13-F
Ni Iglesias ni Díaz salvan la sangría en votos de Podemos
La dirección se desvincula del batacazo electoral y pasa a la irrelevancia con un solo escaño
Al borde de la desaparición y dibujando la foto de la irrelevancia. Podemos no logra la fórmula mágica para convertir la ilusión que han palpado sus principales dirigentes durante la campaña electoral en votos, y por ende, tampoco consiguen pulsar la tecla correcta para dar la vuelta al marcador y arrebatar al PP uno de sus feudos. Los resultados obtenidos este domingo en Castilla y León hacen retrotraerse a la noche del 4-M en Madrid, donde a pesar de que los morados daban por seguro un «cambio histórico», la realidad arrojó una foto de un partido incapaz de movilizar a su potencial electorado y convertirse en imprescindible para sumar un gobierno de izquierdas con el PSOE.
Mismo escenario en Castilla y León, donde el partido se presentaba por primera vez en coalición con Izquierda unida y en confluencia con Alianza Verde. Ni la suma de aliados, ni el «efecto Iglesias» ni tampoco el empujón de último minuto otorgado por parte de la vicepresidenta Yolanda Díaz con su presencia en campaña han sido efectivos para frenar su sangría. Los morados no han salvado ni la representación que tenían en 2019.El partido pasó la noche del domingo luchando por no desaparecer. Con un único escaño, el obtenido por Valladolid, se quedan como cuarta fuerza política en votos y sin conseguir grupo propio. Pierden casi 40.000votos desde 2019.
Las elecciones en la región eran las primeras a las que se enfrentaba Ione Belarra como líder de Podemos tras la dimisión de Pablo Iglesias como secretario general. Su principal objetivo desde que asumió su cargo ha sido el de tratar de reconstruirse en las comunidades y para ello ha diseñado una hoja de ruta dirigida a enraizarse en los territorios. Sin embargo, ante la falta de tiempo para consolidar el plan que pasa por agrandar su base electoral mediante la fijación en los territorios, el partido decidió recurrir a su ex líder y ex vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, como revulsivo para movilizar al electorado morado ante el batacazo en las últimas elecciones autonómicas convocadas, las de Madrid. Hasta en dos ocasiones el ex vicepresidente ha pisado la comunidad castellanoleonesa para acompañar a su candidato a la Junta, Pablo Fernández. Sin embargo, ni este recurso ha salvado a los morados de repetir un batacazo electoral, que se suma también a Galicia y País Vasco en 2021.
En la dirección del partido creen que los resultados de la noche electoral en Castilla y León no tendrán réplicas a nivel electoral ni tampoco de cara a las próximas elecciones autonómicas. De hecho, el partido trató de desviar este foco. A modo de reflexión, fuentes de Podemos si reconocen que el resultado “no es bueno”, pero ven la presencia de Unidas podemos en el próximo parlamento autonómico “más necesaria que nunca”. Trasladan toda la responsabilidad al PP por adelantar elecciones. “El PP convocó unas elecciones a medida y celebra un resultado que convierte a la ultraderecha en la llave de su Gobierno”, explican las citadas fuentes. Sin embargo, la super exposición de las principales caras visibles de Podemos en la campaña electoral denota el escenario contrario. Las ministras Ione Belarra (Derechos Sociales) e Irene Montero (Igualdad) ha sido constante. Ambas han acudido a Castilla y León en cinco ocasiones cada uno para arropar a su candidato. El candidato también trató de alejar esta foto. Asumió que los resultados eran malos pero trató de desviar la atención hacia el PP por adelantar elecciones. Pablo Fernández mostró su malestar por el optimismo mostrado por Alfonso Fernández Mañueco, ya que “deja la Comunidad en manos de la extrema derecha”. A su juicio, quien pierde en la comunidad es “la Educación pública, la Sanidad pública y los Servicios Públicos, en definitiva Castilla y León”.
La ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, que seguía los resultados desde la sede del partido en Madrid hizo lo propio al criticar al PP por adelantar elecciones debido a su “deriva ultra” que solo ha servido ha servido para “engrosar” a Vox. La secretaria general de Podemos evitó reflexiones sobre el resultado obtenido. A su juicio, quien pierde es “la democracia” en unas elecciones que “el PP convocó a medida”. Aseguró que en su formación seguirán “diciendo las verdades que nadie más se atreve a decir frente a la corrupción y el ataque a lo público”
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