La pugna en Ciudadanos por el liderazgo deriva en la dimisión del secretario de Organización de Arrimadas

La renovación de Ciudadanos que el partido acometerá este año, ya genera tensiones entre las filas naranjas y se cobra la dimisión del secretario de Organización de Ciudadanos, Borja González, el responsable del aparato del partido.

Las discrepancias entre la dirección nacional con los críticos, ahora impulsados bajo el nombre “Somos Ciudadanos” es un clamor dentro del partido. Estos últimos reclaman la convocatoria “inmediata” de un congreso extraordinario y están impulsados por cargos y afiliados de toda España relevantes.

El secretario de Organización ha presentado la renuncia a la líder del partido, Inés Arrimadas, en medio de estos capítulos de tensión, en los que la formación naranja se encuentra impulsando su “refundación” que incluye un cambio de marca electoral a la par de un programa renovado.

Según ha explicado a través de sus redes sociales el ya ex secretario de organización su marcha fue pactada con la presidenta. Evitando las críticas y entrar en el debate interno de la formación naranja, éste explica que se marcha con “la sensación del deber cumplido con la tarea que se me encomendó”. Dice, además, que en esta nueva etapa de refundación que afronta Ciudadanos,  “lo mejor para el proyecto que sea otra persona la que se haga cargo de la labor que ahora necesita el partido”.

González era la persona intermediaria entre la dirección nacional y las autonómicas, así como el que conocía de primera mano la situación interna del partido, la fuga de cargos y afiliados, sobre todo desde el terremoto que derivó con la desaparición de Ciudadanos en Murcia y que siguió en Castilla y León, Madrid y Andalucía.

Según alega el ya ex secretario de Organización, ha cumplido un ciclo en el partido y para esta nueva etapa, cree que debe ser otra persona la que se ponga al frente. Seguirá, eso sí, como afiliado y agradeciendo a Arrimadas su “dedicación al partido como forma de servir a nuestro país” y por haber confiado en él para llevar el partido en estos años “muy difíciles”. Arrimadas le ha devuelto las buenas palabras. “Muchas gracias por tu trabajo, lealtad y dedicación, Borja. Puedes estar muy orgulloso, yo lo estoy de haberte tenido en el equipo y de compartir proyecto con personas como tú”, ha respondido.

Así su salida se produce a la par que crece el malestar con la actual dirección. El movimiento Somos Ciudadanos está integrado por fieles a el expresidente de Ciudadanos, Albert Rivera, como la diputada en las Cortes de Aragón y ex dirigente nacional con Albert Rivera, Susana Gaspar; la vicealcaldesa de Zaragoza, Sara Fernández; el diputado y secretario de acción institucional de Aragón, Carlos Ortas, por parte de la Comunidad Autónoma Aragonesa.

Se trata de dirigentes de Ciudadanos que quieren recuperar «los principios y valores» con los que el partido naranja creció de la mano de Rivera, organizados para exigir la dimisión de Inés Arrimadas y forzar la convocatoria de esa asamblea extraordinaria. También integran el movimiento el actual portavoz adjunto del grupo parlamentario en Asturias, Sergio García; el diputado provincial por Alicante, Javier Gutiérrez; el diputado provincial de Jaén, Ilde Ruiz; la ex senadora por Andalucía y ex secretaria de organización, Mar Hormigo; la vicealcaldesa de Alicante, Mari Carmen Sánchez; la portavoz del Grupo Parlamentario de Asturias, Susana Fernández; o el diputado provincial por Valencia Juan Córdoba, entre otros.

Según este sector crítico, se ve necesario “que el partido vuelva a la senda de la cordura y en el sentido común”. También señalan que esta iniciativa parte desde la más profunda lealtad al partido y, ante la situación actual, se han visto obligados a sumar fuerzas numerosos afiliados y cargos de toda España para que sean las bases la que tomen las riendas y decidamos, todos juntos, qué partido y dirección queremos».

«La ausencia de autocrítica y el pasotismo con los afiliados, nos está llevando a la huida de talento interno, quedando actualmente 6.000 afiliados en toda España», lamentan. «Hay que revertir esa situación y volver a ilusionar».