Independentismo

2022, el año del asalto abertzale a Navarra

EhBildu se marca los próximos 12 meses para ponen en marcha una fórmula de anexión de la Comunidad Foral al País Vasco

Arnaldo Otegui, en una imagen de archivo / Efe
Arnaldo Otegui, en una imagen de archivo / Efelarazon

“Sin Navarra, no habrá solución”. La frase pretendidamente profética dicha, hace ya algunos años, por el dirigente de la Izquierda Abertzale Arnaldo Otegui, cobra actualidad ya que la anexión de la Comunidad Foral al País Vasco es el principal objetivo que se han marcado para el futuro inmediato, al menos mientras esté Pedro Sánchez en La Moncloa gracias, precisamente, a los votos de Eh Bildu.

Ponen en el escaparate político asuntos como el de los presos (ya encauzado y con la seguridad que más pronto que tarde estarán todos en libertad), la reforma laboral o lo que les convenga en cada momento; pero el objetivo ahora es Navarra y, desde finales del año pasado, vienen apretando el acelerador de una manera sutil, pero constante.

Conscientes de que una ocasión como la de Pedro Sánchez en La Moncloa no se les va a presentar muchas veces, no van a desaprovechar la oportunidad y, siempre bajo el paraguas de los “métodos democráticos”, plantean la unión de las dos comunidades, dentro del proyecto de la “Gran Euskal Herria”. Lo de sumar tres territorios del sur de Francia lo tienen más complicado ya que, da igual quién gobierne en el país vecino, el asunto de la unidad territorial de la República no admite discusión para nadie.

Otra cosa es lo que ocurre en España. Ya en el anterior periplo del PSOE en el poder, el asunto de Navarra estuvo en las conversaciones secretas que mantuvieron socialistas y proetarras antes de la socialista. En 2011, antes de la firma de las Acuerdos de Ayete, la Conferencia Internacional celebrada en el palacio del mismo nombre de San Sebastián, socialistas y proetarras trataron de la Comunidad Foral y la necesidad de darle un nuevo «estatus».

El plan era (y es) «modificar el estatus» de la Navarra «española». Se habló, entre otros temas, de la salida de las Fuerzas de Seguridad y de los Ejércitos de la Comunidad Foral; y la imposición del euskera a todos los niveles. Algo que han logrado ya en ambos terrenos, con la retirada de la competencia de Tráfico a la Guardia Civil; y lo de las emisiones infantiles en euskera. Paso a paso.

Documentos que estuvieron sobre la mesa en las conversaciones secretas entre Batasuna y los socialistas, que dieron lugar a los referidos acuerdos de Ayete, son esclarecedores a este respecto. Una vez más, socialistas y proetarras juntos en un extraño «matrimonio» en el que, según las conveniencias, se escenifica el divorcio o el entendimiento, pero que, en el secreto de la alcoba, se adapta a las circunstancias de cada momento.

En dichos documentos, dados a conocer por LA RAZÓN en su día, se preconizaba «un acuerdo democrático desde el reconocimiento del Derecho a SER (en mayúsculas en el documento) de Euskal Herria (incluida Navarra, por supuesto), desde el respeto al derecho a DECIDIR de todos los ciudadanos/as de todos los territorios que la componen». Es decir, que se incluía a los ciudadanos de una Comunidad Foral que, históricamente, nada ha tenido que ver con el País Vasco.

Lógicamente, en estos papeles secretos se rechazaban las reformas estatutarias que «no tengan como base política un acuerdo democrático donde se reconozca Euskal Herria (incluida Navarra) y respete su voluntad política abriendo la vía a cualquier proyecto, incluido el independentista».

Dentro de las medidas de las que se habló entonces estaba la «defensa de la oficialidad del euskera en todo Euskal Herria (incluida Navarra); un compromiso conjunto sobre educación; simbología y deporte; medios de comunicación; etcétera. Y, por supuesto, la salida de las Fuerzas de Seguridad de la Comunidad Foral.

En octubre del año pasado, al cumplirse el décimo aniversario de lo de Ayete, la coalición EH Bildu y su homóloga en Francia, EH Bai, dieron a conocer un manifiesto en el que, entre otras cosas, se decía que los consensos alcanzados en 2011 debían permitir ahora “la aceptación de una decisión mayoritaria consultando a la ciudadanía, lo que permitirá alcanzar una situación más democrática en Euskal Herria”; es decir, con la inclusión de Navarra.

Pero hay que apretar más el acelerador y, días pasados, ante la asamblea de Eh Bildu, Arnaldo Otegui, el de “sin Navarra no habrá solución”, marcó claramente los objetivos: “cualquier avance en el marco de la recuperación del autogobierno y soberanía en nuestro país, en Vizcaya, Gipúzcoa, Álava, Navarra, Lapurdi, Behe Nafarroa y Zuberoa (estos tres últimos territorios en Francia) pasa por garantizar y respetar el derecho de los territorios vascos o vasco navarros a decidir libremente la relación que quieren mantiene entre ellos”. Apuntó que 2022 va a ser “un año en que el debate estará presente”.

Habrá que estar atentos a los próximos pasos de los de Otegui y la postura que ante los mismos adoptan los socialistas y La Moncloa.