votos para los morados, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). «El umbral real y efectivo para que el sistema electoral no te haga daño es este 15%», explica el experto que valora que Podemos se encuentra en «la banda de peligro». «El primer Podemos tenía el 20 por ciento del voto y ahora está en el 12%, muchos votos se pierden y se quedan sin representación», explica, para analizar que la única opción es «intentar sumar a otros partidos para llegar a la cifra que te da fuerza para tener una base electoral fuerte». Para Simón, el reto se encuentra en cómo la vicepresidenta Díaz será capaz de «maridar» a diferentes alianzas «enfadadas entre ellas».

Díaz, a priori, cuenta con un aval incipiente y que se consolida en el tiempo. El de la sociedad. Las encuestas encumbran su liderazgo y el partido ha conseguido repuntar tras la salida de su antecesor como líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias. Nada más salir el ex vicepresidente del Gobierno, la coalición electoral experimenta en abril de 2021 su primera subida, pasando del 9,6% de los votos al 10,7% en la encuesta del CIS. Más datos. El ex secretario general de Podemos salía del Ejecutivo con la peor valoración. En enero recababa como ministro un 3,3, misma nota que repetía en abril en la valoración de líderes políticos. Yolanda Díaz es la segunda líder mejor valorada entre los políticos, solo superada por el presidente del Gobierno. Como ministra también despunta. Es la segunda ministra más aclamada (5,4). Solo por encima de la ministra de Defensa, Margarita Robles con un 5,5 e igualada con la vicepresidenta económica, Nadia Calviño.

Otra de las incógnitas que rodean el futuro proyecto de la vicepresidenta es cómo logrará forjar su plataforma, dado que Díaz aleja la posibilidad de formar un partido nuevo. ¿Es posible presentarse sin un partido detrás? La consultora política y presidenta de ACOP, Verónica Fumanal es tajante al afirmar que «necesita un espacio que liderar». Y el partido es Podemos, esa formación a la que la vicepresidenta rehúsa identificarse pero que necesita de su lado, por su estructura orgánica. Es el principal escollo, cree, a la par que considera difícil volver a aunar un espacio «atomizado». «Cuando se dividen los partidos es como si se rompiera un jarrón chino, ¿se puede recomponer?, sí, pero no quedará igual pues la cuestión orgánica –la confluencia de partidos– es muy complicada y es difícil componer un espacio electoral que satisfaga a todas las facciones», analiza. Una de las incógnitas, además, de la nueva plataforma será la de cómo conseguirá fraguar ese organigrama interno que necesita. «No es tan fácil cómo decir que nos ponemos de acuerdo. Díaz tiene un liderazgo sin espacio político, sin materializarse y los partidos son importantes en este país», recuerda para enfatizar que puede enfrentarse al mismo problema que se enfrentó en 2019 Íñigo Errejón. «Estaba muy bien valorado, pero no pudo conformar listas electorales en muchas comunidades porque no tenía aliados».