El personaje

Dolores Delgado: En la cuerda floja

Dolores Delgado: En la cuerda floja
Dolores Delgado: En la cuerda flojaplaton

Una vez más está en el centro de la polémica, algo habitual desde su nombramiento. La Fiscal General del Estado, Dolores Delgado, ha recibido un duro varapalo del Tribunal Supremo por designar a Eduardo Esteban Rico como Fiscal Jefe de la Unidad Coordinadora Menores. En un auto muy duro, la Sala de lo Contencioso-Administrativo anula este nombramiento del que alega “falta de motivación y que no cumple las exigencias mínimas”. Añade que la relación del candidato con el sector de menores “ha sido esporádica y mínima”. Todo un revolcón a la decisión de Lola Delgado sobre su amigo Esteban Rico, perteneciente como ella a la Asociación Progresista de Fiscales (APF), amparada en dos recursos presentados por la otra Asociación de Fiscales (AF), mayoritaria en la carrera, y uno de los aspirantes al puesto, el fiscal José Miguel de la Rosa. La Sala del Supremo destaca también la experiencia de este candidato al cargo, de quien resalta su experiencia y haber hecho de la relación con los menores “el centro de su vida profesional”. Además, la AF ha elevado una misiva a Europa en la que denuncia el intento de Pedro Sánchez de premiar a Delgado como Fiscal de Sala, máximo rango en el Ministerio Público.

En concreto, la AF se ha dirigido por carta al Comisario de Justicia de la Unión Europea, Didier Deynders, y a la vicepresidenta para los valores de transparencia, Vera Jourova, en la que muestra su preocupación por la imagen y falta de imparcialidad de la actual Fiscal General del Estado, critica el intento del Gobierno de encubrir su ascenso bajo una enmienda a la ley Concursal, en trámite en el Congreso, y denuncia un mayor control de la Institución. El revuelo dentro del Ministerio Público es de campeonato y le ha pillado a Lola Delgado mientras convalece de una intervención quirúrgica. Hace unos días fue operada en una conocida clínica madrileña por el prestigioso doctor Alberto Isla de un quiste sinovial y lesión facetaria en la columna vertebral. Tras dos horas de cirugía con anestesia general todo fue perfectamente y Delgado se recupera mientras los fiscales están en ebullición. La decisión del Tribunal Supremo de anular el nombramiento de Esteban Rico como Fiscal de Menores, uno de los departamentos más importantes del Ministerio Público, y las protestas de la AF ante Europa son dos escándalos sin precedentes que colocan a Lola Delgado en la cuerda floja.

Sectores jurídicos coinciden en que ha llevado a la Institución a un gran desprestigio y escasa imparcialidad. Hace semanas, la Fiscalía General del Estado fue condenada en costas por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) por mala fe procesal en la anómala instrucción sobre el fiscal Ignacio Stampa. Algo inédito que se añade a la denuncia de la Asociación de Fiscales (AF) por irregularidades en la causa contra Stampa, dado que su instructor, el fiscal Carlos Ruiz Alegría, quiso archivar el asunto pero desde la Secretaría General Técnica que depende directamente de Delgado se le indicó alargar las diligencias, lo que impidió a Stampa optar a una plaza fija en la Fiscalía Anticorrupción. Un turbio entramado que arranca con el llamado Caso Tándem, origen de la detención y entrada en prisión del ex comisario José Manuel Jiménez Villarejo por presuntos delitos de blanqueo y organización criminal. Y todo ello, en medio de varias grabaciones que revelan una estrecha relación entre Lola Delgado y su pareja, el ex juez Baltasar Garzón, con Villarejo, así como la vinculación del despacho de abogados de Garzón con implicados en el Caso Tándem. Las peticiones para que Delgado dimita son un clamor en el desierto.

La ex ministra de Justicia y actual Fiscal General navega entre la polémica, escasa neutralidad y descrédito. Desde su llegada al gobierno de Pedro Sánchez estuvo en el ojo del huracán político y judicial, hasta el punto de que el PP exigió su dimisión para sentarse a desbloquear la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Ahora, el nuevo líder Alberto Núñez Feijóo desea alcanzar Pactos de Estado, pero pone también como condición “una ley anti Delgado” que garantice la necesaria independencia del Ministerio Público. Lola ya fue conflictiva como ministra de Justicia, cuando se filtraron las explosivas grabaciones con el condenado Jiménez Villarejo. La difusión de un almuerzo entre ella, su pareja sentimental, el ex juez Garzón, y el comisario Villarejo con otros altos cargos policiales, fue un espinoso asunto con sus duras palabras contra Fernando Grande Marlaska por su condición de homosexual y otros compañeros de la Audiencia Nacional por sus coqueteos amorosos con menores durante un viaje a Iberoamérica. Pese a todo, esta mujer extrovertida y fogosa logró resistir y Pedro Sánchez la nombró al frente del Ministerio Público. Otro escándalo que desató fuertes críticas en las asociaciones de fiscales por su falta de imparcialidad.

Desde su llegada a la Fiscalía del Estado no pasa día sin estallar algún conflicto, irregulares nombramientos y auténticas “purgas” bajo la alargada sombra de Baltasar Garzón, sospechas de tráfico de influencias en su despacho de abogados y los audios con Villarejo. Pese a todo, “la Lola”, como la llaman sus compañeros, de momento aguanta. Nacida en Madrid, se licenció en Derecho, opositó a fiscal y ganó una plaza en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. En Barcelona conoció a su ex marido, el fotógrafo catalán Jordi Valls, con quién tiene dos hijos. Según amigos cercanos el diferente carácter de ambos propició el divorcio. Ella ella llegó a la Audiencia Nacional dónde comenzó su íntima amistad con Garzón, auténtico mentor y artífice de su nombramiento como ministra de Justicia. En este puesto se convirtió en la más reprobada por la oposición en el Congreso y en el Senado por sus “`perversas amistades” con el comisario Villarejo y la relación con su actual pareja, que ya no ocultan. Elegida Fiscal General del Estado tras una agitada sesión del CGPJ dónde los vocales conservadores criticaron su evidente parcialidad, desde entonces la sede de la Fiscalía es un auténtico polvorín